Durante este 2014 el periodismo en Tamaulipas se encuentra de fiesta, porque uno de los patrimonios informativos construido con la imparcialidad tuvo su origen hace precisamente 90 años.
Era 1924, estaban muy frescas las cicatrices de la Revolución y la sociedad mexicana aún atravesaba por conflictos de agitación, traiciones, despojos y desempleo. Los gobernantes no acababan de asentarse cuando eran desposeídos de sus cargos, acusados de corruptos e inclusive, asesinados.
La imperante necesidad de mantener al pueblo informado y la avidez por suministrar y obtener al mismo tiempo noticias, abonó a las denodadas intenciones de un joven ya experimentado en el oficio de la comunicación en fundar el semanario Verbo Libre, que a la postre dejó este nombre para llamarse El Antirreeleccionista y después El Mañana de Nuevo Laredo, en 1932.
Historia pura es la que a lo largo de nueve décadas se contiene en las páginas de este periódico y en las que hoy en día sigue encendida aquella flama que llevó a don Heriberto Deándar Amador a crearlo.
Para su nieto, Ramón Darío Cantú Deándar, quien actualmente funge como director general, el significado de los 90 años es tan grande, como la responsabilidad de mantener intactos los ideales que lo comenzaron, enfocados a servir a la comunidad y no a los intereses del dinero.
“Así lo marca desde la época de mi abuelo ‘El periódico que va con el pueblo’, ‘Periodismo de combate’ fue el slogan de Verbo Libre, el primer periódico, y se ha venido transmitiendo esta línea de trabajo editorial de generación en generación.
“De ellos vivimos, a ellos nos debemos, a nuestros lectores, al pueblo y por eso no podemos traicionarlos, es así de sencillo”, señala rotundo.
Manifiesta que se le ha dado un justo valor a esta fecha conmemorativa, y por ende en el mes de marzo se realizaron una serie de eventos –con destacados conferencistas– y se elaboró una edición especial: ‘El Mañana, 90 Años de Tradición Periodística’, que reseña el quehacer informativo del matutino a través de las décadas y su contribución a la comunidad.
En la búsqueda por realizar una semblanza digna de lo que este prestigiado impreso representa, se rescataron datos históricos muy valiosos e interesantes que reflejan la identidad y dan luz también de la personalidad de don Heriberto Deándar Amador.
“Este es un libro que ya se publicó y lo estamos compartiendo con la gente de los dos laredos (Sic)”, comenta.
HOMENAJE A SUS IDEAS
La recopilación contiene detalles inéditos sobre la personalidad y entereza del creador de El Mañana de Nuevo Laredo, que también fue forjador de hombres, un prolífico empresario y quien supo transmitir a sus hijos el amor por esta profesión.
“Había ya un material armado que elaboró el doctor en comunicación José Carlos Lozano Rendón, que narra perfectamente desde que el periódico surge como Verbo Libre, hasta el fallecimiento de don Heriberto a finales de los años 60.
“Yo lo único que hice es darle una vista ahí, revisar cuestiones de ortografía, detalles que fueron mínimos y posteriormente a mí me tocó hacer una semblanza del fundador, para saber cómo era de esposo, papá, amigo”, refiere el periodista Luis Barrera López, editor del libro conmemorativo de los 90 años.
Sobre a qué se dedicaban los papás de don Heriberto, el entrevistado explica que del mismo modo fueron personas que defendieron las ideas, muriendo inclusive por ellas.
“Eso es muy interesante, porque su padre también participó en la Revolución, apoyó la causa maderista. Fue una gente de convicciones, como los hombres de aquel tiempo, de palabra y precisamente murió en ese conflicto armado, quedando viuda su mamá, lo cual lo motivó a apoyarla a sacar a sus hermanos adelante y se convirtió en telegrafista.
“Al estar en contacto con la información de lo que estaba sucediendo en esos últimos años de la Revolución, don Heriberto decidió incursionar exitosamente en el periodismo”, agrega.
Hoy en día El Mañana de Nuevo Laredo es uno de los medios de comunicación más respetados de México, aunque probablemente en un principio hubiera sido difícil imaginar hasta donde llegaría.
Y es que pasó a formar parte de la vida de muchas generaciones en la frontera, tan es así que hay quienes aún atesoran viejos reportajes, literatura periodística que se ha escrito por décadas.
“Se sorprende uno encontrarse con la señora que abre la alacena y se encuentra con recortes de hace mucho tiempo; la receta de como preparar cochinita pibil, que saca el anuncio en sociales de su hija, cuando ella se casó o del señor que tiene la nota de cuando cayó el portesgilismo en Tamaulipas, son detalles que se quedan en la vida de la gente y es muy bonito.
“Por ello en la parte final del libro quisimos hacer una galería con periódicos de antaño y poniendo unos actuales, porque es una forma para mostrar al lector la forma en que ha ido evolucionando el periódico y cómo a los mismos periodistas nos sirve de referencia a la hora de elaborar una información”, indica.
En la misma tesitura explica Barrera López que en estos 90 años el periódico construyó un trabajo intelectual invaluable, que sería imposible reunirlo todo, aunque su contribución es indiscutible.
“Una ocasión me tocó atender a un reportero norteamericano que venía de San Antonio a un reportaje del río Bravo y me pregunta por qué el periódico se llama El Mañana y no La Mañana, pensando en inglés.
“Y al explicarle que no se trata de la hora temprana del día, sino hablar de un futuro con esperanza; se quedó pensando y luego me dijo que se le hacía muy bonito el nombre”, recuerda.
EN SUS RECUERDOS
Rodolfo Nava, sobrino de don Heriberto, es un testimonio de los grandes momentos que le han dado grandeza a la esquina de Perú y Juárez, después de haber estado ubicado el periódico en las calles Gutiérrez y Galeana, donde nacieron sus primos.
“Cuando éramos niños cómo disfrutamos, éramos un poco traviesos y ocurrentes. Una vez me acuerdo que mi primo Beto (hijo del fundador) me dijo: ‘oye primo, vamos a comprar sodas. ¿Traes dinero? no, nomás traigo un peso’.
“Y entonces vamos a vender periódicos, eran las 4:00 de la tarde y sale Beto con cinco periódicos y a mí me da otros cinco y ni fechas vimos y nos arrancamos por las calles de aquí, cantando El Mañana (risas), porque mi tío Heriberto nos enseñó que lo dijéramos así, con falsete (risas).
“Vendimos los periódicos y luego al día siguiente le llaman a la secretaria Juanita para quejarse que unos güeritos habían ido a vender periódico de hace dos semanas. Eramos tremendos”, memora sonriendo.
De su tío Heriberto Amador Deándar don Rodolfo menciona que siempre fue un gran ejemplo para todos sus trabajadores e hijos. Que su pura presencia y voz grave imponía. De la misma manera refiere que contó siempre con el apoyo de su esposa Ninfa Martínez.
“El cumplía en persona lo que escribía y siempre estuvo comprometido con la verdad. Defendía las cuestiones del pueblo y por eso recuerdo que en los años 40 el periódico fue baleado, teníamos unos 10 años de edad cuando pasó eso”, alude.
LIBERTAD GANADA A PULSO
Y es que en todos los años que lleva de vida, El Mañana de Nuevo Laredo ha debido hacer frente a maniobras de los gobiernos y grupos que quieren desestabilizarlo; desde bandidos y caciques hasta funcionarios y presidentes.
Pero fue justamente esta directriz –que impuso don Heriberto Deándar Amador– la que mantiene al periódico como un referente a nivel estatal y nacional, sobreponiéndose siempre a las reprimendas y ataques.
“La frontera es sin duda un lugar muy rico, de mucho comercio internacional, maquiladoras, industrias; no obstante, este auge económico también ha traído consigo contrabando, narcotráfico, problemas serios que algunas ocasiones se salen de control.
“Hemos atravesado etapas complicadas, las cuales han mejorado en los últimos meses y creo que vamos a salir bien, recuperando terreno en lo que respecta a la libertad de expresión, con pasos firmes.
“Nos agarraron de tiro al blanco los carteles de la droga y sí hemos sido noticia lamentablemente, pero lo importante es que estamos vivos, celebrando el 90 Aniversario con optimismo y la esperanza de que las cosas van a mejorar.
“Me siento muy contento, la gente del periódico ha estado muy unida, trabajando hombro con hombro y la adversidad nos ha hecho más fuertes y mejores”, manifiesta.
Es por esta doctrina de decir la verdad que El Mañana de Nuevo Laredo es uno de los diarios favoritos de la frontera, lo que le ha valido triunfos y también repercusiones desde los tiempos en que fue fundado.
De acuerdo con el periodista Luis Barrera López las primeras glorias y batallas del periódico tuvieron lugar desde que don Heriberto Deándar Amador apoyó los postulados revolucionarios de los hermanos Flores Magón de ‘sufragio efectivo, no reelección’, los cuales fueron su pleito después con Emilio Portes Gil, que quería reelegirse como gobernador en Tamaulipas.
“El estaba muy comprometido con la democracia y en esa búsqueda rompió con la línea política que había hacia la segunda mitad de los años 20 y principios de los 30, lo cual también le costó ciertas diferencias con su socio del Verbo Libre, Manuel del Saz, y por ello decidieron seguir cada quien por su lado.
“Fue después de esto que don Heriberto lo convierte precisamente en El Antirreeleccionista, que como su nombre lo dice era para confrontar a Portes Gil. Este último no logra su objetivo (de prolongarse en el gobierno) y luego pasa a llamarse El Mañana de Nuevo Laredo”, describe.
QUISIERON CALLARLO
Pero así como este 2014 es un buen tiempo para festejar, también lo es para meditar en lo que a este matutino le ha costado ser un diario independiente, recibiendo embestidas delincuenciales, como la sensible pérdida de su director editorial, Roberto Mora, quien fue asesinado en 2004.
“Creo que en este periódico siempre ha existido la libertad de expresión. Yo nunca me sentí limitado para hablar. Los años 80 y 90 los considero como una época de oro del periodismo, porque fue un despegar tremendo en el que nos tocó compartir con gente que traía muchas ganas de hacer buen periodismo en todas las áreas.
“Pero también fue una etapa que tuvo sus consecuencias, como el salinismo en el que al periódico le costó la represión del gobierno, por medio de la hacienda pública, debido a que se divulgaba información que lo incomodaba.
“Más que crítica El Mañana de Nuevo Laredo ha tenido una postura honesta, en la que se le dice al funcionario, al artista o al ciudadano la verdad de las cosas y se denuncian intereses oscuros y retorcidos, lo cual prácticamente nos puso como periódico al frente en Tamaulipas.
“Empezaron a manifestarse ciertas formas de represión que no pasaban de ‘te vamos a golpear’ o ‘te vamos a encerrar’, pero después comenzamos a vivir una etapa nueva donde volvió a hacerse efectivo algo que era tan antiguo como el ‘te voy a matar o desaparecer’.
“Fue muy impactante sentarme a escribir de amigos que ya no están con nosotros como el caso de Roberto, que te llega mucho al corazón y te pega muy fuerte. Esa tarde, la tengo muy presente, cuando terminé de redactar del caso de nuestro compañero terminé muy deprimido”, comenta Luis Barrera López, quien durante algunos años se desempeñó como editor en este medio.
Por su parte el director general, Ramón Darío Cantú Deándar, detalla que los ataques a este medio son capítulos que han afectado a familias completas, a madres e hijos, pero también a todos los que buscan la libertad de expresión.
“Estos tristes casos nos han congelado y quitado la tranquilidad, la paz y la convivencia de los niños en las plazas, en los jardines, en los parques, que no salían por temor; a familias enteras que tenían la tradición de irse a los ranchos, ir a pescar al río y a las presas.
“Pero hemos sido cada vez más fuertes, la última vez que hubo un atentado contra el periódico me llamó la atención que estuve aquí en la noche esperando a que llegaran los muchachos de circulación, los de prensa y nadie faltó.
“Acababan de balear todo el estacionamiento y algunos carros y nadie faltó al trabajo, nadie me preguntó nada, nadie se quejó, nadie me preguntó si iba a venir alguna corporación policiaca a vigilar las instalaciones. Ellos vinieron, cumplieron con su trabajo y la verdad mis respetos, toda esta gente merece un reconocimiento”, agradece.
CON VOCACIoN Y TRABAJO
Asimismo, en el transcurso de estos 90 años El Mañana de Nuevo Laredo se ha convertido en una fuente de prosperidad para muchos trabajadores y sus familias.
Aún con el paso de los años el diario ha sabido transitar a las nuevas tecnologías y mantenerse a la vanguardia, desde los linotipos a las rotativas; de las máquinas de escribir a las computadoras.
Su director coincide en que pueden presentarse siempre dificultades, pero el hecho de que el periódico salga todos los días y esté listo para que la gente lo tenga temprano en sus manos habla de la seriedad con la que se elabora.
“Es todo un reto y en momentos complicados me pregunto ‘cómo mi abuelo no fundó una panadería y que el problema más serio fuera que se quemó el pan…’ (risas).
“Aquí tenemos una empresa muy completa que trabaja las 24 horas durante todo el año. Se nos ha ido la luz, hemos tenido cuestiones técnicas e inclusive, El Mañana de Reynosa nos dio un tirón e imprimimos por allá en el periódico hermano, pero el impreso sale porque sale y seguimos cumpliendo”, garantiza Cantú Deándar.
Su hermano, José Heriberto, quien también ha sido director de este periódico, también se dice contento por esta trayectoria y la oportunidad que han tenido de desarrollarse los profesionales del periodismo, de la parte comercial y técnica, pero sobretodo por el interés de presentar información veraz que ha fortalecido la democracia, las instituciones y fomentado una vida sana como sociedad.
“Es un orgullo por esta responsabilidad, pues la prensa juega un papel preponderante en la vida pública y esto es motivo para que persista y permanezca cobijada por la misma comunidad”, opina.
Reconoce que en ocasiones El Mañana ha debido retroceder cuando las condiciones del ejercicio de la prensa no están garantizadas por el Estado, pero que son espacios de libertad que deben recuperarse.
“La prensa en Tamaulipas pasa por momentos difíciles, por una crisis de seguridad como toda la sociedad en su conjunto y por ende la prensa tiene que ser cautelosa, pero no amedrentarse y seguir luchando con la convicción siempre para el bienestar de la comunidad y los valores que justifican su existencia”, define.
En tanto Ramón Darío Cantú Deándar, quien tenía tres años cuando falleció don Heriberto Deándar Amador, considera que su abuelo estaría contento y satisfecho con lo que se ha hecho.
“Era un hombre de mucha convicción. Hemos seguido con su bandera y su legado. Mi mamá Ninfa Deándar Martínez también fue una pieza importante en este medio, porque estuvo quebrado El Mañana de Nuevo Laredo por varios años y El Mañana de Reynosa lo mantenía.
“Fue mi madre la que se vino aquí a entrarle, a agarrar el toro por los cuernos y logró levantar el legado, la bandera de mi abuelo. Pienso que la unidad ha sido fundamental, por eso quiero agradecer también a mis primos y mis tíos de El Mañana de Reynosa, de Hora Cero, porque en una buena medida también son parte de la historia de este periódico y esperemos llegar a los 100 años, ojalá el destino nos dé vida para verlo y mi madre esté bien de salud”, medita.
Hoy, a 90 años de distancia, no hay un rincón de este periódico en el que no se respire el aroma a tinta que lo vio nacer, el vaivén de empleados que le dan vida todos los días y las mismas ganas de seguir haciendo un buen periodismo en la frontera y seguir escribiendo la historia.