El humo blanco que salió en el Partido Revolucionario Institucional el viernes 23 de enero, cuando se dieron a conocer los nombres de los ocho (pre)candidatos a las diputaciones federales, fue un madruguete propinado a Acción Nacional que sigue deshojando la margarita sobre la identidad de sus gallos.
De los ocho priistas que buscan llegar al Congreso de la Unión, hay dos o tres que seguramente no estaban primero en la lista de favoritos o arriba en los sondeos, uno de ellos el ex secretario de Desarrollo Social de Reynosa, Everardo Villarreal Salinas, candidato por el Distrito II.
La postulación del joven político –quien perdió la misma elección en 2006– tiene un fuerte olor a ‘sospechosismo’, teniendo como protagonista a Ricardo “El Negro” Gamundi Rosas, el mismo que un día renuncia como dirigente del tricolor en Tamaulipas y al otro resucita y ocupa el mismo puesto.
En esta frontera hay quienes creen que Gamundi Rosas, que sigue soñando en ser candidato a la presidencia municipal de Reynosa en 2010, se amarró con el alcalde Oscar Luebbert Gutiérrez para vetar –ambos– las aspiraciones de Esiquio Reséndez Cantú, gerente general de la Comapa.
Sin ser mal pensados, Luebbert Gutiérrez y Gamundi Rosas taclearon al gerente del organismo operador del agua en Reynosa, cuyo nombre estaba entre los favoritos para abanderar al PRI en su intento de arrebatarle al PAN este hueso que saborea desde 2000, cuando ganó el corrupto alcalde Francisco García Cabeza de Vaca.
Gamundi Rosas ahora tiene la etiqueta de verdugo porque si Esiquio ganaba este Distrito II, su nombre iba a sonar muy fuerte en la grilla sucesoria para la alcaldía en 2010, ya que “El Negro” no es bueno para disimular que quiere el puesto de Luebbert Gutiérrez.
Entonces ¿qué habrán planeado en lo oscurito el alcalde reynosense que busca la gubernatura el próximo año y el dirigente del PRI, que a su vez seguirá siendo el mandamás de su partido en 2010 y que, por coincidencia, también suspira por la alcaldía?
Gamundi Rosas estaba consciente que debía amarrarse con Luebbert Gutiérrez porque sus posibilidades de sentarse en el trono de Reynosa estaban a una temperatura de esquimal.
Pero eso sí, “El Negro” vino a descomponer el panorama político de esta frontera y apoyar a Villarreal Salinas como el virtual candidato de la presidencia, dándole el apoyo a Luebbert Gutiérrez que bien sabe lo que quiere. Y es obvio que medio mundo polaco sabe cuáles son sus aspiraciones legítimas: ser gobernador de Tamaulipas.
Volviendo a Everardo Villarreal Salinas, el ex diputado local y ex funcionario municipal está en posibilidades de sacarse la daga que le enterró hasta el tuétano Acción Nacional hace casi tres años cuando perdió la elección federal ante Raúl García Vivián.
El joven viene por la revancha, pero esta vez en condiciones muy favorables: tiene a su favor todo el aparato de la presidencia municipal, la Comapa, los sindicatos y, por si faltara algo, el mismísimo gobierno del Estado. Y si Villarreal Salinas alguna vez tendrá posibilidades de llegar al Congreso de la Unión, es este 2009.
Everardo ha estado muy de cerca en las últimas tres campañas: ganó en 2005 su elección que lo llevó al Congreso del Estado, luego al año siguiente sucumbió en su intento por ser legislador federal y, en 2007, estuvo en el equipo compacto que contribuyó a la victoria de Luebbert Gutiérrez. El ahora (pre)candidato sabe distinguir bien entre una campaña perdedora y una ganadora, para no volver a cometer los errores del pasado. Se jugará el todo por el todo porque, si no sale con el brazo levantado, seguro empezará a cavar su tumba política.
Aunque con pocos años en estos menesteres, Villarrreal Salinas ya debe de tener el olfato bien afinado para que no vaya a ser el candidato sacrificado, como una de las cabezas en charola que el gobernador Eugenio Hernández Flores podría entregar al presidente Felipe Calderón Hinojosa. ¿A cambio de qué? Sólo ellos saben. Así es la política.
Regresando al tema del Distrito II de Reynosa, éste no contempla la zona de las Jarachinas, bastión del PAN en elecciones pasadas, sólo el casco de la ciudad donde el azul y blanco no pinta tan bien. Hay que recordar que el año pasado José “Pepe” Elías Leal ganó para el PRI la curúl local con votos de este Distrito.
Los electores de Las Jarachinas elegirán entre los candidatos postulados por los diferentes partidos políticos del Distrito III con cabecera en Río Bravo.
Falta ver qué tantas ganas traen de ganar en julio próximo no solamente el PAN sino el PRD.
En el caso de Luebbert Gutiérrez, el alcalde no puede permitirse entregar malas cuentas, porque si recupera para su partido este bastión federal en manos del PAN, sus posibilidades para 2010 se incrementarán hasta las nubes, como la cotización del peso frente al dólar.
Por otra parte, el que el ex secretario de Salud del Estado, Rodolfo Torre Cantú, haya amarrado la candidatura por el Distrito V de Ciudad Victoria, lo coloca en envidiable posición hacia la sucesión de Hernández Flores, pues de ganar cumpliría con uno de los requisitos: haber ganado un puesto de elección popular.
La eventual suplencia de Susana Hernández Flores (hermana del gobernador) como compañera de fórmula de Torre Cantú, despejaría cualquier duda de quien es, hasta estos momentos, el favorito del inquilino del Palacio de Gobierno para ser el abanderado del tricolor para la grande.
Con Manuel Muñoz Cano, titular de la Secretaría de Desarrollo Social, fuera de la jugada porque no fue requerido como candidato, los otros aspirantes que quedan son Luebbert Gutiérrez; el alcalde de Nuevo Laredo, Ramón Garza Barrios; Javier Gil Ortiz, ex alcalde de Altamira y aspirante a diputado federal por el Distrito VII, como carta fuerte del Grupo Tampico. Sin descartar a la senadora Amira Gómez Tueme.
Muñoz Cano, si no hay ajustes futuros en los aprecios del gobernador hacia sus más cercanos colaboradores, podría aparecer como candidato a la presidencia de la capital del Estado en 2010.
A quien tampoco hay que descartar para la sucesión es a Baltazar Hinojosa Ochoa, ex alcalde de Matamoros, la carta del PRI en el Distrito IV que fue sacado por su partido de su rancho Las Vacas, en donde se la pasó el último año cuando dejó su puesto en la calle Sexta.
Y para terminar, en Río Bravo competirá por el tricolor Edgar Melhem Salinas. El político riobravense no sólo tendrá como rival al PAN y a los otros partidos, sino al mismo alcalde Roberto Benet Ramos, su cuñado incómodo, a quien no le quedará de otra que ayudar a la causa porque, de lo contrario, se le aparecerá el Diablo con ojos verdes que vive en Ciudad Victoria.
Los riobravenses saben que entre Melhem Salinas y Benet Ramos no hay buena vibra. Y cuando se llegan a ver saltan chispas.
Por cierto, es casi seguro que el PAN mandará como adversario a José Ramón Gómez Leal, un producto que difícilmente tendrá clientela electoral.
Imagínense a “J.R.” haciendo campaña en las zonas rurales oliendo a Zegna, vistiendo pantalones Armani, con lentes Prada, mascada Valentino y, en sus ratos de cansancio, con pantunflas Channel.
¡Hasta la próxima! Esperando que el PAN dé a luz a sus candidatos, en lo que será un parto difícil para Javier Garza de Coss, el jerarca estatal.