Entre los muchos temas que la agrupación The Doors y su vocalista Jim Morrison convirtieron en verdaderos clásicos del rock, se encuentra uno llamado Five to One (Cinco a Uno), mismo que popularizó una de las frases más célebres del imaginario musical.
Five to one, baby
One in five
No one here gets out alive…
Al traducirla al español la estrofa dice más o menos así:
Cinco a uno, nena
Uno en cinco
Nadie sale vivo de aquí…
La última frase es la que me llamó la atención pues, cosas raras de las líneas del pensamiento, creo que se aplica muy bien a todo lo que va a suceder una vez que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avaló en una decisión dividida que Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” pueda aparecer en la boleta para elegir presidente de la República.
Y es cierto, después de tan polémica determinación, nadie va a salir vivo de esta elección presidencial que al arranque ya está cubierta por un gris manto de sospecha.
Los primeros que “no saldrán vivos” son los cuatro magistrados que votaron a favor de que “El Bronco” pueda contender el próximo primero de julio, no obstante el cúmulo de irregularidades que le detectaron en el proceso de recolección de firmas.
De ahora en adelante no habrá persona que pueda meter las manos al fuego por estos magistrados, quienes tendrán que vivir bajo la sospecha de que “alguien” “les dio línea” para permitir al gobernador con licencia entrar a la elección.
Los muy desconfiados citarán detalles como que la sesión del 9 de abril inició una hora y media con retraso (“estaban planchando las cosas”, dirán) o que la decisión se dio un día después de la fiesta de cumpleaños de Carlos Salinas de Gortari, donde se reunió todo el Club de Enemigos de López Obrador.
Y luego está Jaime Rodríguez Calderón, quien tampoco “saldrá vivo” no sólo por las irregularidades que cometió en el proceso de recolección de apoyos, sino porque llega a la elección con la etiqueta de “sicario electoral” cuya única misión (si es que al final decide aceptarla), es golpear por todos los frentes al puntero de todas las encuestas presidenciales.
El INE tampoco “saldrá vivo” de ésta, pues en la discusión del dictamen, todos los magistrados maltrataron de fea manera al instituto, calificándolo de “desaseado” e “imprudente”, entre otras linduras.
Con esos calificativos encima ¿cómo podemos los mexicanos confiar en el organismo que organizará un proceso electoral tan importante como el del próximo primero de julio?
Y por último, entre la larga lista de personas e instituciones que no “van a salir vivos” de ésta, podemos mencionar a todos los mexicanos, quienes con semejantes papelones cometidos por los árbitros electorales y los actores políticos, van a confirmar su desconfianza en la democracia mexicana.
Tras este escándalo, digno de cualquier serie de intriga política, el descontento y el desgano ciudadano va a crecer y las ganas de salir a las urnas el próximo primero de julio se desplomarán a niveles críticos.
Lo curioso es que cuando el abstencionismo crece y la gente manda al diablo los procesos electorales ya sabemos quiénes son los únicos ganadores.
Con eso en mente ¡que empiece el sospechosismo! Mientras tanto yo me voy a Spotify a escuchar a The Doors.