Con sus personajes imaginarios y su forma especial de ver el mundo, Remedios Varo, Leonora Carrington, Frida Kahlo, María Izquierdo y Joy Laville, lograron hipnotizar a los asistentes a la exposición Historia de Mujeres. Artistas en México del Siglo XX que se presenta en el Museo Marco.
Ellas, controvertidas en su pintura, integran la exposición de las 56 artistas contemporáneas que presentan su obra dentro de una exposición mágica que está cautivando a todos los visitantes.
Miguel Cervantes y Germaine Gómez Haro, curadores de la muestra, coincidieron en el valor de la exposición por la calidad de las artistas representadas.
“Hasta el siglo pasado las mujeres no eran consideradas de manera importante, incluso por las autoridades mexicanas, sin embargo muchas llegaron a hacer una carrera importante”, explicó Cervantes.
Un buen ejemplo está en María de la O, una artista jalisciense que si bien no destacó como otras pintoras reconocidas, tuvo un estilo muy imaginativo.
“Ella tiene una peculiaridad, que su obra terminó siendo un género comercial, pero tiene una imaginación muy fuerte en sus inicios, personal, aunque no pudo sobresalir después en su trabajo”, dijo.
En la exposición destacan los tapices que realizó Lola Cueto en París en los años 20 y que sorprende por su medio de lenguaje.
“Angela Gurría, quien fue la primera mujer de Diego Rivera, presenta su obra, que logró un lugar importante como ilustradora de cuentos literarios”.
Cervantes aseguró que una de las artistas que no fueron reconocidas en su tiempo fue María Izquierdo, quien siempre vivió una gran rebelión interna.
“Ella fue víctima de un cierto machismo que la escuela nacionalista impuso, porque no se le permitió pintar en los edificios, entonces ella se siente herida por este rechazo que le afectó mucho y se ve reflejado en su obra”, dijo.
El caso particular de Frida Kahlo es diferente porque la gente conocía sus problemas físicos, que ella utilizaba como una autobiografía plástica, teniendo desde entonces un gran reconocimiento por su obra.
“En particular pensé que era importante participar como curador y ver el punto de vista de una mujer como Geraldine, pero no hubo grandes diferencias, porque nos propusimos encontrar la voz de los artistas y no tanto la voz del feminismo”, expresó.
Gómez Haro se refirió a la curaduría como un trabajo exhaustivo, con una producción plástica muy variada.
“El trabajo fue muy reconfortante, por los espacios, por lo que implica una selección, nuestro objetivo fue elegir a las artistas representativas en tendencias y momentos, tomando en cuenta su calidad estética”, indicó.
La obra escultórica llama la atención en una de las salas recibiendo a los visitantes la obra de Angela Gurría.
“Ella fue una de las mujeres, quien junto con Helen Escobedo, fueron discípulas de Germán Cueto, escultor mexicano que trabajó la idea de escultura moderna en México. Entonces no hay la escultura como lo hay actualmente en el país, era algo raro entonces”, explicó Cervantes.
La obra de Irma Palacios incluye formas orgánicas, como si fueran paisajes abstractos, muy apegados a la naturaleza, detalló Gómez Haro.
“Cuando Marco inaugura sus puertas, en la primera exposición formaron parte otro lenguaje con otra generación de artistas que manejaron temas mexicanos en la cultura popular y se inicia con gran fuerza con Rocío Maldonado, Georgina Quintana, Elena Climent y Dulce María Núñez, todas entran en otro lenguaje que floreció en los 80 con gran éxito”, agregó Cervantes.
En la museografía se nota una ruptura con el arte que se hacía en la época, en una corriente que se denominó como neomexicanismo, término que se adjudica a Tere del Conde, como un regreso a la mexicanidad.
“La fotografía es parte del arte, que si bien parece que interrumpe la exposición, fue notable en México en el siglo XX y del cual hay una gran historia; en la década de los 80 se empieza a reconocer a la fotografía como un arte importante, porque en muchos años estuvimos ciegos a su valor”, aseguró el curador.
Tina Modoti, Lola Alvarez Bravo, Kati Horna, Paulina Lavista y Graciela Iturbide conforman un grupo de fotógrafas que destacaron, siendo Iturbide premiada internacionalmente en varias ocasiones.
En el arte de instalación con Mónica Mayer y Mari Bustamante incluyen una parte de video, como también destacan por su arte contemporáneo Paula Santiago, Yolanda Gutiérrez, Laura Anderson y Perla Krause, entre otras.
“Las ceramistas Paloma Torres, Maribel Portela y Miriam Medrez destacan también porque llevan un lenguaje que se ha renovado, además de que vivimos es un país de ceramistas, tenemos una tradición milenaria, donde lo importante es que se ha rescatado con lenguajes muy variados, con mitologías antiguas o la abstracción en los temas”, dijo Gómez Haro.
La exposición permanecerá abierta hasta mayo del presente año.
Los lunes el museo está cerrado y los miércoles la entrada es gratuita.