La tragedia invadió a la familia Silva Gallegos. Un sobrecalentamiento en la línea eléctrica, o los materiales de baja calidad utilizados en las casas de interés social, fueron la causa para que un voraz incendio embargara la tranquilidad de sus sueños.
El incendio se registró el pasado 15 de diciembre alrededor de las 4:30 de la madrugada en la calle Cerro del Picacho con Privada San Humberto, de la colonia Almaguer de la ciudad fronteriza de Reynosa.
En la minúscula casa de Infonavit dormían una familia entera: Agustín Alejandro Silva Lizárraga, de 19 años; sus hijos José Alejandro, de dos años, y Ulises, de un año de edad, quienes sufrieron lesiones graves, mientras Carmen Gallegos Salazar, esposa y madre, murió a causa de las quemaduras que le causaron múltiples paros cardiacos.
David Silva Lizárraga, hermano de Agustín Alejandro, recordó con tristeza cómo sucedieron los hechos:
“El fuego inició en la sala. Al parecer un corto circuito originó el incendio; otro de mis hermanos estaba dormido en el sofá al lado del enchufe donde comenzó todo y solamente se quemó el cabello y parte de la cabeza, pero pudo salir corriendo para avisarnos lo que estaba pasando”, dijo.
El contacto eléctrico no tenía ningún aparato conectado, añadió, ni siquiera el pino de Navidad que estaba en la sala y que era la principal preocupación ante un eventual corto circuito.
Señaló que su hermano, ante la desesperación por internar salvar a su familia y tratar de sofocar el fuego, corrió a buscar a su madre María de Jesús, creyendo que estaba encerrada en el cuarto de la parte trasera de la modesta vivienda.
Sin embargo, dijo David, la señora no se encontraba en la recamara, pero el fuego bloqué la puerta impidiendo salir a Agustín Alejandro, causándole lesiones que actualmente son atendidas en un hospital.
“Los bomberos tuvieron que abrir unos agujeros grandes en la pared de la habitación donde (Agustín Alejandro) estaba atrapado para hacer que la lumbre saliera del cuarto, y de esta forma rescatarlo”, dijo.
Mientras tanto los dos menores eran protegidos por su joven madre, siendo finalmente extraídos de la casa por una de las ventanas.
Para suerte de la difunta las ventanas no tenían protecciones, mismo que facilitó el rescate de los niños por parte del Heroico Cuerpo de Bomberos, sin embargo Carmen sufrió quemaduras en un 75 por ciento de su cuerpo y falleció el 25 de diciembre pasado.
“Mi cuñada resistió mucho tiempo en el fuego por el amor a sus hijos tratando de cuidarlos lo más posible, pero no soportó las quemaduras. Murió el día de Navidad”, señaló.
SIGUEN LUCHANDO PERO REQUIEREN AYUDA
Mientras tanto los pequeños y su padre fueron trasladados y están internados en el Hospital General de Ciudad Victoria en espera de que sanen sus lesiones.
“Mi hermano, de la desesperación por ver a sus hijos graves y haber perdido a su esposa ha tratado de levantarse de la cama de hospital pero se encuentra grave todavía”, mencionó David con un sentimiento de impotencia al no poder ayudarlos como desea.
Explicó que el siguiente paso es que a los menores se les implantará piel para tratar de recuperar, lo más posible, la superficie dañada.
“Lamentablemente”, dijo, “somos de escasos recursos y ya no tenemos dinero para comprar las unidades de sangre que necesitan tipo O y B positivo, además de varias cremas para las lesiones”, dijo preocupado.
Otra complicación que enfrenta la familia es no contar con asistencia médica del Seguro Social, por lo que mediante el Seguro Popular fueron atendidos hasta el pasado 31 de diciembre cuando venció el beneficio. Ahora los familiares de Alejandro están en espera de conocer a cuánto ascenderán los gastos de hospitalización.
“Nosotros no estamos pidiendo dinero, solicitamos solamente que nos apoyen donando sangre, cremas como vitacilina, mycostatin y la recuberol, además de la atención médica”, expresó.
Añadió que solicitaron apoyo en el Gobierno del Estado, pero les comentaron que sería hasta después del 20 de este mes cuando serán recibidos por las autoridades.
Sin embargo la Asociación Michou y Mau les ha brindado apoyo, con la posibilidad de trasladar a los niños a un hospital de Estados Unidos.
En Ciudad Victoria se encuentran la abuela de los pequeños y otro familiar de Agustín Alejandro, atentos para recibir apoyo de autoridades o particulares.