El Centro Internacional de Negocios de Reynosa se vistió de gala para recibir, dentro del marco espectacular del Festival Internacional Tamaulipas, al Ballet de San Petersburgo, Rusia, que interpretó en escena el clásico cuento musicalizado de Piotr Ilich Tchaikovsky ”El Lago de los cisnes”.
Es una de las creaciones más conocidas de la danza clásica y tal vez la que mayor número de representaciones ha tenido a lo largo de la historia desde su estreno. Es así considerada por los elementos que la integran pues no ha perdido fuerza ni hermosura tras el devenir de los tiempos.
En punto de las 8:35 de la noche el telón del Centro Internacional de Negocios se recorría por primera vez para mostrar al público asistente un espectáculo cultural y clásico digno de tomarse en cuenta con toda la reverencia de la ocasión.
“El lago de los cisnes” narra la historia de Sigfrido, un príncipe que al llegar a la mayoría de edad es invitado por sus amigos a una cacería en un lago cercano, con la intención de persuadirlo de su permanente dilema para elegir esposa.
Los jóvenes cazadores encuentran una bandada de cisnes guiada por uno blanco, en cuya cabeza brilla una deslumbrante corona de oro.
A partir de entonces Sigfrido percibe una extraña fascinación por la misteriosa ave. Una noche, en lo más recóndito de un bosque encantado, el príncipe descubrió a Odette, una bella joven, misma que le contó la forma en que fue transformada en cisne al igual que las doncellas de su corte y todo por la magia del brujo Von Rothbart.
Este, al ser rechazado por Odette, la encantó de tal modo que sólo podía recobrar su figura original por breves momentos durante la noche.
En ese encuentro los jóvenes se enamoran y comprometen, sin embargo, son sorprendidos por el brujo, quien utilizando a Odile, el cisne negro, engaña al príncipe Sigfrido.
El príncipe se percata de la usurpación, por lo que pelea con Von Rothbart por el amor de Odette, rompiendo de esa manera el sortilegio de los cisnes.
Se contó una historia de amor que pocas veces pisa tierra tamaulipeca pues “El Lago de los cisnes” logró cautivar la atención del espectador con un ballet que a lo largo de su historia ha pisado escenarios importantes.
PRIETITO DEL ARROZ
Es menester que al asistir a una presentación de ese tipo se conozca el protocolo a seguir, para no caer en bochornos ni ser víctima de comentarios procaces, irónicos y sarcásticos durante el desarrollo del ballet
“El Lago de los cisnes” lo conforman tres actos en donde los artistas marcan al público los tiempos del aplauso. Es por ello que por prudencia, quien no conozca la etiqueta de estos eventos, debe abstenerse de hacerlo.
En primer lugar, para evitar que los artistas en escena caigan en algún error involuntario y la segunda, quizá la más importante, para no mostrar a los demás la poca cultura que tenemos en un evento de tal magnitud.
No conocer la obra y levantarse después del primer telón y el segundo en forma continua e irse, en el último de los casos por creer que ya acabó, es una falta irreverente al artista y una muestra barata de simpleza personal combinada con ignorancia pura.
Hoy le tocó el turno a Reynosa disfrutar de tan internacional evento y lo hizo dentro de un festival donde la cultura merece el respeto y consideración de propios y extraños por el hecho de saber escoger los espectáculos que presenta.
En lo que respecta al Festival Internacional Tamaulipas, es destacable el buen tino de su selección y para el público, cabe la invitación a demostrar que de veras conoce un espectáculo de altura para disfrutarlo con la propiedad que merece.
Inclán, convincente como “El Avaro”
Por: Erick Muñiz
Con un trabajo muy bien logrado del actor Rafael Inclán, la noche del domingo se presentó la clásica obra de Moliére “El Avaro”.
La puesta en escena tuvo un énfasis especial en el vestuario, colmado de los barroquismos propios de la época francesa del siglo XVIII, de acuerdo a la adaptación de Miguel Sabido.
Y aunque la escenografía fue más bien austera, el guión del dramaturgo y la dirección de José Solé se conjuntaron con la interpretación de Inclán –un afamado actor de la época picaresca del cine nacional– para darle un giro divertido e irreverente a la historia.
El doble sentido y los francos albures arrancaron la risa de los asistentes, que si bien no llenaron la totalidad del Centro Internacional de Negocios, sí le dieron una cálida bienvenida a la compañía de teatro.
Además de Inclán, destacaron las actuaciones de Lupe Vázquez, como Forsina e Isabel Molina, como Elisa.
La obra, de cinco actos, se estrenó en 1668 y la anécdota versa sobre los enredos amorosos del avaro Rapagón, quien se siente atraído por la novia de su hijo Cleanto; además, desea que éste se case con una mujer mayor y su hija Elisa con un anciano sin entregar dote, pero al final de cuentas no logra su cometido, los jóvenes se quedan con sus respectivas parejas y sobre la avaricia triunfa el amor.