
Con la fe de que se extinga la violencia en la ciudad de Reynosa y la localidad sea bendecida por Dios, el padre Antonio Álvarez de Santa María, vicario de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, gestionó un monumento que devolvería la paz a esta región.
El vicario puertorriqueño ha viajado por varios países alrededor del mundo y en su experiencia se ha encontrado con que grandes ciudades, donde los índices de delincuencia son escasos, cuentan con una imagen de Jesucristo.
Por tanto, después de 23 años de habitar en la localidad y al darse cuenta de lo necesario que es para la comunidad creyente contar con una estatua al Sagrado Corazón de Jesús, en el año 2013 comenzó con las gestiones necesarias para que eso se realizara.
“En nuestra querida ciudad hay estatuas y monumentos a servidores ilustres de la patria, lo que es muy bueno. Ahora, algo magnífico y hermoso sería que aquí en Reynosa construyamos una estatua de Jesucristo Rey de Reyes y Señor de Señores, mostrando su Sagrado Corazón como signo del amor inconcebible de Dios por nosotros”, fue parte del escrito que se mandó a diversos empresarios y funcionarios de la ciudad en ese tiempo.
El padre Antonio manifestó que fue voluntad de Jesucristo el que algunas personas decidieran apoyar el proyecto de la estatua, que mide 13 metros de alto y cuya construcción inició en el año 2015.
“Dios tocó el corazón de algunas personas generosas y el monumento al Sagrado Corazón de Jesús se realizó”, precisó.
Sin embargo, refirió que la aportación más grande no son los millones que se invirtieron en la implementación de la plaza “La Concordia”, donde está ubicada la imagen, sino la oración y la confianza en Dios para que eso sucediera.
Indicó que la obra, además de ser un lugar de descanso, servirá como un sitio de reflexión y de encuentro con Dios, pues lo que se necesita en la ciudad es paz y ese es un don de Dios que se transmite a través de Jesús.
“La idea es que cuando los conductores vean el monumento recuerden que Dios está presente en nuestras vidas. Estoy convencido de la promesa número 9 del Sagrado Corazón de Jesús, de bendecir la ciudad donde su imagen sea expuesta y honrada”, enfatizó.
A sus 82 años, el padre Antonio siempre se ha esforzado en que el Corazón de Jesús sea conocido y amado. Por eso hace algunas semanas tres empresarios reynosenses aportaron recursos para que fuera posible la instalación del monumento en la salida a la ciudad de Monterrey.
“En cierta ocasión, estando frente al sagrario de la parroquia de San José, le dije con gran confianza al señor Jesús: ‘Si tú quieres que el monumento se haga, entonces pon los medios, pero si no se hace, no hay problema, porque yo te haré un monumento en mi corazón que durará toda la eternidad”, recordó.
Aunque todavía no se precisa el día de la inauguración, el padre Antonio tiene plena confianza en que Dios, por medio de la imagen, traerá paz a las familias, derramará bendiciones abundantes sobre las empresas y bendecirá las casas de la región.
“Lo más importante es que todo lo que se haga sea para gloria de nuestro Señor, ya que él nos prometió que a quienes propongan esta devoción tendrán el nombre escrito en su corazón y jamás será borrado de él”.
“Del Sagrado Corazón de Jesús obtenemos la paz, la salud, la sabiduría, la sanación, la santidad y la salvación”, finalizó.