
El momento histórico que vivieron México y los mexicanos el primero de octubre, compartido con todos los hombres de buena voluntad del planeta, ha dejado correr mucha tinta, muchas ondas hertzianas, y lo seguirá haciendo por mucho tiempo porque ha demostrado que una revolución pacífica es posible. En ese marco, la presencia de la maestra Ifigenia Martínez Hernández de Navarrete, fue crucial en lo general y en lo particular.
Como presidenta de la Cámara de Diputados, traspasó la banda presidencial de Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum Pardo, cumpliendo el acto protocolario de la toma de protesta de la nueva titular del Ejecutivo federal. Había preparado un discurso que no pudo pronunciar por los achaques de la edad (94 años); pero, no hizo falta palabra alguna. Su sola presencia dio un alto significado al evento y lo hizo más emotivo.
Tan conmovedor que cuando ella soltó las lágrimas, la emoción contenida se desbordó en millones de personas más. Lágrimas de alegría por ver los sueños de tantos décadas hechos realidad; llanto de satisfacción por ver la semilla sembrada con amor y cultivada con paciencia fructificar en una nueva forma de vida y de gobierno en la cual el ser humano está al centro de todos los afanes.
Supe de Ifigenia a finales de los 60, cuando escribía magníficos artículos de economía en la revista Siempre!, por entonces cumbre del periodismo político e intelectual. Cobré, como muchos jóvenes de ese tiempo, afición por la revista. En Reynosa sólo la vendía la Casa Lupito, en el centro, y el Café Rey, en la colonia Rodríguez. Era un auténtico deleite leer a la maestra, a don Francisco Martínez de la Viga, a Víctor Rico Galán, al amargoso Roberto Blanco Moheno, a Antonio Rodríguez y a los joviales y profundos Renato Leduc y Alberto Domingo, entre otras plumas selectas.
Enumerar los méritos, los cargos y los reconocimientos, dentro y fuera del país, de la maestra Ifigenia requiere un espacio mayor; lo que se puede hacer en este texto es destacar su convicción humanista y su congruencia permanente. Economista de pensamiento liberal estuvo presente en todas las acciones políticas y sociales tendientes a poner los bienes al servicio de la humanidad. Integró la Corriente Democrática dentro del PRI y fue cofundadora del Partido de la Revolución Democrática.
Renunció a éste cuando se pervirtió y, a cambio de migajas, se unió al PAN. Con Andrés Manuel López Obrador trabajó para construir el Movimiento de Regeneración Nacional, la Cuarta Transformación y las tesis del Humanismo Mexicano; con el resto de sus fuerzas y su talento, se integró a la construcción del Segundo Piso de la 4T al lado de Claudia Sheinbaum Pardo. Con la presencia de Ifigenia en su asunción, llegaron todos los que han contribuido a retornar a México por la vía del desarrollo compartido.
Ella misma lo expresó en su texto: “Hoy nos encontramos aquí, en este recinto solemne de la democracia mexicana, como testigos de un momento que marca un antes y un después en nuestra historia: la toma de protesta de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer presidenta de México. Su llegada a la presidencia es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres (y hombres), quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas (y todos) y abrimos paso a una nueva era.
Yo misma, que he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia, me siento profundamente honrada de presenciar este triunfo histórico. En 1969, formé parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, una lucha que, junto a muchas y muchos, iniciamos con la firme convicción de que el cambio verdadero era posible.
Hoy, esas convicciones han rendido fruto. No solo tenemos una presidenta, sino que se vislumbra un presente donde las mujeres participemos en condiciones de igualdad en la construcción de futuros posibles y deseables para nuestra patria. Ser parte de esta transmisión histórica del Poder Ejecutivo y entregar la banda presidencial a la primera presidenta es uno de los mayores honores de mi vida”. Descanse en paz.