Las familias reynosenses se preparan para recibir el año con el incremento de productos de la canasta básica.
Tras las celebraciones decembrinas, los viajes de Año Nuevo y las compras navideñas, las familias enfrentan la conocida “cuesta de enero”, un periodo caracterizado por la presión económica que se intensifica cada inicio de año debido al incremento en los precios de los productos de la canasta básica, lo que en algunos casos, dificulta aún más afrontar los gastos cotidianos.
La canasta básica incluye artículos de primera necesidad, como alimentos, productos de limpieza y de higiene personal. Santiago Gónzalez Cavazos, vocero de la Central de Abastos en Reynosa, dijo en entrevista con Hora Cero, que los productos del campo que mayormente han incrementado su precio en este inicio de año son la cebolla, el chile y la papa; mientras que en lo que se refiere a los productos cárnicos, el pollo ocupa el primer lugar seguido de la carne de puerco.
Una de las razones por las que se suelen disparar los precios a inicio de año, es debido al incremento del salario mínimo, el cual en esta ocasión es del 12 por ciento. En la zona fronteriza del país, subirá de 375.89 a 419.88 pesos diarios, precisó el entrevistado.
Santiago González explicó que, aunque se prevé que la inflación de este año sea del 3 por ciento, la meta está rodeada de incertidumbre debido a los resultados del año anterior, cuando se ubicó entre el 4 y el 5 por ciento. Sin embargo, confía en que las condiciones actuales permitirán alcanzar esta cifra, considerada ideal para mantener la estabilidad financiera.
Uno de los factores que ha afectado los precios en el mercado es el comportamiento estacional de los productos perecederos, particularmente frutas y verduras. Durante ciertas temporadas, la alta producción de algunos productos reduce sus costos, pero en periodos de menor oferta, los precios tienden a elevarse significativamente.
“Cuando hay escasez, los precios suben; cuando se reabastece el mercado, vuelven a bajar. Todo depende de la dinámica de oferta y demanda. Si hay mucha demanda, pero poca oferta, los costos inevitablemente aumentan. Es una forma natural de equilibrar el mercado”, señaló.
El impacto de la estacionalidad se refleja principalmente en los productos agrícolas al aire libre, que enfrentan retos debido a condiciones climáticas adversas como sequías o bajas temperaturas. En contraste, los productos cultivados en invernadero, como tomate, chile y cebolla, suelen beneficiarse durante estas temporadas debido a las condiciones controladas de producción.
Por lo tanto, se anticipa que los productos de la canasta básica continúen mostrando fluctuaciones en sus precios, especialmente los agrícolas.
IMPACTO EN LOS COMERCIANTES
Aunque estos incrementos afectan principalmente el bolsillo de los consumidores, el sector comercial enfrenta múltiples desafíos derivados de factores económicos externos que afectan directamente la productividad y rentabilidad de los negocios. La disminución en la demanda de productos impacta los volúmenes de venta, lo que limita la capacidad de compra y reduce el flujo comercial. Además, los aumentos en costos operativos, como el alza en precios de servicios básicos, gasolina y energía eléctrica, incrementan los costos de distribución, afectando inevitablemente al consumidor final (al incrementar los precios).
Para mantener la competitividad, los comerciantes optan en ocasiones por diluir los incrementos entre varios productos o absorber una parte de los costos adicionales, buscando equilibrar precios sin comprometer la viabilidad de sus negocios. Sin embargo, esto no siempre es sostenible a largo plazo.
El vocero resaltó que se proyecta una inflación del 3 por ciento para este año, pero su cumplimiento dependerá de factores como la oferta y demanda de productos, así como de los ajustes en servicios públicos. En este contexto, los comerciantes mantienen la esperanza de que las condiciones económicas sean favorables para garantizar la estabilidad del mercado y preservar su productividad.
BUEN CIERRE DE 2024
Santiago González Cavazos indicó que obtuvieron una buena respuesta en el cierre de ventas del año 2024, con alrededor de un 40 por ciento de incremento debido a la derrama económica aunada a las festividades decembrinas.
González explicó que una de las principales estrategias de mercado fue la alza de precios desde el mes de diciembre en productos que llevan la ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), en productos como tabaco, alcohol, gasolina, refrescos y bebidas energéticas.
Indicó que esta estrategia se implementa en el mes de diciembre ya que la alta demanda está sujeta a compras relacionadas con las tradiciones festivas, además de que toman en cuenta que los bolsillos de los consumidores cuentan con su ‘aguinaldo’.
Comparando los años 2023 y 2024 en Reynosa, el entrevistado precisó que los productos cárnicos fueron los que registraron un aumento significativo del 15 por ciento. En particular, el precio de la carne de cerdo se incrementó en un 27 por ciento, mientras que el pollo mostró un aumento del 28 por ciento.
Este fenómeno responde al incremento en los costos de producción en México, donde el mercado de carne se compone en un 80 por ciento de producción nacional y un 20 por ciento de importación extranjera.
Para el 2025 se espera que haya una demanda normal. Según González Cavazos, una realidad que enfrentan es que no se gasta lo mismo en enero de lo que se gasta en diciembre, por lo que en consecuencia, provoca que se ablande el precio de algunos productos que no tienen demanda, sobre todo en productos perecederos.
RECOMENDACIONES
“La recomendación para los consumidores es que busquen los canales de distribución más económicos. Es bueno que haya mucha competencia entre las cadenas de autoservicio, tiendas de conveniencia, central de abastos o tiendas departamentales, para que aprovechen los mejores precios durante esta cuesta de enero”, recomendó a la población.