Para tres familias de Reynosa, su intención aprovechar el período vacacional de Semana Santa para pasar un momento de esparcimiento en el centro recreativo “La Playita”, ubicado en las riberas del traicionero río Bravo, se convirtió en una tragedia.
La primera de ellas ocurrió cuando un joven de 15 años acudió con sus compañeros de escuela a pasar un rato de diversión en las cálidas aguas del caudal que divide la frontera entre México y Estados Unidos.
Nadie imaginó que Victoriano sufriría un accidente que le costó la vida, cuando se metió a nadar a una parte más profunda del río y ya no pudo volver a la orilla.
Estos hechos se registraron el viernes 22 de abril, ante los ojos de los rescatistas de Protección Civil, quienes a pesar de estar a varios metros de distancia, nada pudieron hacer para salvar al estudiante.
Damián Santiago, padre de este adolescente, fue avisado del accidente poco después; le dijeron que el cuerpo de su muchacho estaba desaparecido. A partir de entonces, el sufrimiento en el hogar de su familia comenzó a lastimar hasta las fibras más delgadas.
“El era estudiante de secundaria, no sé por qué se lo trajeron para acá (al río)”, declaró a las autoridades de la Agencia Séptima del Ministerio Público.
Y es que normalmente cuando hay paro en los planes de estudio y dan comienzo los días de asueto, muchos jóvenes, motivados por su deseo de vivir aventuras se dirigen sin el permiso de sus padres a sitios de festejo y diversión, como ocurrió con este caso.
DOLOR Y DESCONSUELO
El desconsolado padre, quien confesó que hace 15 años llegó a Reynosa procedente de Veracruz en busca de una mejor vida, manifestó que su hijo no conocía “La Playita” y solamente sabía nadar en albercas, nunca en un río tan peligroso.
Algunos testigos señalaron que ese día la corriente del agua era “salvaje”, pues sobre un pequeño bote la velocidad de arrastre era de tres metros por segundo, lo cual se le atribuye a que al ser temporada de riego, se abren las compuertas de la represa y crece el nivel del afluente.
Gabriel Pablo Vélez Cantú, coordinador del Programa de Prevención de Accidentes y Lesiones de la Jurisdicción Sanitaria Número IV, aseguró que no hay elementos para inculpar al municipio de este lamentable accidente.
Dijo que desde antes de que iniciara el periodo de Semana Santa, comenzaron a emitirse las recomendaciones para los bañistas.
Agregó que el joven fallecido ignoró las medidas de prevención, decisión que lo llevó a la muerte.
Finalmente, tras un par de días de la tragedia, los restos de Victoriano fueron rescatados por elementos locales de Protección Civil y entregados a sus familiares.
LA TRAGEDIA LOS PERSIGUE
Tras este trago amargo, se pensó que no habría más personas ahogadas en “La Playita”, sin embargo, el siguiente fin de semana, a mitad de los días de asueto, una pareja y una niña murieron en eventos separados.
Juan Pablo González Jiménez y Bárbara Custodio González eran residentes de la colonia La Cañada. Ambos arribaron el 29 de abril en compañía de otros seres queridos para tener un rato de diversión, aunque se instalaron fuera del perímetro de seguridad establecido por las autoridades.
Según relatos de testigos, Bárbara permaneció algunos momentos en el agua y sufrió un resbalón, pero el incidente no pasó a mayores y volvió a la orilla. Luego regresó nuevamente al río y en un abrir y cerrar de ojos comenzó a patalear sin encontrar tierra firme.
Su marido corrió horrorizado al mirar que se estaba ahogando y se sumergió en el agua para rescatarla, mas nada pudo hacer y en su intento también terminó muerto.
Las familias que veían la espantosa escena pidieron socorro a las autoridades locales, pero ya era demasiado tarde. El comandante de Protección Civil a cargo, indicó que se recibió la llamada en la que se solicitaba su auxilio porque una pareja se estaba ahogando, sin embargo, en esos momentos los elementos de la corporación estaban participando en otro salvamento.
Y es que en otra parte de “La Playita”, la niña Aylín Giselle Saucedo, de ocho años de edad y quien vivía en la colonia Balcones de Alcalá, se introdujo al río Bravo y al caer en una poza desapareció.
La noticia de las cuatro víctimas fue lamentada tanto por los familiares de los occisos como las autoridades.
Carlos Leal López, director de Protección Civil en Reynosa, solicitó a los padres de familia tener más control y cuidado de sus hijos.
Sin embargo, ya nada podrá devolverle a estas familias a sus seres queridos que perdieron un día que, esperaban, iba a ser de diversión.