Cómo entrenar a tu dragón 2 regresa cuatro años después de su presentación estelar.
Tras el mega éxito del joven que hace amistad con un salvaje bicho mitológico, DreamWorks vuelve con la imbatible pareja en una aventura emocionante y plagada de lecciones de vida.
Hiccup ya es un adolescente. Pasó por un bautizo de fuego en la primera entrega. Enfrentó a un megadragón y en la lucha, de la que salió victorioso, perdió una pierna. Punto bueno para DreamWorks. Le aportó realidad a una historia dirigida a niños y aunque tocó el tema con un sesgo de fantasía, dejó bien claro que en las batallas hay pérdidas. Para obtener grandes triunfos a veces se requieren grandes sacrificios, como el que hizo el muchacho para salvar a su pueblo.
Esta vez, en su regreso, la vida lo pone en una situación mucho más complicada y compleja. Hiccup tiene que enfrentar una partida inesperada y, simultáneamente, aceptar una decisión que alguna vez tomaron sus padres y que él no tenía edad para comprender.
El joven vive una época de paz en su nación de rudos y nobles vikingos y rodeados de sus amigos que, como él, ya son adultos jóvenes, anhelantes de aventuras.
Dragones y humanos conviven, entendiendo, las dos partes, que pueden complementarse y tener armonía.
Sin embargo, el equilibrio se rompe cuando deben enfrentar a un cazador de los reptiles alados, que quiere entrenarlos en el arte de la guerra.
La confrontación entre el bien y el mal tiene su matices. El director Dean DeBlois establece un tono frío, dentro de la atmósfera festiva en la que viven los muchachos. Entiende que la maldad no descansa y acecha en todos los rincones.
Ningún alma, por limpia que sea, escapa de la sevicia. Los jóvenes son lanzados a la batalla y están obligados a crecer. No entienden muy bien por qué no puede sostenerse la paz, pero se adaptan a los tiempos aciagos para sobrevivir.
El héroe acude al llamado aunque, simultáneamente, está obligado a entender una revelación, un descubrimiento que cambia por completo su vida y lo obliga a entender las decisiones a veces confusas –y muy estúpidas- de algunos adultos que buscan el bien y se equivocan flagrantemente.
Luego, viene el duro aprendizaje. Hiccup debe enfrentar una terrible pérdida, pero también está obligado a perdonar, porque un ser amado fue utilizado alevosamente como instrumento de destrucción. ¿Cómo simpatizar con alguien que ha hecho daño? ¿Cómo se enmienda el afecto?
Cómo entrenar a tu dragón 2 aporta algunos mensajes formadores dentro de una emocionante aventura. DreamWorks hace un gran trabajo de animación, como es costumbre. Las batallas a campo abierto son fenomenales, con numerosas tomas aéreas y un desfile acrobático de dragones multicolores que pueblan los aires.
La cinta es una bella moraleja sobre el cambio. Tiene momentos oscuros, que mueven a la reflexión, pero también enseña sobre la recompensa de la madurez bien entendida.
Es una gran cinta.