Estaba un día El Apuntador viendo en Amazon Prime (que es mucho más exclusivo que Netflix) una película de esas de detectives y misterio, cuando le cayó en sus manos un caso que dejaría a Sherlock Holmes con el ojo cuadrado.
Se trata del “extraño caso de la reportera fantasma de Hora Cero”, que durante unas horas mantuvo en vilo las redes sociales y los chats de WhatsApp de los reporteros de la ciudad de Reynosa.
Resulta que debido a la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19, el Ayuntamiento de Reynosa organizó el tradicional festejo del Día del Periodista de forma virtual, o sea por medio de una reunión por la plataforma Zoom.
Ahí, los comunicadores del pueblo pudieron seguir las incidencias del evento oficial que este año contó con la participación como oradores de Sandra Tovar y Seth Rojas Molina.
Como siempre sucede al final de los bonitos discursos, las autoridades llevaron a cabo una rifa de diferentes aparatos electrodomésticos, donde funcionarios municipales sacaban de una tómbola el nombre de los suertudos ganadores.
La cosa iba muy bien hasta que, de pronto, al anunciar que se iba a rifar una lavadora, se dio a conocer que la ganadora era una reportera de Hora Cero llamada Yocelyn.
De inmediato todos pusieron cara de ¿what? porque saben que en esta casa editora no existe ninguna reportera llamada Yocelyn.
Más tardaron en sacar el número de la tómbola que los celulares de los directivos de Hora Cero en llenarse de mensajes preguntando y hasta denunciando que una Yocelyn decía que era reportera de Hora Cero y había obtenido, indebidamente, un premio.
Es maaaaaas, fueron tantos los datos, que no faltaron quieren aseguraron que la tal Yocelyn había dicho que pertenecía al área de Sociales de Hora Cero, cuando todo mundo sabe que este periódico no tiene esta sección.
Fueron tantos los reportes, que los directivos de este medio se dieron a la tarea de investigar quién diablos es Yocelyn y por qué se estaba ostentando como representante de este periódico.
Sin embargo bastaron un par de llamadas para descubrir la verdad, que vino a ser mucho menos emocionante que toda la novela policiaca que se había armado por WhatsApp y Messenger.
La versión oficial, confirmada por el Departamento de Comunicación Social de Reynosa, es que Yocelyn sí existe, es una compañera reportera de una estación de radio de esta frontera quien, en honor a la verdad, nunca (repetimos: nunca) se ostentó como integrante de Hora Cero.
La confusión vino cuando una auxiliar de Comunicación Social se confundió al registrar a la compañera y en lugar de consignar que trabaja en una estación de radio puso que era de Hora Cero.
Así que al final no hubo dolo ni nadie anda tratando de engañar a las fuentes diciendo que trabaja en este periódico (que ha sucedido, no crean que no), todo se trató de una confusión sin mala intención.
Por ello, felicidades a Yocelyn por su lavadora nueva, ojalá le sea de utilidad en su hogar y a los compañeros que luego andan pasando chismes a los directivos de esta casa editora: aguas, chequen bien sus fuentes antes de armar una novela calibre “El Ojo de Vidrio”.
RETAZOS
Pasando a otros temas, el Covid-19 sigue haciendo estragos entre el gremio periodístico de Tamaulipas y uno de los que resultó afectado por la enfermedad fue Esteban Martínez, conductor del noticiero Vallevisión en Televisa Noreste.
Afortunadamente los síntomas que sufrió Martínez no fueron tan graves como para llevarlo al hospital, sin embargo sí perdió el gusto y el olfato, además de que no pudo celebrar tanto la Navidad como el Año Nuevo con sus seres queridos para evitar contagiarlos.
Para acabarla de amolar, por ahí del 4 de enero el conductor informó que una segunda prueba PCR arrojó que seguía siendo positivo a la enfermedad, por lo que tendrá que esperar más tiempo para poder reintegrarse a sus actividades.
Animo y ojalá todo termine muy pronto.
En otros asuntos vale la pena comentar una situación que, aunque ya se vive desde hace tiempo, poco a poco se está normalizando y representa uno de los peores peligros para el periodismo en México.
Se trata de este retroceso en la profesionalización del gremio fomentado por el gobierno federal, que decidió alentar y promover el crecimiento de patéticas figuras disfrazadas de reporteros para contar con defensores de sus decisiones.
Lo peor del caso es que estas figuras -que creen que porque pueden articular dos estupideces en un canal de YouTube ya son periodistas-, reciben un trato preferencial en el más grande escaparate mediático del país: las conferencias mañaneras del presidente de la República y las actualizaciones sobre casos de Covid-19.
Sobra decir de quiénes estamos hablando, pero para que no haya dudas va un recuento: Lord Molécula, Sandy Aguilera, El Pirata, Bernabé Adame, Nacho Rodríguez “el Chapucero”, entre otros.
Lo irónico es que estos payasos con micrófono se erigen como honestos paladines de la verdad cuando, en realidad, lo único que están haciendo es emular las hazañas de la prensa vendida de los setentas, aquella que se rehusaba a cuestionar al poder el turno y era callada a punta de billetazos o “chayotes”.
Y aunque este grupo ha tenido verdaderas joyas de la vergüenza periodística, como el traje navideño de Lord Molécula; uno de los momentos más patéticos se vivió el pasado 4 de enero en la conferencia para dar a conocer el avance del Covid-19.
Ese día los medios en general estaban pendientes de qué iba a contestar Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud en el país, tras ser exhibido disfrutando de unas vacaciones sin cubrebocas o respetando la sana distancia en un hotel de Oaxaca.
Cuando finalmente llegó el momento de las preguntas y respuestas, quien tomó la palabra fue Juan Hernández, reportero del Diario Basta, propiedad de un oscuro personaje llamado Miguel Cantón Zetina, quien también es dueño de medios como Campeche Hoy y Tabasco Hoy.
El tema es que este personaje, mostrando una patética actitud de sumisión, casi casi le pidió perdón a López-Gatell por pedirle que le ofreciera a los mexicanos su versión del escándalo de sus vacaciones, de hecho, ni siquiera tuvo el valor de hacer la pregunta expresa.
“Es una cuestión de su vida personal… lo entiendo muy bien… usted tiene el derecho de tomar, pues vaya, su tiempo tanto a nivel familiar como a nivel personal (…) voy a dejarle la pregunta abierta, no soy yo quien, para cuestionar de ninguna manera…”, dijo.
Qué vergüenza, en serio…
Y ahora sí, va la gustada pregunta de la quincena: ¿cuántos meses van que Los Pacos no han pagado sus adeudos, amiguitos?