
En el homenaje luctuoso que se le rindió a Juan Camilo Mouriño ante la jerarquía y la militancia panista de primer nivel, el domingo 9 de noviembre, el presidente Felipe Calderón Hinojosa hizo un enérgico llamado de atención que seguramente retumbó en Tamaulipas.
Sin andarse por las ramas, el mandatario exhortó a los panistas a dejar atrás ambiciones personales, pleitos, envidias y mezquindades, que han llevado al PAN al desastre, a perder elecciones desde 2006 y con los peores pronósticos para los comicios federales de 2007.
Con esas palabras, Calderón describió lo que ha sido de Acción Nacional a partir del año 2000 cuando los albiazules ganaron la presidencia de la República: han surgido lacras, o copias fieles del corrupto Francisco García Cabeza de Vaca, en cada uno de los Estados del país.
Verdaderos delincuentes de la política que se hicieron ricos de la noche a la mañana, con apenas tener tantito de poder, como sucedió con el enloquecido Cabeza de Vaca en Reynosa, que empezó a acumular riqueza a partir de su primer día en el Congreso de la Unión, solapado por Vicente Fox Quesada desde Los Pinos.
Calderón bien sabe que cada uno de los Cabeza de Vaca que hay en el PAN, desde Mérida a Tijuana y de Matamoros a Los Cabos, han dañado seriamente a su partido. Y son ellos los únicos culpables de que Acción Nacional empiece a cavar su propia tumba hacia la sucesión presidencial de 2012.
Terminar con ambiciones personales, pleitos, envidias y mezquindades al interior del partido que gobierna México, son adjetivos o trajes a la medida que muchos panistas traen puestos. Pero no son todos, hay excepciones, aunque muy pocas para ser sinceros.
Y gracias a Dios, después de 2006, el PAN gobierna a menos mexicanos porque el PRI ha recuperado mucho del terreno perdido, siendo tercera fuerza política del país después de haber sido relegado a esa posición cuando cometió el error de permitir que Roberto Madrazo Pintado fuera su candidato presidencial.
Y aunque duela, uno de los culpables de que en Tamaulipas creciera la enfermiza figura de Cabeza de Vaca fue precisamente el difunto Juan Camilio Mouriño, o al menos eso era lo que vendía el corrupto ex alcalde de Reynosa a la militancia, ya que ambos fueron diputados federales en el primer trienio de Fox.
Cuántas veces el corrupto, ahora diputado local por Tamaulipas, filtró a los medios la fotografía donde aparecía junto a Mouriño, siendo jefe de la Oficina de la Presidencia, acompañado por algunos de sus adoradores y complices, entre ellos los diputados federales Raúl García Vivián y Omeheira López Reyna.
ROBERTO CARLOS RODRIGUEZ, EL COLMO
Si Felipe Calderón Hinojosa en verdad trae muchas ganas de limpiar al PAN, de inmediato debería ordenar al dirigente nacional, Germán Martínez Cáceres, para que ponga en la silla de los acusados a la pandilla de ladrones que saquearon las arcas, utilizando el dinero público para beneficios personales.
Como sucedió con el actual regidor Roberto Carlos Rodríguez, yerno del difunto presidente del comité del PAN en Tamaulipas, Alejandro Sáenz Garza, quien hizo suyas las prerrogativas y las cuotas de los panistas para comprarse en 2005 una residencia en Pharr, Texas, y realizar viajes de placer.
Las evidencias que presentamos en esta edición de Hora Cero, deberían llegar a la mayor brevedad al Comité Ejecutivo Nacional del PAN para que se confirme lo que desde el año 2000 fue una vergonzosa realidad: que Cabeza de Vaca y todos sus seguidores se hartaron de robarle a su propio partido.
Javier Garza de Coss tiene en sus manos la prueba irrefutable de que Cabeza de Vaca es una lacra, porque si Roberto Carlos Rodríguez metió las manos al dinero de Acción Nacional, eso pasó por instrucciones del ladrón mayor.
Hay que aclarar que las prerrogativas que reciben los partidos del IFE, además de las cuotas de los militantes, se convierten en dineros públicos cuando llegan a las cuentas bancarias de cada uno de los partidos políticos.
¿Qué quiere decir? La respuesta es muy simple: que el actual regidor de Reynosa, protegido por Raúl García Vivián (diputado federal y dirigente municipal del PAN), incurrió en abuso y malversación de recursos al hacer viajes de placer a la ciudad de Dallas, Texas, para ver un partido de futbol americano.
Eso es el colmo de alguien que sueña –o soñaba– con ser el candidato del PAN a diputado federal por el Distrito II de Reynosa.
El regidor Roberto Carlos Rodríguez cumple perfectamente con el perfil del tipo de lacras panistas a las que se refirió Felipe Calderón Hinojosa, culpables de las más recientes derrotas de su partido en México.
Por eso los militantes y simpatizantes de Acción Nacional deben de empezar a ver claro el año 2009, cuando Tamaulipas tome el mismo rumbo que el PRI ha trazado en las últimas elecciones como Yucatán, Guerrero, Coahuila e Hidalgo.
Mientras, en el Congreso del Estado los diputados del PRI se unirán a los del PAN en la campaña para recolectar llaves para el monumento que tendrá el corrupto Cabeza de Vaca en Reynosa, porque al paso que vamos sus cuentas públicas serán aprobadas pese a todas las evidencias de su ladrona administración.
Una verdadera lástima si eso sucede, porque estaremos viendo el lado oscuro de la política donde muchos son cómpices, sin distinción de colores y siglas.