
Para Cristina Hernández dirigirse cotidianamente a su trabajo representa un reto de vida o muerte, pues antes de hacerle la parada a su camión, esta obrera de maquiladora debe atravesar un camino que representa un peligro constante: la carretera Reynosa-Matamoros.
Esta vía rápida para automóviles y transporte pesado, que divide las colonias Fraccionamiento Reynosa, Almaguer, Lampacitos III y El Mezquite (en la parte norte) y Villas de Imaq, Villa Diamante, Balcones de Alcalá, Lucio Blanco y La Joya (del lado sur) tiene que ser cruzado por quienes se trasladan con rumbo a la zona centro de la ciudad, al supermercado o al Parque Industrial que está junto al aeropuerto.
La falta de respeto a los señalamientos viales y la ausencia de agentes de tránsito, hacen todavía más arriesgado caminar por este sitio, el cual presenta sus horarios pico durante las mañanas y tardes, cuando son la entrada y salida de los empleados de las maquiladoras.
La misma gente es la que tiene que abrirse espacio entre las pesadas unidades y los veloces autos que circulan por el lugar, con el cuidado de dar firmes pasos, pues un tropiezo podría ser fatal. Se calcula que el aforo vehicular diario en este sector es de 50 mil vehículos.
Madres de familia, trabajadores, niños y ancianos en general, son quienes se exponen a ser atropellados, pues esquivan los automóviles y camiones con gran asiduidad que cowrrer el peligro ya es parte de su itinerario habitual. Unos cuantos centímetros los separan de un probable accidente.
Sin embargo, miles de personas no tienen otro remedio que seguirse arriesgando, por eso solicitan al gobierno que les haga caso, pues consideran que se dejó fuera del proyecto –de la construcción del puente vehicular– a los transeúntes.
“Nos quitaron el peatonal, ya tenemos bastante tiempo así y está peligroso cruzar todos los días sin ninguna protección; al menos yo tengo que pasar por aquí en la mañana para ir a trabajar y en la tarde de regreso.
“Está muy mal que no hayan hecho otro puente y que por lo menos no pensaran bien esto para no perjudicar a la gente que lo utilizaba”, comenta Cristina, quien es empleada de la maquiladora de telecomunicaciones Andrew.
Esta madre de familia de origen veracruzano, asegura que no puede darse el lujo de faltar al trabajo, pues debe llevarle alimento a sus hijos y pagar los recibos de su hogar. José de Jesús Martínez, su esposo, dijo, se hace cargo de los gastos de la renta y los pasajes.
Es por este motivo que, aún a sabiendas de que va a atravesar la peligrosa carretera, toma el riesgo antes que faltar a sus responsabilidades.
“La vez pasada me contaron de unas personas que estuvieron a punto de atropellar en este lugar. No se dieron cuenta que venía un tráiler bien fuerte y por poco sucede una desgracia, ¡les pasó rozando!
“Afortunadamente no he sabido de personas fallecidas, pero frente al ‘Súper 7’ de más allá ya han habido fuertes accidentes porque, al igual que aquí, no hay ningún puente para cruzar por arriba”, agrega.
El cónyuge de la entrevistada asegura, por su parte, que grandes y pequeños enfrentan este problema y desconocen hasta cuando seguirán padeciéndolo.
“Es latente el peligro, de todos los días, ya que pasan por aquí familias, pasan mujeres, pasan niños, de todo…”.
> ¿Como cuántas personas cruzarán por aquí diariamente?
“¡Nombre, son muchas!, miles: en las mañanas, en las tardes y durante el día; mucha gente es la que cruza por aquí. En vez de tumbarnos el puente nos hubieran hecho una escuela mejor”, manifiesta José de Jesús Martínez.
Tan sólo en las colonias aledañas viven alrededor de 30 mil familias, según datos oficiales.
PELIGRO CONSTANTE
Aunque para los automovilistas el paso elevado Independencia (que tuvo un costo de 54 millones de pesos) no representa un problema, sino al contrario –ayuda a desfogar el tránsito pesado en este sector de la localidad–, en dirección opuesta eludir peatones se ha convertido en un inconveniente riesgoso también para ellos, pues no saben si de pronto alguien se cruzará en su camino (ya que el puente vehicular no abarca los carriles con sentido a Reynosa).
No obstante, la mayoría de los conductores no respetan los índices de velocidad y tampoco hay suficientes señalamientos que indiquen el cruce de transeúntes. Es por ende que quienes surcan a diario esta carretera piden que se les tome en cuenta.
“Está muy peligroso porque no hay puentes peatonales, como que no contemplaron a la gente cuando hicieron esta obra, quitaron el peatonal y ya no lo pusieron. Es muy importante un puente para que la gente cruce.
“Quienes van para el trabajo deben pasar por aquí y también los que van para la tienda S-mart; es muy peligroso. Ponerlo de aquel lado es la única opción, pero como estaría lejos la gente no querría cruzarlo, no van a querer caminar.
“Es otra obra mal hecha. A quien le preguntes te va a decir lo mismo, porque la construyeron al ahí se va. Deberían hacer dos puentes como le hicieron de aquel lado donde está el semáforo (en LG)”, sugiere el ciudadano Rubén Avendaño, quien esperaba el transporte público.
Ahí mismo, José Encarnación, encargado de un puesto de reparación de calzado, mencionó que cuando fue echado abajo el puente peatonal (en mayo de 2009) todos se imaginaron que el gobierno municipal construiría uno nuevo, ya que por la publicidad que lleva en los costados este tipo de estructura es auto-financiable, pero han transcurrido los meses y no le ven una solución al asunto.
“¿Qué opino?, pues que hace falta un puente peatonal bien hecho o la continuación del otro, pero ahora está difícil, pues el que teníamos antes lo quitaron y creo que lo echaron al kilo”, lamentó.
Mientras tanto, Rosalía Salgado, quien acostumbraba a utilizar el puente derribado, no se resigna a peligrar cuando esto pudo haberse evitado.
“Yo tengo que cruzar todos los días la carretera, me dirijo para La Joya, cuando tengo que salir a Río Bravo o ir a trabajar al Almaguer debo obligadamente tomar este camino”.
> ¿Alguna vez ha estado en riesgo de que la atropellen?
“Sí muchas veces, porque pasan (los vehículos) bien ‘recio’. Todos los días antes de salir de la casa hago una oración, mi familia me dice que me fije y que me cuide bien cuando vaya a pasar por este lugar, porque la vida no retoña.
De igual forma, quienes se dirigen a la escuela primaria “Adolfo Ruiz Cortines” y a la secundaria “Marte R. Gómez” y viven en las colonias del lado sur de la carretera Reynosa-Matamoros están entre los más afectados.
Por este motivo es común observar un número significativo de estudiantes que caminan entre los vehículos, acompañados algunos de sus padres de familia y otros incluso, solos.
Pero no todos son pesimistas: el vendedor de frutas Marcial Jiménez reflexiona y asegura que sí debe haber un remedio para que la gente no se exponga al pasar por la carpeta asfáltica.
“Yo pienso que de poder sí se puede poner un puente peatonal y los ingenieros deben analizar donde, porque evidentemente la gente corre mucho peligro.
“Sí yo fuera ingeniero lo pondría no sé, es que por abajo los camiones se atoran, tendría que ser por arriba, aunque también serían muchos los escalones que las personas tendrían que subir, pero buscándole a lo mejor se le encuentra una solución. A lo mejor a los lados”, dice.
El entrevistado añadió que: “Los ingenieros debieron haber pensado en esto, porque es un montón de gente la que utiliza este lugar y por desgracia hay unos (automovilistas) que no respetan señalamientos y que se pasan bien fuerte, por eso la gente va peligrando y tiene que pasar con los hijos corriendo”.
Por su lado, Daniel García, residente de La Joya y quien iba acompañado de su esposa y su bebé en la carriola, coincidió con don Marcial, en que no se respetan los límites de velocidad.
“Está canijo porque los automovilistas no se paran, no se detienen. En las mañanas para la fábrica también está bien canijo, deberían poner tránsitos aquí para que respeten.
“Cuando uno va para la fábrica a las 5:00 de la mañana no se ve nada y los carros pasan y casi te llevan”, explica.
Su acompañante agregó que también sufre miedo y más cuando Daniel se va a trabajar.
“Yo le digo a mi esposo todos los días que se cuide en la pasada, porque no hay semáforo (viniendo de Matamoros), no hay tránsitos, no hay nada…
“No hay de otra, no traemos carro y para pasar, nada más por aquí se puede”, lamenta.
En tanto, la señora María del Carmen Rodríguez, expresó que se encomienda al Cielo todos los días.
“Gracias a Dios a nuestro Señor que nos cuida y nos protege, pero la gente como quiera se cruza a la brava y tiene que fijarse porque si no se la llevan de corbata. Sí hace mucha falta el puente peatonal”, opina.
EXISTEN PROYECTOS
Jaime García González, subsecretario municipal de Obras Públicas, menciona que el objetivo del puente vehicular Independencia fue desde un principio que el tráfico hacia el lado oriente de la ciudad fuera continuo.
Comenta que aunque actualmente por ahí circula transporte de carga, la idea es desahogarlo en un futuro con la construcción del Libramiento Sur, lo que hará menos peligrosa esta zona.
“Se va a realizar una vía con la cual gran parte del tráfico pesado que viene desde Matamoros, de Río Bravo y que se dirige a Monterrey o hacia la Ribereña va a dejar de pasar por aquí en su momento y es algo que está manejando la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
“Mientras tanto, todos esos camiones que circulan por el Periférico hasta la Unidad Deportiva y los tráileres que proceden de Monterrey y van a San Fernando, deben utilizar el libramiento tradicional y atravesar la ciudad”, menciona.
Reconoció que por ahora existe un riesgo implícito para los transeúntes de ese sector, pero que se buscará una solución para que no se expongan a la hora de cruzar por la parte norte de la carretera, donde no hay ningún puente.
“Nosotros tenemos contemplado en nuestra administración construir algunos puentes peatonales para aquella área en los próximos meses”, refiere sin citar una fecha concreta.
Dijo desconocer que fin se le dio al puente peatonal retirado y consideró que difícilmente se le pudo haber asignado otro servicio.
“Esa estructura dadas las condiciones que tenía y según los claros en como fue construida no iba a ser funcional, porque ahora tienes camellones con diferentes distancias y como aumentó el ancho total de la carretera, pues se fue a los paramentos de los derechos de vía, era imposible”, detalla.
El también ingeniero civil por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) coincidió en que ni por debajo ni por arriba del puente Independencia puede colocarse una pasarela.
“Definitivamente tiene que ser antes o después del paso vehicular, pues un puente peatonal arriba del vehicular es muy pesado para la gente, ahí tenemos la muestra del que se ubica en las instalaciones del Puente Internacional Reynosa-Hidalgo, está muy alto y es muy poco utilizado”, agrega.
Aún a pesar de la inconformidad de quienes a diario tienen que cruzar por la carretera, García González especificó que tampoco considera una equivocación haber realizado una construcción que no permite colocar justo en medio un espacio para peatones.
“Simple y sencillamente cumple con normas federales. Para alojar un puente peatonal la altura promedio de una persona es de dos metros, más la sección del puente es un peralte mínimo de tres metros y haber subido ese puente vehicular a una mayor altura ya no es costeable y se sale del presupuesto.
“Sin embargo, sí se puede instalar un puente peatonal, pero la gente va a tener que caminar hacia donde comienza la rampa de acceso o después de la bajada. Es un tema que se tiene que estudiar”, indica.
El entrevistado, observó además que en el futuro podría construirse un puente adyacente al Independencia y así el problema sería mucho menor.
“No hay que descartar que podríamos tener una carga vehicular mayor con el crecimiento que va a darse hacia la zona conurbada de Río Bravo y tal vez sería factible otro cuerpo de concreto similar. El detalle es que si se levanta un medio puente peatonal habría luego que quitarlo”, pondera.
No obstante, señaló que en caso de edificarse, un puente peatonal para esa área de la ciudad podría valer alrededor de tres millones de pesos.
“Todo eso es posible y costeable, aquí lo que hay que hacer es invitar al peatón a que tenga que caminar esos 50, 60 u 80 metros más. La gente se va a acostumbrar”, expone.
En tanto, frente a la falta de agentes viales, el subsecretario de Obras Públicas, admitió que no sería una mala idea tener un tránsito permanente ahí.
“Aunque también hay que decir que es parte de la misma cultura del conductor, si sabe que el límite de velocidad son 60 kilómetros por hora no lo respeta, ese es otro problema.
“Por eso podría ser una opción tener a un agente ahí y si faltan señalamientos colocar los que se necesiten”, sugiere.
Lo cierto es que mientras las autoridades se ponen de acuerdo para evaluar, aprobar, planear, licitar y levantar un puente peatonal que conecte nuevamente los accesos de las colonias Almaguer y Villas de Imaq, miles de personas siguen peligrando en la carretera con el deseo de no sufrir nunca un accidente.