El diario estadounidense “The Chicago Tribune” relató la historia de Jesús Escobedo tras la publicación, el sábado pasado, del accidente que le costó la vida y aseguró que “Era más que un peatón”.
El accidente sucedió cuando Jesús salía del trabajo, al cruzar la calle fue golpeado por un auto. Uno de sus hijos lo esperaba en la camioneta.
La nota original “Peaton muerto por golpe de vehículo” era muy corta y sólo proporcionaba datos como la edad de Escobedo, 50 años, y el lugar del accidente. La esposa de su entonces jefe, leyó la nota y se dio a la tarea de escribir a los reporteros de The Chicago Tribune para explicarles por qué Jesús Escobedo era más que un simple peatón que encontró la muerte al cruzar una calle.
“Peatón”, escribió, “era un hombre de 50 años, padre de 10 hijos”. Era respetuoso y muy querido, merece ser recordado con palabras más gentiles, aseguró la mujer.
Vivía con su esposa e hijos: Daniel, Gerardo, Azucena, Dayana, Jesenia, Jesús, Alfredo, Miguel Ángel, Juan Francisco, y la más pequeña, Esmeralda, de cinco años.
Trabajaba en el cuidado de caballos, los alimentaba, los entrenaba y los bañaba. Desde las 5:30 de la mañana se presentaba en su lugar de trabajo. Durante la jornada laboral convivía con sus compañeros, y a pesar de no haber estudiado más allá del cuarto año de primaria, era muy inteligente y hábil al jugar cartas.
En las tardes limpiaba los establos y daba de cenar a los caballos, llegaba a su casa alrededor de las cinco a convivir con la familia.
A los 18 años viajó por primera vez a Chicago cuando dejó su hogar en Unión y Progreso, Durango. Luego de un tiempo regresó a México, pero dos años después regresó a EU acompañado de su esposa, que contaba con apenas 15 años.
Encontró trabajo en una pista de carreras de caballos. “Amaba a los caballos, los trataba como si fueran suyos”, expresó su jefe.
Hace un par de años sus hijos viajaron a Unión y Progreso para conocer el lugar donde sus padres crecieron. No hay mucho por ahí, sólo un río, unas cuantas casas y algunos animales. En Chicago encontró la vida que jamás hubiera podido imaginar en su ciudad natal.
Su hija Azucena asegura que últimamente Jesús sufría de artritis y dolor corporal debido al trabajo con los caballos.
Su hijo mayor, Daniel de 22 años se graduó del Robert Morris College y trabaja en un supermercado.
Su segundo hijo, Gerardo, trabajaba con él en el cuidado de caballos. Ambos ayudan económicamente a la familia. Sus hijas de 17, 18 y 19 años, están en busca de trabajo para ayudar a sus hermanos a pagar la hipoteca.
Jesús Escobedo será enterrado en México, lugar que dejó para buscar una vida que terminó al cruzar la calle; sus restos descansarán al lado de los de su madre y su hermano.
El Universal