Hora Cero es una realidad, una realidad que puede contar una historia, una historia importante de cosas buenas, cosas malas, pero finalmente una historia que va de la mano de su ciudad natal que es Reynosa y que es el norte en el Estado de Tamaulipas”.
Heriberto Deándar Robinson
Director General de Hora Cero y Verbo Libre Editores
Mucho ha cambiado esta empresa durante los últimos 5 lustros, hay muchas caras nuevas, las instalaciones son distintas, los espacios que antes lucían vacíos hoy están ocupados por nuevo personal.
Sin embargo, para Heriberto Deándar Robinson, director general de Hora Cero y Verbo Libre Editores, algo no ha cambiado: el profundo respeto al periodismo y la verdad que se ha practicado en este periódico desde su fundación.
En entrevista, el editor habló de lo que ha sido la trayectoria de este periódico, que ya está profundamente unido a la historia de Reynosa y el resto del Estado de Tamaulipas.
En la conversación, habló de su herencia, de su legado y de las enseñanzas que han dejado no solo los tiempos de bonanza, sino los años complicadísimos que se padecieron cuando un grupo en el poder intentó con todos sus medios de terminar con este periódico, espantados porque no temía a decir la verdad y exhibirlos como los delincuentes que son.
— ¿Por qué decidiste hacer Hora Cero en un lugar como la frontera de Tamaulipas?
La idea de hacer Hora Cero en Tamaulipas, especialmente en Reynosa, tiene que ver que es mi tierra natal. Aquí nací, aquí crecí. Es el lugar en el que me criaron mis padres.
Evidentemente aquí fue donde quise desarrollarme profesionalmente y a la postre lo logramos. Estoy muy contento con el recorrido que ha tenido Hora Cero. Creo que con todos los colores y con todos los maíces que tiene una empresa que cumple 25 años, el saldo es muy favorable.
Estoy muy contento, Reynosa nos abrió su corazón. El público nos recibió de maravilla y bueno, un proyecto que tiene 25 años ya tiene bastantitas canas como para ser una realidad.
Hoy Hora Cero es una realidad, una realidad que puede contar una historia, una historia importante de cosas buenas, cosas malas, pero finalmente una historia que va de la mano de su ciudad natal que es Reynosa y que es el norte en el Estado de Tamaulipas.
— ¿Por qué al principio hiciste un periódico mensual, gratuito y tabloide cuando nadie lo hacía?
La idea de hacerlo mensual, tabloide, gratuito, tiene que ver con una serie de situaciones. Es como un gran rompecabezas, un gran rompecabezas que se van poniendo las fichas, se van poniendo las piezas y cuando empezamos eran en realidad muy pocas las piezas que teníamos.
El modelo de negocio mensual me pareció interesante. Hubo un antecedente anterior de un periódico que se llamaba Maquila Social que empezó en Matamoros y la verdad me gustó el modelo; sin embargo, nosotros alteramos, cambiamos y modificamos gran parte de ese modelo, pero en cuanto a contenido y en cuanto a la forma de hacerlo.
Esa fue la idea, esa fue la base. De ahí se fue confeccionando con piezas de este gran rompecabezas que al final estamos, yo creo que a estas fechas, todavía siguiendo colocándole piezas.
— ¿Qué recuerdos tienes de cuando eran siete personas?
El recuerdo que yo tengo de cuando éramos muy pocos era que en mi persona había mucho entusiasmo, mucha juventud, pero también tenía mucha angustia.
Yo creo que a un ser humano, a cualquiera, lo peor que le puede suceder es que lo expongan al ridículo. Salirme yo de una familia que tenía un periódico importantísimo, que es El Mañana, un periódico líder, superlíder; desprenderme para iniciar una carrera propia, pareciera una locura que además me generaba bastante angustia, porque exponerte al ridículo es algo que todos los seres humanos nunca quieren estar expuestos o nunca quieren pasar por ese proceso, por esa situación.
Entonces, yo exploraba eso, me daba mucho temor, pero creo que la juventud, el entusiasmo, las ganas y ese arrojo que tiene la edad, nos hizo dar ese paso al vacío y esperar que la historia se fuera construyendo paso a paso, día a día sin ver el futuro, resolviendo lo inmediato.
Gracias a Dios las cosas se fueron alineando y hoy tenemos la oportunidad de contar una bonita historia.
— Tu abuelo supo lo que era enfrentarse con el poder y las consecuencias que eso tuvo, le balacearon el periódico. Tu padre supo lo que es enfrentarse con el poder y tuvo que irse del país, tuvo que luchar. Aquí en Hora Cero vivimos esos momentos, ¿cómo te ayudó el aprendizaje de tus antepasados para aguantar eso que vivimos?
En el ser humano la resistencia proviene de sus padres y también aprendes de un contexto, del contexto que te toca vivir, en dónde creces. Nosotros siempre vivimos años muy agitados, toda la vida desde niños.
Entonces nosotros no somos ajenos. Sabemos que dedicarte de vida a esta profesión tienes que pagar. El dedicarte a una profesión como el periodismo en una zona como ésta o como cualquier otra, cuando haces con mística, con entusiasmo, con ganas, necesariamente vas a tener confrontaciones, porque tienes que estar velando por una sociedad.
Eres un velador de parcelas ajenas, decía don Julio Scherer. Estar haciendo esto paga consecuencias y cuando te metes a esto sabes que no es una constructora, no es un cine, no es una tortillería, no es una farmacia, es una empresa especial y tiene cosas muy bonitas que se disfrutan mucho.
Yo he disfrutado mucho mi profesión; sin embargo, también hemos padecido las consecuencias de hacer las cosas bien cuando las hace uno desde la mística, desde la lógica pura, del origen y de lo que es la profesión.
— En Hora Cero vivimos momentos muy complicados, pero siempre nos mantuvimos en nuestra posición. Podemos decir que al final la razón estuvo de nuestro lado. Recuerdo mucho lo que nos comentaste en una reunión de las raíces del periódico…
Cuando una empresa, familia o ser humano se ve enfrentado a una situación complicada o difícil, esta empresa, esta persona o esta familia empieza a explorar un estado de necesidad y el estado de necesidad tiene una riqueza impresionante, porque te hace explorar en todo tu potencial, te hace explorar en todo tu talento, tus capacidades.
Es como los árboles -es el ejemplo que yo ponía, la metáfora que utilizaba en pasado diciembre que tuvimos nuestra posada-, con los árboles cuando entra la seca, las raíces del árbol tienen que buscar la humedad y tienen que ir tierra adentro, logrando con eso abastecerse de humedad, de agua y fortaleciendo su tronco, fortaleciendo su estructura.
Entonces, esta es una empresa con raíces profundas, porque ha sabido sobrevivir a momentos difíciles. Las empresas que viven en puros momentos fáciles no tienen esa fortaleza, porque no han pasado por ese estado de necesidad. Nosotros lo vivimos, lo sufrimos y lo aprovechamos. Lo utilizamos a nuestro favor.
Hoy por hoy tenemos una empresa sólida, seria y con unas grandes y profundas raíces en este estado, en nuestro municipio.
— Ya por último, a 25 años de distancia… ¿lo harías todo igual?
Yo creo que no. Personalmente hubiera aprovechado mejor mi tiempo. Profesionalmente sí, creo que no nos equivocamos. Creo que marcamos una línea que viene desde mi abuelo Heriberto, mi padre y tu servidor.
Y cuando los momentos se ponen turbios, se ponen difíciles, vuelvo al origen, vuelvo a la línea que marcó don Heriberto Deándar Amador y trato en mis debilidades, en mis defectos, con mis limitaciones, seguir su ejemplo de un gran hombre, de un hombre con la trayectoria impresionante.
Igual mi padre, trato de apegarme a los preceptos de mis antepasados y de volver al origen e ir a la meta. Pero gracias a Dios, Hora Cero encontró un gran equipo. Yo creo que es la principal fortaleza de Hora Cero, que tiene un gran equipo, tiene un gran director, que es Héctor Hugo Jiménez, tiene una gran administradora, que es la contadora Yolanda Rodríguez. No quisiera manejar a todos los nombres, porque son muchos, pero por aquí han pasado muchas gentes.
Aquí ha estado gente a la que quiero mucho. Aquí tengo una familia, tengo amigos con los que hemos convivido muchos años, mucho tiempo, a los que les debo mucho y creo que hemos caminado de manera correcta.
Cambiaría profesionalmente, no. Personalmente yo creo que sí haría muchos ajustes, pero profesionalmente no, estoy muy satisfecho, quiero mucho a mi empresa. Es como un hijo. Y repito, agradezco a toda nuestra sociedad que nos ha logrado acoger como propio, que nos ha logrado defender como algo que forma parte de su escenario. Agradezco a todas aquellas gentes que nos han comprado publicidad, porque gracias a ellas sobrevivimos.
A los lectores, a los que se anuncian, y agradezco infinitamente, lo quiero volver a repetir, al equipo de trabajo, sin el Hora Cero no es nada.