Su profesor de Educación Física detectó su velocidad y consideró que ésta le permitiría llegar lejos en el mundo deportivo, hoy figura como una promesa reynosense dentro del atletismo y en los próximos días representará a Tamaulipas en una Olimpiada Nacional.
Usain Bolt y Juan Miguel Echeverría, atletas jamaicano y cubano respectivamente, son los ídolos que admira Christian Sebastián Dimas Domínguez, quien empieza a hacerse un camino en esta disciplina.
Cuando cursaba el sexto grado en la Escuela Primaria “El Chamizal”, su profesor de Educación Física se dio cuenta de su velocidad, por lo que decidió llevarlo con el maestro Carlos Eduardo Olvera Reyna para su preparación.
Titular de la Escuela de Atletismo de Reynosa y miembro de la Asociación de Atletismo del Estado de Tamaulipas, el profesor Olvera cuenta con una trayectoria como instructor deportivo de 33 años.
“Me lo trajeron por su velocidad, le hice un chequeo y vi que podía ser bueno para eso pero también que tiene mucha potencia de piernas, entonces velocidad más potencia ya es igual a salto largo y ahí lo canalizamos”, expresó el profesor.
Explicó que desarrollarse en el atletismo es complicado, requiere de mucha disciplina, perseverancia y entrega, pero sobre todo de mucho esfuerzo físico.
“Estamos hablando de que 10 metros lo haga en dos segundos, que treinta metros lo haga en menos de cuatro, eso es potencia, la facilidad para elevarse, debe tener cierta agilidad y lo trabajamos con gimnasia acrobática u olímpica, trabajo de pesas y pista”, detalló.
EL TRAYECTO
Cuando aún no terminaba la primaria asistió a una Olimpiada Nacional en Guadalajara, Jalisco, pero a pesar de que le echó muchas ganas, los nervios lo traicionaron y no logró llegar a la final.
“Compitió en velocidad, pero se impactó con la gente, a partir de ahí empezamos a ver salto largo y aunque él solo quería correr lo enseñamos también a saltar”, manifestó.
Actualmente Dimas Domínguez tiene 14 años y estudia el segundo grado en la Escuela Secundaria Técnica Número 86 “Joaquín Contreras Cantú”.
Recordó que cuando era pequeño, su papá quería que jugara futbol así como lo hizo el, pero a Christian no le gustaba y según sus propias palabras, nunca se le dio.
A pesar de eso, sus papás lo animan y apoyan en su preparación.
“Me gusta lo que hago, se siente padre traer medallas, a veces mi entrenamiento es complicado, he dejado de hacer algunas cosas para poder hacerlo y cambiado algunos hábitos y mis papás dicen que está bien que haga esto porque es una distracción”, apuntó.
En el 2017 el joven obtuvo el primer lugar en atletismo en los 75 metros planos con lo que obtuvo el pase para representar a Tamaulipas en una competencia realizada en Zapopan, Jalisco.
Después, asistió a los Juegos Deportivos Nacionales Escolares de la Educación Básica y terminó en la posición número 13 en la categoría de atletismo varonil en 13 metros.
En enero del 2019, obtuvo el tercer lugar en la rama varonil 100 metros sub-16, en la cuarta edición de la Copa Athlos.
Christian recientemente ganó su pase a la Olimpiada Nacional de Atletismo, en donde representará al Estado de Tamaulipas en la terna de velocidad, pero se prepara también para en un futuro, cuando mejore sus marcas, hacerlo en salto de longitud.
La sede aún no se ha definido por lo que en los próximos días será anunciada.
TRABAJO CONJUNTO
El profesor Carlos Olvera dijo que para que Christian logre el éxito debe realizarse un trabajo en el que están involucrados ellos dos, pero también los padres de familia y hasta los docentes de su escuela.
“Es muy importante que los padres les dediquemos tiempo de calidad a los hijos, cuando llegan aquí les hago un test y les digo en qué van a trabajar y desde ahí están en el entendido de lo que vamos a hacer, a trabajar y si yo lo regaño el no se va a meter porque si no, no crece”, explicó el instructor.
A pesar de que los atletas están en una edad considerada difícil, negó tener problemas o dificultades para trabajar con ellos, pues considera que les impone respeto. Además, mencionó que entre los mismos jóvenes se animan y apoyan para cumplir con sus entrenamientos y seguir las órdenes dadas.
Pero desarrollarse como atleta no sólo es complicado, también es costoso, por ejemplo, los spikes, es decir, los tenis especiales, valen entre 70 y 120 dólares. “Según la especialidad es el precio, para el salto de longitud costaron 1500 pesos; los padres de familia solventan los gastos y cuando salimos el instituto nos ayuda con transporte”, explicó.
El entrenamiento es intenso, requiere de tiempo y esfuerzo, además, no puede descartarse el riesgo de sufrir lesiones.
“Existe mucho riesgo cuando vamos a un evento donde no tengan una fosa con una arena adecuada, aquí en el polideportivo tenemos una arena sílica y el puede caer ahí de cualquier forma y no va a pasar nada, pero la arena de río está muy dura y puede ocurrir una esguince o fractura”, advirtió.
El joven reynosense dijo que le parece bien que el entrenamiento sea tan estricto y duro, pues le ayuda a obtener buenos resultados.
“El deporte es bueno porque me enseña disciplina, no es difícil empatar mis ocupaciones, cuando llego a la casa como y hago tarea para poder venir a entrenar”, platicó.
Agregó que nunca ha pensado en dejar el deporte, pues considera que además de activarlo le abre muchas puertas, además, desea obtener una beca por medio de él.
Olvera Reyna dijo que el deporte hace a los jóvenes más competitivos, los ayuda a desarrollarse individualmente y a dosificar su tiempo para cumplir con sus múltiples obligaciones.
“Tu determinas qué vas a hacer y cómo, el joven aprende a dosificar y a administrar su tiempo para cumplir con sus ocupaciones, se inculca mucho el respeto a la familia y aquí también, si yo les digo levanta la barra de 30 kilos la levantan y lo mismo es en la casa”, manifestó el preparador.
A pesar de que Christian Dimas aún no sabe a que se quiere dedicar el día de mañana el joven tiene algo muy claro: desea seguir desarrollándose como atleta y llegar algún día ser como sus grandes ídolos.