¿Cómo puede una gota de agua sonar como algo estruendoso, y el foco de una habitación despedir un resplandor que “cala” casi al punto de molestar en la visión? Es posible, y sucede debido a la migraña, ese malestar que provoca que hasta las situaciones más cotidianas se vuelvan un martirio cuando este dolor de cabeza se hace presente.
El día aún no termina, son las 8 de la noche y a mi jornada le quedan varias horas aún, por lo que acostarme temprano es un lujo que no me puedo dar, aunque sé que eso sería un remedio casi infalible contra la migraña; y digo “casi”, porque a veces el dormir no lo elimina, pues el dolor me ha acompañado hasta por cinco días seguidos, solo con algunas variaciones en intensidad.
Cuando el dolor se encuentra en su punto más alto, solo quieres estar sin estar, como si pudieras aplanar un botón para ponerte en pausa y en cuanto finalice el malestar regresar a donde te quedaste, pero no es así.
Según la Secretaría de Salud, el 15 por ciento de la población de este país sufre migraña, afectando a tres mujeres por cada hombre, debido a factores fisiológicos y a la genética.
Cada día se le da más seriedad a esta enfermedad, y ya el hecho de que sea llamada así es un gran avance, pues hasta hace algún tiempo era minimizada y considerada por muchos como un “simple dolor de cabeza”, obviamente, esto dicho por quienes no los sufren, porque de ser así, el sentir un malestar como si su cabeza fuera explotar les impediría decir eso.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS), cataloga a la migraña entre una de las 20 enfermedades más incapacitantes en todo el mundo.
Por tal motivo, es que el 12 de septiembre se conmemora el Día Internacional de Acción contra la Migraña, como una forma de concientizar a la población sobre esta patología que según la OMS, la ubica entre las “20 enfermedades más incapacitantes”.
Y aún con estos datos, muchas personas creen que quienes lidiamos con este padecimiento fingimos o lo inventamos, incluso a veces creen que cosas como tomarse un refresco de cola, o unas aspirinas pueden solucionarlo, pero no es así.
MÁS COMUNES EN LAS MUJERES
La migraña es un tipo de cefalea, la cual es un dolor de cabeza que, según la especialista en neurología, Arelys Águila Babastro, puede ser un síntoma de diferentes enfermedades sistémicas, es decir, aquellas que afectan al cuerpo entero, en lugar de una sola zona u órgano.
La egresada del Instituto de Neurología y Neurocirugía de La Habana, Cuba, dijo sobre la migraña que, un paciente que tiene de uno a tres familiares que la han padecido, tienen más posibilidades de experimentarla.
Mencionó que las migrañas son más comunes en las mujeres y se presentan de dos a tres veces por mes, pero en caso de ser más frecuentes es necesario acudir al médico para una evaluación.
Además, mencionó que existen varios tipos de migrañas y que entre las más comunes se encuentran la migraña con aura, sin aura y la neurálgica, destacando que es muy importante el poder clasificarla para prevenir su aparición.
La migraña con aura se refiere a aquella en la que hay síntomas antes de que se presente el dolor de cabeza, como lo es la visión de destellos luminosos; la migraña sin aura es la más común y lamentablemente en ella, no hay síntomas que avisen sobre su inicio; y la crónica, es la que ocurre 15 días al mes, por más de tres meses.
“Se sabe que hay determinados alimentos a evitar, como embutidos, lácteos, chocolate o carne, así como el alcohol, refrescos y medicamentos como los antiácidos”, explicó.
Además que casi en todos los pacientes existe una base genética de este padecimiento.
Externó que es común que al sentir este tipo de malestares, las personas tomen medicamentos de venta libre, sin embargo, dependiendo de su origen, el médico dará el tratamiento adecuado.
MAMÁ TIENE MIGRAÑA
Mi primer episodio de migraña ocurrió a los 13 años, cuando cursaba la secundaria; recuerdo que estaba afuera de la escuela con mi uniforme rosa y me “estallaba” la cabeza del dolor.
A partir de ese momento, la migraña nunca se fue de mi vida, incluso, durante la primera consulta médica por mi primer embarazo recuerdo que le externé al médico mi temor de que el dolor apareciera y no pudiera tomar nada (por aquello de los medicamentos restringidos para las mujeres encintas), y me dijo “no te preocupes, el embarazo te protege”, lo cual no fue así, y una que otra vez la migraña se hizo presente.
Ahora con tres hijos y dos trabajos, la migraña se ha vuelto una indeseable compañera, y sé que llega cuando desayuno muy tarde, me asoleo en exceso, hago ejercicio muy intenso, al oler algún perfume nuevo o muy dulce, cuando hay ruido o música a un volumen muy alto, al dormir poco o en situaciones estresantes.
Por supuesto que es imposible evitar estas situaciones, y por eso la migraña ha estado presente hasta por cinco días consecutivos.
Mis hijos han aprendido a leer mi comportamiento, y al notar que ya casi no hablo o que paso gran tiempo tocándome la cabeza preguntan: “mamá, ¿te duele la cabeza?”; es más, uno de ellos ya aprendió hasta a darme un masaje, otro me pregunta que si ya me tomé mis pastillas, o me recomiendan irme a tomar un descanso con la luz apagada.
Nalleli de León Flores tiene 38 años de edad, es asistente administrativo en un hospital, tiene dos hijos menores de tres años y describe el tener migraña como una constante tensión al estar “esperando que llegue ese dolor fastidioso que no deja hacer nada y que poco puedo hacer contra él”.
Fue hace ocho años cuando la despertó un dolor súbito muy fuerte en el lado izquierdo de su cabeza acompañado de un mareo.
“Me levanté como pude y fui al hospital. No toleraba la luz, el ruido, todo sentía que me ‘retumbaba’ en la cabeza”, recordó.
Desde entonces, la migraña forma parte de su vida, y dijo que ha identificado que se presenta en temporadas de estrés por alguna situación o cuando no tuvo suficientes horas de sueño; incluso, mencionó que en una ocasión estuvo presente por dos días, en los que ni siquiera los analgésicos lograron erradicarla.
Y es que existen diferentes medicamentos de venta libre que pueden ser utilizados para ello: aspirina, paracetamol, diclofenaco, ibuprofeno, algunos con cafeína o con más de dos en combinación; sin embargo, la especialista Águila Babastro dijo que lo mejor es acudir con un médico para recibir el tratamiento adecuado.
Hace dos años fue que Nalleli aprendió a identificar cuando va empezando, y rápidamente toma su medicamento para tratar de calmar la molestia y evitar que empeore y si es posible, acostarse a dormir, pues es de gran ayuda; lamentablemente no siempre puede hacerlo.
La migraña se ha convertido en un obstáculo para realizar muchas de sus actividades, y al ser madre de dos niños pequeños el asunto se vuelve más complicado aún.
“Algunas cosas son imposibles de realizar, como el salir a hacer alguna diligencia, realizar labores en el hogar y a veces hasta cuidar a mis bebés; puede interferir completamente en mis actividades y, lamentablemente, jamás he estado incapacitada por este padecimiento, ahora si que es de ‘tómese esto’ y a trabajar”, platicó.
TODA UNA VIDA JUNTOS
Hace algún tiempo, mi médico me platicó que su hija tiene migraña y que tenía alrededor de 10 años cuando tuvo su primer episodio; de manera muy similar le ocurrió a Daniel Sotelo Espinoza, quien dijo que fue a los ocho cuando sintió ese intenso malestar.
Hoy, a sus 23 años, recuerda que su familia le explicó en aquel entonces que era migraña por herencia, pues algunos familiares, entre ellos su padre, también lo padecen.
Al igual que él, en mi familia no soy la única que padece migraña, mi hermana también la tiene, al igual que uno de mis cuñados, así que, realmente espero que ninguno de mis hijos herede este padecimiento.
Daniel reafirmó lo ya mencionado: cuando llega la migraña no importa que se haya planeado, pues la agenda no siempre se puede cumplir, pues el dolor puede llegar a ser tan intenso que no puede llevarla a cabo, teniendo incluso que suspender actividades familiares importantes.
El joven mencionó que las pastillas para la migraña se convirtieron en un accesorio vital en su día a día, y al igual que muchos pacientes, ha aprendido a identificar lo que provoca su malestar.
“Con el tiempo, aprendí que si no como en la mañana y dejo pasar más tiempo, aunado con el clima de calor de la región, me provoca el dolor. Al igual que si mi tiempo de sueño es más prolongado del habitual”, declaró.
En su caso, el dolor ha estado presente hasta cinco días consecutivos y cuando esto ocurre, además de tomar analgésicos trata de no exponerse a la luz, estar en un ambiente controlado de sonido y realizar ejercicios de respiración; sin embargo, ha tenido que dejar de realizar alguna actividad como las caminatas matutinas que regularmente lleva a cabo.
APRENDIENDO A VIVIR CON ELLA
Quien tiene migraña, regularmente prueba hasta los remedios de la abuela para tratar de acabar con el dolor, o por lo menos, hacerlo más llevadero, y de esta forma es que se recurre a tés como el verde, de manzanilla, de hierbabuena o de albahaca, al café o a los refrescos, aunque a veces solo empeoren el dolor; o a compresas de agua fría o con hielo en el área afectada.
Y aunque hay a quienes les funciona, no se ha comprobado la efectividad de estas medidas.
La Secretaría de Salud, a través de un comunicado mencionó que aunque “la migraña no es causa directa de fallecimiento, puede evolucionar con el riesgo de que se presente un infarto migrañoso, es decir, una complicación muy severa que termina en infarto cerebral con graves consecuencias para su salud”.
Menciona también que se cuenta con toxina botulínica para pacientes con migraña crónica y que desde este año, “se trabaja para que dentro de la canasta básica haya medicamentos nuevos”, ya que desde hace tres años a la fecha, se ha avanzado mucho en tratamientos enfocados a la prevención.
La toxina botulínica, también conocida como botox, se utiliza en el tratamiento contra la migraña en quienes tienen episodios de migraña crónica, aplicándolo alrededor del cráneo, con una efectividad del cien por ciento.
Solo quienes padecemos de migraña entendemos lo difícil que es vivir con ella, pues aparece en cualquier momento, sin respetar agenda, clima, hora, o época del año, tampoco el estado civil, ocupación o actividades adicionales.
Así que no queda más que tomarse un analgésico o medicamento indicado por el médico, realizar las medidas que se han identificado ayudan a mitigarlo y seguir adelante, porque la migraña no es curable, solo controlable.