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‘Gracias a Dios estoy viva’

28 de febrero de 2015 por Arely Ramos

Liliana Carolina Solís, de 20 años de edad, es una de los sobrevivientes del trágico accidente del pasado viernes 13 de febrero donde la unidad 4146 de transportes Frontera, que cubría la ruta Nuevo Laredo-Nueva Rosita, se impactó con un tren en Anáhuac, Nuevo León.
La joven que radica desde hace cinco meses en Nuevo Laredo, jamás pensó que el viaje a su tierra natal Nueva Rosita, Coahuila, se convertiría en una inesperada tragedia y mucho menos que iba a estar a punto de morir.
Y es que alrededor de las 18:00 horas de ese viernes, el camión en que viajaba se estrelló contra un tren carguero de la empresa Kansas City México y se partió en dos.
La aparente imprudencia del chofer de la unidad motriz por ganarle el paso a la locomotora, provocó el choque donde 21 pasajeros perdieron la vida y decenas más quedaron lesionados.
Carolina -como le llaman en su familia-, fue una de las que se salvó de milagro. Dijo que iba en el asiento número 12, precisamente a la altura en que el vehículo se trozó. No se dio cuenta de nada hasta que sintió el golpe.
“No me di cuenta del accidente porque iba dormida pero sentí el impacto. Ya cuando desperté estaba tirada en la tierra y al ver casi en frente de mí el camión trozado dije: ‘chocamos’.
“No tenía idea cómo fue o la magnitud de lo que pasaba hasta que volteé a mi alrededor y me quedé en shock al ver toda la gente tirada, gritando, llorando; fue sorprendente”, expresó.
De pronto entró en razón, trató de tranquilizarse un poco e intentó moverse. No medía el grado de gravedad que pudiera tener por haber salido disparada hacia el piso desde el autobús.
“Quise mover mis piernas para ver si tenía movimiento y no pude. Me saqué un poco de onda pero traté te tranquilizarme de nuevo.
Luego quise levantar un poco mi cabeza y me di cuenta que tenía una herida porque estaba perdiendo mucha sangre; me asusté, sentía y veía como escurría por mi rostro y brazos”, recordó.
El tiempo transcurría y se le hizo eterno que llegara el personal de auxilio. Veía como los demás seguían exclamando ayuda, cuando de pronto, llegaron las ambulancias y la subieron.
“Yo pensaba que no iba a llegar. Vi muy de cerca la muerte porque era mucha la sangre que salía pero me taparon la herida para poderme trasladar al Hospital General en Laredo.
Sentía que ya no podía más, estaba perdiendo mucha sangre.
Parecía que iban rápido pero yo sentía que no. Sin embargo traté de tranquilizarme y le rogué a Dios que aguantara la herida hasta el hospital, sentía en momentos que ya no podía más”, comentó.
De acuerdo a lo que platicó con el personal médico, ellos les avisaron a sus padres que se encontraba en el hospital. De inmediato la estabilizaron, la sometieron a una rápida evaluación para atenderla de inmediato y la intervenieron quirúrgicamente.
“Tenía miedo pero lo primero que pensé fue en que gracias a Dios estaba viva. Entré a cirugía y me cocieron la cabeza porque por fortuna no hubo fractura ni daño en el cráneo”, mencionó.
Tras la intervención las horas transcurrieron y ella se quedó en cama, dopada, mientras el medicamento suministrado mitigaba los dolores de las fracturas en su cuerpo.
“Tengo fractura de pelvis, cadera y pie derecho; estoy inmovilizada, además del golpe de la cabeza. Me dan aproximadamente dos meses para recuperar el movimiento y no es necesario alguna otra operación.
Con el tiempo los huesos van a ir juntándose y estos días en cama han sido difíciles porque solo puedo estar en una sola posición, me lastiman los moretones e inflamaciones; tengo el cuerpo adolorido pero bendito Dios estoy viva”, dijo.
En la sala de espera sus padres, sus dos hermanas mayores, novio y familiares, aguardaron toda la noche rezando porque Carolina se recuperara.
“Cuando desperté de la cirugía toda mi familia estaba aquí presente y de inmediato nos abrazamos, agradecimos que estaba viva porque para el grado del accidente, consideramos un milagro poder estar aquí para contarlo.
Lloramos juntos y no dejamos de agradecer estar de nuevo unidos. La verdad es inexplicable que solo me pasara esto porque yo iba en el asiento 12, de lado de la ventana, casi donde se trozó el camión”, manifestó.

EL AMOR: SU PRINCIPAL ANTIDOTO
Desde la habitación del hospital y vía telefónica, la joven atendió la solicitud de la entrevista. Pese a su condición de salud tiene el ánimo para compartir su testimonio de sobrevivencia.
“He tenido un gran avance, según dicen los médicos, ya voy a casi dos semanas aquí y falta mucho para recuperar la movilidad por completo pero espero no sea tanto.
Tengo el apoyo de mi familia, han estado siempre conmigo y no me han dejado sola. Se van unos y llegan otros, se turnan para estar aquí y les agradezco su tiempo y cuidados”, señaló.
Reconoció que su vida cambió de un momento a otro.
“Si, la verdad sí, pero lo importante es que tengo la dicha de seguir y poco a poco retomaré mi rutina. Primero quiero estar bien de salud”, aseveró.

“No me han dicho cuando me darán de alta, así que por lo pronto seré paciente. Seguiré las indicaciones para aliviarme más pronto”, mencionó.
El amor mueve montañas y personas. El motivo del viaje para que Carolina fuera a Nueva Rosita, fue su novio.
En el marco del festejo del Amor y la Amistad, ella aprovecharía la visita a su lugar de origen no solo para ver a sus tías y primos, sino también para pasar una velada romántica con su pareja.
“No teníamos nada planeado, sólo nos veríamos, pero pasó lo del accidente y ni siquiera pude llegar. Él se enteró de lo sucedido porque mi hermana le avisó y para el siguiente día, a primera hora, ya estaba aquí”, mencionó.
Dijo que le dio mucho gusto verlo y obviamente no está de más la compañía y apoyo de esta persona que además de ser su pareja, es un buen amigo y compañero.
Con las muestras de cariño más sinceras de quienes la rodean e incluso manifestaciones de apoyo y deseos de pronta recuperación en los Facebook de sus hermanas, Carolina sale adelante.
Por tiempo indefinido, debido al complejo estado de salud, tiene justificación para faltar a sus clases en la Universidad Autónoma de Tamaulipas de Nuevo Laredo, donde estudia la carrera de Comercio Exterior.
Sabe que se abstendrá de salir a correr para relajarse y practicar deporte. Y como no podrá disfrutar de una película en el cine, podrá verla desde el televisor del hospital u otros dispositivos: uno de sus hobbies favoritos.

EXIGE MAS PRECAUCION
La vida de Carolina cambió de un momento a otro. Por fortuna sólo presenta fracturas que con el tiempo sanarán, pero para las familias de quienes murieron les arrebataron a su hijo, padre o hermano, heridas que quizás nunca cicatricen.
Señaló que la irresponsabilidad de los conductores al volante pone en juego la vida de los pasajeros, y terceros, por lo que pide que sean más prudentes.
“Que esto sirva de ejemplo para los choferes y más que nada para que respeten el límite de cupo de pasajeros, así como de velocidad, porque uno nunca sabe”, expresó.
Confirmó que el autobús llevaba exceso de pasajeros.
“El camión iba lleno cuando subí en la central, pero en la garita, antes del accidente, medio desperté para acomodarme e iba lleno el pasillo.
Ignoré la situación y me volví a quedar dormida, ya no supe nada hasta que me vi tirada en la tierra”, detalló.
Ante esa situación insistió en que los choferes deben de ser cuidadosos al manejar o tomar las decisiones sobre su trayecto en las carreteras porque llevan a muchas personas.
Sin ahondar, dijo que no entrará en procesos legales pues para ella y su familia lo más importante es su mejoría.

“La empresa cubre los gastos del hospital y se ha hecho responsable”, se limitó a decir desde el nosocomio privado en donde se encuentra.
De acuerdo al reporte del accidente, el chofer del autobús de Transportes Frontera intentó ganarle el paso al tren y ocurrió el choque.
Autoridades locales señalaron en su momento que el chofer fue identificado como Jesús Carlos Fernández Rico, de 39 años, quien recibe atención médica en la Clínica 11 del IMSS, de Nuevo Laredo, y está detenido bajo custodia de las autoridades.
Fueron elementos del Ejército quienes lo detuvieron mientras intentaba escapar, “pero por su delicado estado de salud no llegó muy lejos”.
Por ahora continúa la investigación de los hechos para establecer culpabilidad de quien corresponda respecto a la tragedia.
El accidente conmocionó a residentes de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, de donde eran originarios los fallecidos y lesionados de gravedad.
A casi dos semanas de esta desdicha, Carolina finaliza la reflexión de esta segunda oportunidad de vida: “Fui muy afortunada al volver a nacer. Gracias a Dios no me pasó algo que no tenga remedio o compostura. Veo como si Dios tiene algo muy grande preparado para mí y sé que no me quiere aún con Él”, finalizó.

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