
Luego de su época de gloria, “La Zona Rosa” de Reynosa luce desolada y olvidada por los visitantes que solían pasar un rato agradable en este punto de la ciudad.
Ubicado en la entrada del municipio, a unos pasos del puente internacional Reynosa-Hidalgo, este sector es una prueba de que el tiempo no ha pasado en vano, pues de la fiesta que aquí se vivía sólo quedan ruinas y soledad. Los elegantes restaurantes perdieron el glamur que los distinguía, las discotecas permanecen en silencio y las multitudes de personas jamás regresaron.
Tras haber sido la zona más atractiva de Reynosa, donde se encontraban más de 60 negocios entre centros nocturnos, restaurantes, casinos y puestos de comida rápida; el lugar que se distinguía por la diversión hoy se encuentra en un estado deprimente.
Algunos locales se convirtieron en hogar de indigentes o en el basurero del vecindario. La mayoría de los edificios fueron derrumbados y los que permanecen de pie guardan cientos de historias de los buenos tiempos.
“La Zona Rosa” estaba conformada por cinco vialidades: la calle Zaragoza, Ocampo, Allende, Empedrada y el boulevard Miguel Alemán.
Reynaldo López Olivares, cronista urbano, aseguró que de este sector ya no queda más que el recuerdo de quienes pasaron momentos de su juventud en ese lugar.
Recalcó que el contraste entre el pasado y el presente del área que llegó a ser la más concurrida por mexicanos y extranjeros entre las décadas de los cincuentas y setentas es sorprendente, ya que de ser un sitio con vida nocturna activa, hoy se encuentra en total abandono.
“La ‘Zona Rosa’ que conocimos empezó a conformarse con la apertura del puente internacional colgante, el diez de julio de 1926, a partir de esa fecha hubo mayor comunicación con Hidalgo, Texas y en general con el país del norte.
“Con su construcción, el comercio y el turismo se incrementaron notablemente, antes de ese puente el traslado de mercancías o personas era en un ‘chalán’ (barcaza) o lancha.
“A principio de la década de los años cuarentas empezaron a establecerse bares, cabarets y los más importante: los restaurantes, con el fin de que los turistas no tuvieran que venir hasta el centro de la ciudad, es decir hasta la plaza”, dijo.
Comentó que a diferencia de “La Zona Roja” (donde se sigue ejerciendo la prostitución), la “Rosa” era un espacio en el que la gente podía ir a tomar una cerveza o un whisky con tranquilidad, sin que pasara nada malo.
López Olivares mencionó que durante 25 años, “La Zona Rosa”, fue el atractivo más concurrido por mexicanos y estadounidenses.
Su apogeo fue entre las décadas de los cincuentas y los setentas con negocios exitosos como: Sam´s Plays, US Plays, La Pequeña Holanda y el casino Monte Carlo.
El cronista aseguró que en los restaurantes se podía disfrutar de exquisitos platillos, que se convirtieron en un distintivo de “La Zona Rosa”.
“Yo me quedo con el recuerdo de aquella alegría tan bonita como la de El Imperial, cuando nos veíamos allí, con tan buena música pues llegaban muy buenas orquestas, contábamos en ese tiempo con la comida más rica del norte de México, se decía en los medios de comunicación que para comer bien había que visitar la ‘Zona Rosa’ en Reynosa”, agregó.
Tan reconocidos llegaron a ser los restaurantes del área, que fueron visitados por famosos personajes del medio político, artístico y deportivo.
“Era muy común ver comer en el Sam´s Plays a un gobernador de Texas, un beisbolista como Mike Mantle y a muchos de los personajes más reconocidos del deporte de los Estados Unidos.
“Gente muy importante del valle de Texas y los políticos de Reynosa acostumbraban reunirse en Sam´s, en donde la especialidad eran las ancas de rana”, expresó el cronista.
Después de cautivar con su novedosa diversión, “La Zona Rosa” comenzó a decaer en los años noventa.
El historiador consideró que la principal razón por la que el área desapareció fue la inseguridad que se vive en la frontera.
“Ya no hay nada, ya se terminó todo, no hay turismo, que era lo más importante, al inicio de los noventa, que fue cuando empezó a haber inestabilidad, dejó de ser lo que era. Hoy nos da lástima a los que conocimos la ‘Zona Rosa’ en sus mejores tiempos, pues lo vemos todo derrumbado, las paredes de los antiguos edificios en el suelo, es lamentable, aún quedan uno o dos, pero nada en comparación a lo que se tuvo en esa parte de la ciudad”, expresó.
SÓLO ANÉCDOTAS QUEDAN
López Olivares recordó algunos sucesos que marcaron la época de “La Zona Rosa”, algunos buenos y otros no tanto.
La anécdota más conocida es la que ocurrió en 1951 en un bar de baile, donde había un pequeño zoológico.
Un mal día, un león mató a un turista de Pharr, Texas, quien, con unas copas de más, entró a la jaula del felino y lo quiso torear, pero la fiera lo atacó dejándolo herido de muerte.
En contraste lo más grato que se vivió en ese sector fueron las múltiples parejas de novios que allí se conocieron y hasta llegaron al matrimonio, ya que “La Zona Rosa” era el punto de reunión de los jóvenes de aquellas épocas.
“Esta zona nos dio vida y sostén económico a muchísima gente, los propietarios de esos viejos bares y restaurantes siguen siendo los mismos, pero me imagino que no han vendido porque esperan que esto se componga”, declaró.
Para el cronista es imposible que “La Zona Rosa” se pueda rehabilitar, ya que los tiempos no son los mismos
“Yo soy comerciante del centro desde hace 50 años, fui joven y me tocó vivir esa época y para que la ‘Zona Rosa’ reviva primero que nada debe terminar la inseguridad, pues las autoridades americanas les advierten a sus habitantes de no venir a México porque te pueden asaltar y matar, con esas recomendaciones es imposible que se recupere la ‘Zona Rosa’, por eso es importantísimo que vuelva a reinar la paz y la tranquilidad que existió entre la gente de Reynosa hasta finalizar el Siglo XX, desde el dos mil para acá empezó el declive, no sólo en la ‘Zona Rosa’, también de los negocios del centro que ya están solos en renta o venta”, dijo.
Señaló que el 90 por ciento de las antiguas construcciones del área están derrumbadas y las que aún se sostienen se encuentran en condiciones deprimentes.
“Para mí es muy triste cuando paso por ese sector, El Imperial, que fue un antro muy bonito, hoy está convertido en un casino de juegos. En alguna ocasión entré para recordar los viejos tiempos, el olor es el mismo de aquel entonces y los viejos muebles allí siguen, en lo personal extraño bastante esa época”, apuntó.
LA DECADA DE LA DECADENCIA
Durante la década de los noventas, “La Zona Rosa” provocó una euforia entre los visitantes extranjeros que llegaban caminando por el puente internacional para ser parte de este acontecimiento nocturno.
Tan buena fue esta época que los dueños de los negocios en coordinación con el gobierno municipal contrataron guías de turistas que daban información a los americanos para elegir el lugar que más les gustara.
Camilo Martínez Cortez, empresario de Reynosa, compartió su experiencia como uno de los propietarios de los centros nocturnos más exitosos en “La Zona Rosa”.
Indicó que a partir de 1997 una nueva generación de empresarios revivieron el sector.
“Teníamos una gran visita de personas de Estados Unidos, incluso del interior del país que venían a divertirse, pero con el tiempo esto fue cambiando y los antiguos dueños heredaron a sus hijos, algunos fuimos introduciendo algunos negocios y creo que fui de los últimos empresarios que tuvimos discotecas en ese lugar”, señaló.
Martínez Cortez fue dueño de negocios como el Euro Bar, 10-40, Alaska, Billares el 8, Calipto y El Top, todos con estilos diferentes y con capacidad para mil personas.
Algunas de estas empresas fueron establecidas en los edificios de los antiguos centros nocturnos, como es el caso del Euro Bar, que ocupó el espacio del restaurante Treviño’s; por otro lado el Alaska fue remodelado y adaptado conforme a la época.
“El Euro Bar lo hicimos en lo que fue el Treviño’s que ya había cerrado, lugar que fue reconocido por la elegancia de su decoración, nosotros lo remodelamos con un concepto diferente para más de mil 500 personas, también tomamos el famoso Alaska que fue una leyenda en su época que ya estaba abandonado y en ruinas, lo ampliamos y lo hicimos una disco moderna”, refirió.
En esta misma década estaban en funcionamiento los bares Mr. Boom, Oceanic, El Rodeo, El Texas, El Imperial, El Dragón Rojo, La Concha y El Zodiac.
“El Alaska era para los niños ricos y El Zodiac fue famoso porque allí llegaba todo el pueblo, la clase media y media alta, pero eran un éxito, la gente lo tiene que recordar, había una inmensa división esos dos lugares”, expresó.
El empresario mencionó que cada época tuvo cierto éxito, ya que fueron modalidades diferentes, atrayendo por años a los turistas norteamericanos y mexicanos.
“En las discotecas había fiesta, en los restaurantes había fiesta, en la calle había fiesta y esa fiesta le gustaba a los americanos”, afirmó.
A pesar de que existen empresarios con el interés de revivir la época de gloria que se tuvo, hace falta una gran inversión para remodelar cada edificio.
“No podemos solos, aquí se requiere una cantidad económica fuerte, necesitamos coordinarnos iniciativa privada, comercio y autoridades municipales para que entre todos le demos vida a esta zona que nos dio tanto”, expresó.
Martínez Cortez agregó que la apariencia de “La Zona Rosa” es lamentable y con tristeza todas las discotecas se fueron cerrando.
“Como empresario me queda una excelente experiencia por participar en el desarrollo y crecimiento de la promoción de la ‘Zona Rosa’. Como reynosense disfruté la zona en mi juventud, mucho antes de convertirme en empresario, yo iba a todos esos lugares”, reafirmó.
El único negocio que sobrevive después de décadas de crisis y cambios es el bar La Pequeña Holanda, ubicada en la calle Ocampo.
Con aproximadamente 70 años de existir es conocido por sus perros salados, convirtiéndose en un ícono no sólo de la “Zona Rosa”, sino de Reynosa.
El restaurante Sam´s también permaneció activo durante 70 años, pero a diferencia de La Pequeña Holanda dejó de funcionar hace años, sin perder el título como un símbolo en este sector.
BUSCAN UN RESCATE
La seguridad es la principal causa por la que la “Zona Rosa” de Reynosa no ha podido reactivarse, consideró Oscar Díaz Salazar, integrante de las comisiones de Turismo y Desarrollo Económico en el Cabildo.
“La ‘Zona Rosa’ tuvo mucho auge turístico y económico hace varias décadas, en especial porque teníamos gran afluencia de norteamericanos, pero hoy difícilmente podríamos recuperar lo que un día se logró, pues nos vemos muy limitados por la inseguridad que se vive desde hace casi cinco años.
“Para rehabilitar esta zona tendríamos que garantizarles la seguridad a los visitantes para que recuperen la confianza de regresar y así generar el resurgimiento de los establecimientos de este punto”, señaló.
El regidor comentó que actualmente en el área hay dos casinos, los cuales podrían ser el inicio para recuperar lo que un día fue el sector de mayor abundancia en Reynosa.
“Eso le ha traído vida y actividad al área, ya que la visita de la gente que acude a los casinos da movimiento económico, tal vez con esto resurjan restaurantes y demás negocios, para atraer nuevamente a los vecinos del valle de Texas”, indicó.
Díaz no descartó la posibilidad de que se recupere este sector y con ello regrese la derrama económica que se llegó a tener en épocas pasadas.
“La ‘Zona Rosa’ es privilegiada por estar cerca del puente internacional Reynosa-Hidalgo, podrían funcionar bares, restaurantes, farmacias y demás.
“Me da pena la situación en la que se encuentra hoy día, yo en algún momento fui delegado estatal de turismo y veía mucha actividad, la cual era muy interesante económicamente, es una pena que la perdiéramos”, aseguró.