Por el cambio de nombre de la ahora Diócesis de Matamoros-Reynosa, la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe fue seleccionada para ser elevada a Concatedral por la historia que tiene al ser la primera iglesia católica en la ciudad. Se convierte en la quinta Concatedral en todo México.
En el pasado mes de junio, se dio a conocer que Reynosa sería sede de la antigua Diócesis de Matamoros, pasando a llamarse ‘Diócesis de Matamoros-Reynosa’; por lo cual tuvieron que buscar una parroquia que cumpliera con los requisitos para ser la nueva Concatedral en la ciudad, y la quinta en todo el país.
Para este hecho, la iglesia tuvo que pasar por muchas cosas. En entrevista para Hora Cero, el párroco José Luis Cerra Luna, dio a conocer un poco más de la historia de la parroquia y como es que aún conserva mucho de lo que la caracteriza, como el Cristo crucificado con cuatro clavos, los mosaicos en las ventanas o la torre que permanece intacta desde que se construyó.
Remontándonos en la historia, es necesario recordar que esta iglesia se ubicaba en Reynosa-Díaz. Cuando se tomó la decisión de mover la ciudad unos kilómetros más al sureste en 1805, la iglesia también fue reubicada tiempo después en el primer cuadro de la ciudad en 1810, por ende, se dice que la Parroquia “Nuestra Señora de Guadalupe” nació a la par con Reynosa.
En el siglo XX, la iglesia que se construyó era muy pequeña, y con el paso de los años el pueblo fue creciendo, así como el número de fieles que se reunían en la parroquia; al ser la única iglesia en el pueblo y la cantidad de fieles grande, fue cuando se decidió construir una nueva iglesia, ya que la primera contaba únicamente con una nave, un atrio y una torre.
Para 1950, la nave de la antigua iglesia fue derrumbada, quedando solamente la torre (que se sigue conservando hasta el día de hoy), y para 1958 fue consagrado el nuevo templo que es el mismo que todos conocemos hoy en día.
EL MEJOR MÁRMOL DEL MUNDO EN LA PARROQUIA
El mármol de Carrara, es conocido como el mejor mármol del mundo, con el cual elaboraron el Cristo con cuatro clavos de la fachada, el Moisés, el bautisterio así como otras estructuras que se encuentran dentro de la parroquia, lo cual representa una avanzada novedad para la arquitectura de esos años.
“Este mármol es uno de los más finos del mundo, y que diversas estructuras de la iglesia hayan sido elaborados con este material, representa el empeño y el compromiso que tuvieron con la iglesia en ese entonces”, comentó Cerra Luna.
LA IGLESIA NUNCA ESTÁ SOLA
El párroco Cerra Luna pudo confirmar que ni durante la pandemia por el Coronavirus, la iglesia se vio abandonada o sin afluencia de personas, ya que múltiples fieles acudían a la iglesia a realizar sus oraciones tomando su distancia y las medidas necesarias para evitar un brote de contagios.
Al terminar la pandemia, poco a poco se fueron retomando las actividades diarias de la parroquia, regresando a la normalidad conforme pasaron los días; aunque en ocasiones cuentan con una afluencia baja, el párroco externó que no hay un día en que la iglesia se encuentre sin fieles.
“Algo de lo que me di cuenta desde que llegué, es que la parroquia nunca está sola, yo llegué en plena pandemia y obligatoriamente bajó la afluencia de fieles, pero aún así no había un día que la iglesia estuviera vacía al cien por ciento”, comentó.
CRECE EL SENTIDO DE RESPONSABILIDAD
Conforme ha incrementado el número de fieles y el crecimiento que ha tenido la iglesia dentro de la Diócesis a lo largo de estos años, el sentido de responsabilidad también ha crecido, aseguró Cerra Luna, debido a que ser custodio de la iglesia no es una tarea fácil.
Ahora, con los recientes cambios dentro de la Diócesis, la cual pasó a ser “Diócesis de Matamoros-Reynosa”, la parroquia ‘Nuestra Señora de Guadalupe’ fue elegida para ser la Concatedral en la ciudad por toda la historia que alberga y por ser la primera iglesia de la fe católica en Reynosa.
TRES SIGLOS REPRESENTADOS EN LA PARROQUIA
Con la torre que fue construida en el siglo XIX y la nave del siglo XX, Cerra Luna externó que se está buscando elaborar algún artefacto para que represente el siglo XXI; hasta el momento se sabe que han tenido contacto con el artista Artemio Guerra, que será el encargado de elaborar una silla exclusiva para el obispo Monseñor Eugenio Lira Rugarcía.
“Se pretende que la parroquia represente tres siglos diferentes en distintos objetos de la iglesia, por ejemplo, la torre representa el siglo XIX, la nave es el siglo XX y la silla representará el siglo XXI, con todo el estilo del maestro Artemio Guerra”, explicó.
SU ELEVACIÓN A CONCATEDRAL
La importancia de Reynosa en el Estado, así como la vida eclesial en la ciudad, son algunos de los factores que el obispo Eugenio Lira Rugarcía tomó en cuenta al momento de realizar la petición a la Santa Sede para el cambio de nombre de la Diócesis y la elevación a Concatedral de la parroquia.
“Se avecinan cambios para bien dentro de la parroquia; para nosotros significa algo muy bonito pero también sabemos que aumentará la responsabilidad, por lo que tenemos que estar bien preparados”, dijo Cerra Luna.
La respuesta por parte de la Santa Sede en Roma, Italia, demoró aproximadamente un año en llegar a la entonces Diócesis de Matamoros, sin embargo, el párroco José Luis dejó saber que nunca perdieron la esperanza y tuvieron fe para que se diera en los tiempos correctos.
“Se mandaron planos, fotografías, medidas y toda la información que nos solicitaron, la verdad sí teníamos mucha intriga en saber qué pasaría, pero no perdimos la fe… sentimos un alivio cuando supimos la respuesta por parte de la Santa Sede, fue una noticia que nos alegró muchísimo”, comentó.
En el mes de diciembre se tiene previsto que se realice una ceremonia en grande por motivo de la elevación a Concatedral de la parroquia, donde contarán con la presencia de personalidades reconocidas de la iglesia católica en México, así como representantes de las distintas cámaras de la localidad.
La celebración de la Santa Misa en la que se llevará a cabo dicha elevación será tentativamente el próximo 3 de diciembre a las 12:00 horas, y será presidida por Joseph Spiteri, Nuncio Apostólico en México y estará acompañado de Rogelio Cabrera, Arzobispo de Monterrey y actual presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.