
A pesar de que México enfrenta la ola violenta más álgida desde hace varias décadas (con más de 37 mil muertos durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa), hay a quienes no les preocupan mucho esas cifras.
Las crudas historias de delitos que ahora acontecen en las carreteras del norte del país -las cuales parecieran ser sacadas de una película post-apocalíptica- salen en los diarios todos los días cada vez con mayor frecuencia, pero ni aún así son motivo para desalentar a un grupo de personas que se toman el riesgo con tal de divertirse y gastar su dinero.
Es por esto que llegadas las vacaciones de Semana Santa miles de residentes del estado de Nuevo León cargaron sus “chivas” y emprendieron el viaje al “paraíso del shoping”, como se le conoce a la texana ciudad de McAllen, sede de las más prestigiadas tiendas de ropa y artículos de moda.
Estas personas, quienes inundaron los puentes internacionales de Pharr, Hidalgo y Mission, para más tarde invadir la “Plaza Mall”, los “outlets” y hasta las “pulgas” de la región, dijeron que aunque siguieron “algunas precauciones”, la violencia no cambió sus planes de vacacionar en el lado americano.
Y es que a partir del sábado 16 de abril, con el paro momentáneo de las escuelas en México y los días de asueto en centros laborales, los cruces que conectan al municipio de Reynosa con la Unión Americana comenzaron a lucir repletos de automóviles, la gran mayoría con matrículas de Nuevo León, que se apostaron en la fila hasta más de dos horas y media para poder surcar la frontera.
Los periódicos publicitarios que regalan a la entrada se terminaron más pronto de lo normal y los vendedores ambulantes que trabajan en dichos puentes registraron un importante repunte.
A pocos les parecía importar que los puntos de revisión en la aduana texana tuvieran mayores controles ni que el inclemente calor fuera casi insoportable, pues tras el tedioso trámite no quedaba más al frente que un mundo de lugares que visitar.
PREFIEREN ARRIESGAR,
QUE DEJAR DE COMPRAR
En un recorrido por distintos puntos comerciales, Hora Cero comprobó que para muchos es mayor el interés de estar al último grito de la moda, que el temor a ser víctima de un asalto o un secuestro en el trayecto que divide la zona metropolitana de Monterrey de McAllen.
Gloria Cobos, dijo afuera de la tienda departamental Macy’s que tuvo un viaje sin contratiempos desde el municipio de San Pedro Garza García, N.L.; sin embargo, comentó que unas horas antes “a unas amistades les quitaron una camioneta de lujo” en el mismo tramo de autopista, por lo cual ella y su familia prefirieron venir a Texas en un auto compacto, mas nunca pasó por sus mentes no ocupar los cuartos de hotel que ya habían reservado semanas atrás en suelo norteamericano.
“Tenía que aprovechar los días para venir a las tiendas”, dice categórica.
Cuestionada sobre si sintió miedo de viajar a la frontera, esta ciudadana de figura esbelta y tez blanca mencionó que “un poco”.
A pesar de que el cercano municipio tamaulipeco de San Fernando volvió a convertirse en noticia mundial por el hallazgo de fosas clandestinas, esta mujer mencionó que en su traslado no notó operativos federales, lo cual consideró como un error.
“Las autoridades le ponen más atención al caso Tamaulipas, pero no admiten que las carreteras de Nuevo León también están inseguras, principalmente saliendo del restaurante de Los Ahijados y antes de llegar a la caseta de Cadereyta.
“No vimos nada de vigilancia, pero no nos pasó nada, aunque el fin de semana también escuche de otras personas a las que les quitaron el carro y las dejaron en el monte”, especificó.
Gloria Cobos señaló que algunas medidas que ella y sus conocidos están tomando para evitar verse sorprendidos por la inseguridad es viajar en caravana.
“Sobre todo porque no estábamos acostumbrados a esto, hay mucho desorden. Hasta hace poco nosotros no vivíamos eso”, reconoce.
“CONVIVIR CON EL MIEDO”
Por su parte, Felipe Garza, empleado de una tienda de regalos en Monterrey y quien también arribó a McAllen para pasear y realizar compras, dijo que él sí se encontró varios retenes en la autopista a Reynosa, por lo que se sintió confiado en su trayecto.
“Vi suficiente seguridad de policías municipales, estatales y federales. La violencia es en todo México, no nomás en Nuevo León”, manifestó.
Este señor, quien iba acompañado de su esposa, declaró sentir temor por los últimos acontecimientos ocurridos en el país, pero no tanto como para dejar de realizar sus planes, como venir al “otro lado” a pasar los días de descanso.
“Aprende uno a vivir con el miedo, ¿qué otra cosa se puede hacer?, tratar de llevar tu vida lo más normal posible. Aquí lo importante es venirte en el día y tratarte de ir en el día”, afirmó este regio al exterior de JC Penney.
Según informó José Alberto González Karam, subdelegado de Operación de la Delegación Regional de Caminos y Puentes Federales, más de 461 mil vehículos utilizaron la infraestructura de Capufe durante el periodo vacacional.
De acuerdo con el funcionario la mayor parte de los usuarios atendidos procedían de la zona metropolitana de Monterrey, de Saltillo, San Luís Potosí, Guanajuato y el Distrito Federal, entre otros Estados.
Por su parte, el delegado Gerardo Javier García, dijo que aunque los puentes que administra la dependencia en Reynosa marcaron una leve disminución, comparada al año pasado, el aforo vehicular fue relativamente similar.
Esto tomando en cuenta del día 15 al 17 de abril, en el que ingresaron a suelo estadounidense por Hidalgo y por Pharr 21 mil 754 y 12 mil 890 unidades respectivamente.
El comportamiento del flujo de sur a norte se dio a pesar de que algunos gobiernos como el de Estados Unidos y España han puesto las carreteras de Nuevo León y Tamaulipas en la “lista negra” y les solicita a sus connacionales no utilizarlas.
Pero la mayor parte de los regios y neoleoneses en general que acostumbran visitar el Valle de Texas, ignoraron esas recomendaciones y llegaron para colmar las tiendas, los parques recreativos; acudir a los conciertos y a la Isla del Padre.
Si bien algunos consideran que el gobierno mexicano no brinda las garantías suficientes a los automovilistas y salir a carretera es como “jugarse un volado”, existe un gran porcentaje de viajeros internacionales de Nuevo León a quienes eso pareció no importarles mucho.