Judith Jahzeel Salazar Muñiz es ingeniera mecánica administradora por la UANL. Con capacidad y determinación esta joven egresada se ha tenido que abrir un espacio en una competida profesión que mayormente es dominada por varones, demostrando que hay suficientes argumentos para que las féminas también desempeñen prácticamente cualquier tarea, por muy compleja que ésta parezca.
Desde la Revolución Industrial del siglo 18 y la Primera Guerra Mundial en el 20, la mujer ha tomado un papel trascendental en el sector manufacturero.
Por motivos de obligatoriedad, necesidad o superación personal se ha comprobado que las damas pueden desempeñarse en puestos directivos pero también en procesos operativos tan importantes como participar, por así referirlo, en la logística, diseño, ensamble del motor de un avión; de un cohete espacial o algo no menos importante, del funcionamiento de una fábrica.
Y se da por entendido que Nuevo León y los estados circunvecinos de la región noreste del país son pilares industriales de la República Mexicana.
En este territorio se mueve gran parte de la economía nacional, pues se construyen materias primas y productos que van a muchas partes del mundo.
En función de esto Judith Salazar aporta su granito de arena, siendo para ella un éxito conformar una estructura de personas que está logrando metas personales, pero que al mismo tiempo trabaja en favor de este país.
“Es algo que me llena de orgullo y satisfacción el poder ser parte fundamental del crecimiento tecnológico, industrial y socioeconómico de México, ya que en la actualidad las mujeres ingenieras tenemos dos tareas muy importantes las cuales son transformar el mundo con la aplicación de todo lo aprendido y, por otro lado, incentivar la formación para más mujeres ingenieras.
“Yo quise aprovechar mis habilidades para poder desarrollarme en dicha área como ser creativa. Me considero una mujer ‘multitasking’, es decir, que puedo desempeñar tareas múltiples y eso es algo que ayuda muchísimo en el área industrial”, comenta.
La joven confiesa que eligió ser ingeniera mecánica administradora porque considera que esta profesión tiene uno de los perfiles profesionales más completo y con un extenso abanico de posibilidades laborales, especialmente en la zona metropolitana de Monterrey.
Sólo basta echar un vistazo al pasado para constatar con asombro cómo era la Sultana del Norte a principios del siglo 20, que donde prácticamente había terrenos semidesérticos ahora hay inmensidad de naves industriales que le dan trabajo a muchísimas personas.
“Eso me impacta mucho, debido a que cada ciudad y país necesita ese crecimiento industrial, es parte del progreso y de las oportunidades laborales para que cada ser humano en el ámbito profesional y laboral pueda salir adelante, y con ese desarrollo poner un grano de arena en este avance tecnológico.
“Aunque por otro lado existen también importantes modificaciones ambientales y un desequilibrio en el ecosistema, así como diversas formas de contaminación. Por eso las industrias deben de llevar ciertos procesos para hacer un uso eficiente de la energía, manejar de una manera responsable sus residuos y el agua, ya que éste es uno de los recursos más importantes, no olvidando que recientemente enfrentamos un problema de fuerte sequía en Nuevo León. Bajo esas condiciones debemos de identificar los objetivos de mejora”, relata.
MUCHA DEDICACIÓN
Hace algunos años, cuando tuvo que tomar una de las decisiones más importantes de su vida y pudiendo elegir entre muchas otras carreras, Judith decidió ser ingeniera mecánica administradora, algo de lo que asegura jamás habrá de arrepentirse.
“Es una de las mejores elecciones que he tomado en mi vida. Me llena de orgullo y satisfacción el decir que soy ingeniera mecánica administradora, porque es algo que me costó mucho esfuerzo y dedicación”, expresa.
La joven profesionista cuenta que cuando alguien le llegó a preguntar si estaba segura del camino que ella eligió, su respuesta fue que, desde su punto de vista personal nunca se debe desistir de los sueños y que hay que esforzarse cada día para lograr lo que tanto se desea.
Una vez que ha egresado de su preparación académica, Judith comparte la que ha sido una de sus mejores experiencias en su etapa de estudiante, en un ambiente predominante masculino.
“Desde el segundo semestre fui elegida para ser becaria colaboradora en un departamento administrativo de mi facultad y ahí aprendí muchísimo. Me ayudó a empezarme a formar laboralmente; la Facultad de Ingeniería Mecánica Eléctrica de la UANL es un espacio totalmente de inclusión con las mujeres, así como en la actualidad muchas empresas e industrias se están sumando a esta inclusión, algo que es un avance muy importante como sociedad”, agrega.
No obstante, Judith también ha tenido que enfrentar la desigualdad de oportunidades por el hecho de ser mujer, ya que menciona que para ciertos puestos aún hacen referencia que sólo pueden ser ocupados por el sexo masculino.
Para que el público entienda lo que realmente hace un ingeniero de su profesión es evaluar procesos de inversión en empresas de manufactura, en departamentos de producción, recursos humanos, ingeniería de planta y proyectos; mantenimiento, calidad y diseño. En áreas de asesorías profesionales, capacitación empresarial y desarrollos tecnológicos. Controla y asegura la calidad total en los procesos.
“Uno de mis mayores sueños en este camino que estoy emprendiendo es desarrollarme plenamente en lo laboral aplicando todo lo aprendido y así forjar un patrimonio, poder viajar y seguir creciendo académicamente.
“Mis papás también se sienten muy bien de tener una ingeniera en casa. Para ellos es un gran orgullo el ver que culminé mis estudios, todo el esfuerzo y empeño que dediqué para poder lograrlo, ya que no fue nada fácil, no tienen palabras para expresar esa inmensa alegría de qué su única hija ya sea una ingeniera mecánica administradora.
Acerca de su perspectiva de futuro y de que Nuevo León tiene muchas oportunidades, sus capacidades y su carrera le pueden abrir el abanico de ir a muchos países y de aprender muchas cosas que para la mayoría de la gente son complejas.
“Quiero seguir preparándome, especializarme en el área que más me apasiona y así en un futuro poder conocer otras industrias de otros países, aprender de ellos y poder poner mi granito de arena con los conocimientos obtenidos”, refirió Judith.
EJEMPLO DE LA JUVENTUD
Hablando de un mundo actual en el que muchos jóvenes abandonan sus estudios y que las mujeres optan por carreras de otro tipo, la entrevistada dijo lo que les diría a las personas de su edad y acerca de su profesión para invitarlas a dejar la apatía y hacerles sentir que vale la pena estudiar.
“Lamentablemente muchos jóvenes abandonan la escuela por no tener el apoyo económico, la aprobación de su familia de estudiar dicha carrera y a todos ellos lo que les puedo compartir es que no desistan de sus sueños siempre hay una solución. Como ingeniera siempre he dicho hay que ingeniárnoslas para la solución de un conflicto. En esos casos es bueno buscar una beca, hablar y expresar tus deseos, nunca renunciar a lo que verdaderamente deseas, que en el trayecto las puertas se van abriendo, que siempre hay alguien que nos apoya en este proceso como compañeros, maestros y familiares.
“Y para motivar a las mujeres para estudiar una ingeniería es que todas tenemos el potencial de ser exitosas. Podemos realizar el trabajo al igual que un hombre; hay que luchar por lo que queremos, hay que demostrar de lo que somos capaces”, señala enfáticamente.
-¿Cómo ves el papel de la mujer en las industrias y cuáles son las mujeres que por su dedicación tú admiras?
“Considero que es de suma importancia el papel que estamos realizando cada una de nosotras en el ámbito industrial, para mencionar unos ejemplos es que a través de la historia se han dado a conocer varias mujeres que se han involucrado en la ciencia y en la tecnología y han hecho descubrimientos importantes para el avance tecnológico como es el caso de Emily Roebling, quien intervino como la primera ingeniera de campo y líder técnica del puente de Brooklyn cuando su marido, Washington Roebling, quedó paralítico y no pudo seguir trabajando.
“Ella es un claro ejemplo de qué las mujeres tenemos la capacidad de hacer las mismas funciones que un hombre. Ella fue la que se encargó de la realización de dicho puente y obtuvo conocimientos como de resistencia de materiales, la tensión en cables de acero cosa que complementó con sus conocimientos de construcción de puentes”, relata Judith.
-¿Invitarías a más mujeres a la industria y por qué?
“Por supuesto que invitaría a que las mujeres sigamos formando parte de esta grandiosa área profesional. Hay que seguir demostrando de lo que somos capaces, de nuestras cualidades de nuestras fortalezas, y que vivan esta experiencia que es maravillosa, de ser ingeniera. Hay que formar parte de esta transformación”, asegura la profesionista.
-Si pudieras contar alguna anécdota de tu proceso como ingeniera mecánica administradora ¿cuál sería?
“Una anécdota que siempre cuento es cuando en algunas materias en el salón me tocó ser la única mujer, en una ocasión en una materia de ambiente nos tocó fabricar e instalar celdas solares en un edificio. Fue una tarea algo compleja, pero eso hizo que me enamorara más de mi carrera y del papel que desempeña un ingeniero en esas facetas de investigación, creación e implementación para las mejoras de la vida cotidiana, que siempre es para mejorar e innovar”.
Por último Judith Jahzeel Salazar Muñiz, quién es un símbolo de trabajo del ‘power’ femenino, destaca la importancia de continuar con la difusión para que todo el sistema empresarial e industrial, se siga sumando a la norma de inclusión para que cada una de las mujeres puedan ser consideradas en el ámbito laboral una pieza clave para el crecimiento.
“Doy gracias a Hora Cero, este medio informativo tan importante, para expresar mi sentir como ingeniera y que si alguien se siente identificada con mi historia, lo tome como ese mensaje que necesitaba. Nunca renuncien a sus metas y sueños, con dedicación y esfuerzo se logran las mejores cosas en la vida”, asegura la ingeniera.