Ella le pidió unos barrotes y láminas para arreglar su casita, pero Alberto Lara Bazaldúa le construyó una vivienda digna que ahora es su nuevo hogar.
Durante la transmisión del Festival del Día de las Madres de Alberto Lara Bazaldúa, llegó un mensaje que lo conmovió grandemente: era de la señora Cresencia Ortega Vásquez, que le solicitaba barrotes, láminas y una parrilla.
“De veras que me llegó al corazón esto que me acaban de pasar y ¿a quién no verdad?, a esta abuelita no nada más le voy a regalar su parrillita, también una estufa, un refrigerador y le voy a reconstruir su casa para que no esté batallando, hoy mismo le voy a pedir a nuestros compañeros que andan entregando todos los electrodomésticos que vayan, yo quiero ir con mi equipo de operaciones para saludarle y entregárselos yo personalmente, Dios me la bendiga”, mencionó.
Junto a su equipo de trabajo acudió a la colonia Lucio Blanco para hablar con ella personalmente.
Luego de varios días de trabajo finalmente, la casita de doña Cresencia hecha con madera y cartón quedó atrás para darle paso a una nueva vivienda, donde ella podrá tener una mejor calidad de vida.
“Estoy muy contenta de ver cómo estaba mi casita y como está ahora, ya está bien bonita; ahora le doy las gracias, y le pido a Dios que me lo cuide donde quiera que ande”, mencionó ella entre lágrimas y sumamente conmovida.
Los vecinos se mostraron muy emocionados y felices porque el sueño de Cresencia se había vuelto realidad y porque “la casita que antes estaba cayéndose” ahora es algo maravilloso.
“Luchar contra la pobreza, contra la miseria no es un asunto de caridad, es un asunto de justicia; aquí si ha sucedido un milagro porque destruimos la miseria, la combatimos, la quitamos y le entregamos una casa nueva digna llena de amor y respeto para Cresencia, muchas gracias vecinos, Dios me los bendiga a todos”, comentó Alberto Lara durante la entrega a doña Cresencia de su nuevo hogar.