Para los nuevos alcaldes de Tamaulipas los primeros 100 días de gobierno han sido muy pesados, sobre todo para los fronterizos, porque los operativos federales contra el crimen organizado –que inició a fines de 2007– taladró en la mente de la población que cree vivir en ciudades peligrosas y corruptas, sobre todo de los mandos policíacos.
Si bien los presidentes municipales han hecho esfuerzos en áreas como obras públicas, atención al ciudadano y recolección de basura, entre otras, en la reciente evaluación de Hora Cero queda confirmado que los rubros más sensibles y que pegan directamente en sus calificaciones son seguridad pública y corrupción.
Los alcaldes saben bien que una “excelente” calificación a su desempeño oscilaría entre 8.0 y 8.5 puntos; de 7.5 a 8.0 sería “muy buena”; de 7.0 y 7.5 puntos “buena”, mientras que de 6.0 hacia abajo es “regular”, “mala” o simplemente “decepcionante”.
En esta escala los presidentes municipales fronterizos deberían estar agradecidos con la calificación de sus conciudadanos, sobre todo Oscar Luebbert Gutiérrez, de Reynosa; Erick Silva Santos, de Matamoros, y Roberto Benet Ramos, de Río Bravo, donde la presencia federal en esas poblaciones ha sido más visible e intensa.
Haber obtenido de 6.5 a 7.2 puntos de evaluación general en sus primeros 100 días de sus administraciones municipales que se cumplieron el pasado 9 de abril, habla bien de los tres, especialmente porque no había un antecedente para comparar números.
Pero sobre todo porque sus predecesores Francisco García Cabeza de Vaca, de Reynosa; Baltasar Hinojosa Ochoa, de Matamoros y Juan de Dios Castillo, de Río Bravo, dejaron sus puestos –con toda seguridad– con calificaciones similares o inferiores, sobre todo el primero por sus escándalos de corrupción y su culpabilidad en la fractura del PAN.
Ramón Garza Barrios, de Nuevo Laredo, si bien no fue un alcalde que ha sufrido toda clase de calamidades debido a los operativos federales, obtuvo un 7.08 de aprobación de la gente que seguramente tenía en su mente el gris trienio de Daniel Peña, situación que rebotó en algunos rubros al calificar la nueva gestión.
Mientras que Servando López Moreno, de Miguel Alemán, puede estar tranquilo en esta primera prueba ciudadana pues fue el alcalde con mejores números en sus primeros 100 días al frente del municipio.
Consultando con expertos de Nuevo León en este tipo de sondeos, ellos consideraron que al no haber una evaluación de inicio de administración hecha pública por algún medio sobre la percepción que tenían los ciudadanos de sus alcaldes, el trabajo de Hora Cero se puede tomar como “buena” y hasta “muy buena” por calificaciones que van de 7.00 a 7.15 puntos.
El resto de los alcaldes como Valle Hermoso y Ciudad Victoria, Hamid Name Pineda y Arturo Díez Gutiérrez, respectivamente, deberán poner mayor atención en áreas en las cuales la ciudadanía considera que se necesita más empeño y dedicación.
En lo particular creo que los medios de comunicación son los más indicados para realizar un trabajo de evaluación sobre la eficiencia o deficiencia de los gobernantes, porque somos –y hablo de mi periódico, no de otros– quienes nunca nos prestaríamos a hacer trajes a la medida para inflar egos o crear escenarios ficticios.
Por lo mismo los alcaldes fronterizos calificados deben están conscientes en que sus respectivas administraciones han sido afectadas en su imagen por la batalla del gobierno federal contra el crimen organizado, siendo la inseguridad un punto sensible no sólo en Tamaulipas sino en el resto del país.
Por ejemplo, en Reynosa donde varios inocentes civiles han muerto, unos acribillados por elementos del ejército y otros cuando interfirieron en una persecución de agentes de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), empleados de un periódico local.
Mientras tanto restan cerca de mil 100 días de administración para que Garza Barrios, López Moreno, Benet Ramos, Luebbert Gutiérrez, Silva Santos, Name Pineda y Díez Gutiérrez incrementen sus evaluaciones sin necesidad de una varita mágica, sólo con eficiencia de sus funcionarios.
Y de algo deben estar seguros, sería un caso verdaderamente excepcional aspirar a sacar un 10 de calificación, porque en el servicio público recibir un 7.0 por su desempeño no es pasar de panzazo como en las universidades, al contrario, es pasar el primer examen.
El más duro: los primeros 100 días.