Una de las principales ideas del levantamiento de información –llevado a cabo por el INEGI en 20 mil 400 viviendas ante personas mayores de 18 años de edad– es conocer la percepción de los habitantes en las principales ciudades mexicanas para evaluar la tendencia delincuencial en los siguientes 12 meses del muestreo.
En México existen diversos mecanismos para medir los índices delincuenciales que flagelan a la sociedad. Uno de ellos es la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), la cual se efectúa de manera trimestral desde el año 2013.
Este estudio es aplicado por especialistas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 68 ciudades de la República Mexicana (en las 32 entidades federativas).
Analiza factores como la inseguridad, la expectativa social, las conductas delictivas o antisociales; los cambios de rutinas ciudadanas, por temor al delito; el desempeño de las autoridades de seguridad pública, los conflictos y la victimización, entre otros conceptos que pueden representar focos rojos de criminalidad.
Una de las principales ideas del levantamiento de información –llevado a cabo en 20 mil 400 viviendas ante personas mayores de 18 años de edad– es conocer la percepción de los habitantes en las principales ciudades mexicanas para evaluar la tendencia delincuencial en los siguientes 12 meses del muestreo.
Para junio de 2018 la ENSU arrojó que en el rango de las 68 localidades más grandes de la nación la ciudad fronteriza de Reynosa, Tamaulipas, ocupa las cifras más altas de peligrosidad de la República Mexicana, ya que el 97.2 por ciento de la población afirma estar insegura (y solamente el 2.8 de los habitantes apreciaron sentirse protegidos).
En la lista roja siguen Frenillo, Zacatecas; Cancún, Quintana Roo y Ecatepec en el Estado de México, mientras que a nivel general el INEGI dio a conocer que el 75.9 por ciento de la población nacional de 18 años y más considera que vivir en su ciudad es inseguro.
La información del Instituto indica que el porcentaje no representa un cambio significativo con respecto al mismo periodo de 2017.
La percepción de la inseguridad continuó siendo mayor en el caso de las mujeres con 79.6 por ciento, mientras que para los hombres fue de 71.3 por ciento.
TAMAULIPAS PELIGROSO
Según reportes de prensa en los primeros cinco meses del año al menos 90 civiles perdieron la vida al quedar atrapados en los enfrentamientos entre delincuentes y elementos de las fuerzas de seguridad (policías estatales, ministeriales, soldados o marinos) en distintos municipios de Tamaulipas.
En esta entidad Ciudad Victoria y Reynosa son las dos localidades más afectadas por la inseguridad.
Incluso, por la tasa de asesinatos de 2017, ambas poblaciones fueron incluidas en el ranking de las 50 ciudades más peligrosas del mundo de acuerdo con el balance publicado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública
y la Justicia Penal, A. C.
La primera en el octavo puesto y la segunda en el trigésimo octavo.
Aunque para la población de Tamaulipas esta cifra pudiera no reflejar lo que realmente se observa en las calles, porque la diferencia entre una y otra es de sólo siete muertos, el estudio fue proporcional a su número de habitantes.
Mientras Ciudad Victoria registró 301 homicidios por 361 mil 78 ciudadanos, Reynosa marcó 294 crímenes en un universo de 701 mil 525 pobladores.
NO PASA DESAPERCIBIDO
De hecho, el gobierno de Estados Unidos en su más reciente alerta de viaje no se toma a la ligera las estadísticas y emitió un comunicado advirtiendo a sus connacionales la peligrosidad que representa trasladarse especialmente por cinco entidades federativas, incluida Tamaulipas, que ocupa el primer lugar de desaparecidos en México: 6 mil 131 personas.
El Departamento de Estado aconsejó además no ir a Colima, a Guerrero, a Michoacán ni a Sinaloa.
Acusó de una elevada incidencia de crímenes violentos, plagios, robo de vehículos y asaltos generalizados por parte de grupos delictivos en tales territorios.
En tanto que el resto de la nación está clasificado en un segundo grado de advertencia, por lo que únicamente solicita a sus ciudadanos estar prevenidos.
PERSISTE EL MIEDO
Pero mientras Reynosa y Ciudad Victoria se disputan la nada honrosa cifra de acontecimientos violentos, Nuevo Laredo ha vuelto al panorama de secuestros: en los primeros cinco meses de 2018 fueron reportadas 51 personas desaparecidas, de las cuales las autoridades solamente dieron con los restos de 16 de las víctimas, todas ellas asesinadas.
Los organismos no gubernamentales y miembros del Observatorio Nacional Ciudadano señalan a las procuradurías de Tamaulipas y de la República de llevar agendas diferentes en el combate a la delincuencia.
Aunque fue creada la Universidad de Seguridad y Justicia de Tamaulipas, la cantidad de elementos de seguridad acreditados es ínfima a las necesidades que se tienen en los municipios (que no disponen de cuerpos policiacos municipales) y se siguen reclutando policías en otras regiones de la República.
Tampoco se han refrendado los convenios de colaboración que signaron el Estado con las Fuerzas Armadas.
Se calcula que este 2018 alrededor de 2 mil 400 efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) salieron de Tamaulipas antes de concluir la administración de Enrique Peña Nieto y quedaron abortadas las estrategias de seguridad que se emitieron durante la época del ex secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Mientras tanto en las calles se libra una ola de violencia que ha cobrado la vida de personas inocentes, como el caso de seis civiles atacados el mes de abril en la colonia Petrolera de Reynosa, entre ellos un estudiante de universidad, su tía y abuela; o como el de Rafael Montoya Rosales, el electricista que falleció durante las peregrinaciones de Semana Santa, en el sector de la Ferrocarril Oriente, y entre otros más el de Antonio, un alumno de la secundaria Número 60 de las Fuentes Sección Lomas (también en Reynosa), quien en junio pasado falleció por una bala perdida durante un tiroteo, según informó la Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET) en un comunicado.
La espiral de violencia es tal que la misma noche del 1 de julio, que se celebraba la reelección de la alcaldesa en los comicios municipales, Maki Ortiz, hubo un enfrentamiento muy cerca de su casa de campaña y todos los presentes tuvieron que arrojarse al suelo en un momento de pánico.
La causa más común de miedo entre la población es quedarse atrapada en medio del fuego cruzado, lo cual según el estudio del INEGI pone a Reynosa como la ciudad más peligrosa de México.