El veto es una herramienta que permite a un poder rechazar o bloquear una decisión, una ley o una acción antes de que ésta se ponga en marcha. El veto es un límite que se coloca para evitar que algo avance si se considera que va en contra del interés común, de la justicia, o incluso en contra de los intereses de quien ejerce el veto. Su valor radica en la capacidad de equilibrar el poder.
El veto es utilizado en distintos ámbitos. Veamos algunos ejemplos:
1. Organismos internacionales: En el Consejo de Seguridad de la ONU, los cinco miembros permanentes (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido), tienen poder de veto. Esto significa que cualquier resolución necesita la aprobación de todos ellos para ser adoptada, y si uno de estos países ejerce su veto, la resolución no prospera.
2. Empresas: En consejos directivos, ciertos miembros, como el CEO, pueden tener derecho de veto sobre decisiones estratégicas, como inversiones, fusiones o cambios importantes. Esto asegura que los intereses de la organización estén protegidos.
3. Derecho corporativo y contratos: En los contratos de sociedad o de accionistas, los socios pueden establecer cláusulas de veto para proteger sus inversiones. Esto significa que si una decisión es desfavorable para uno de los socios, puede bloquear su implementación.
4. Política: En los gobiernos, el veto es una herramienta clave. Por ejemplo, en el caso de los presidentes o gobernadores, el veto se usa para bloquear leyes aprobadas por el Congreso. Este derecho permite al poder ejecutivo rechazar o devolver leyes que considera perjudiciales.
Así es el uso del veto en política, precisamente como el derecho que tiene un mandatario para poner un alto con la autoridad que ostenta.
Pero no solo se trata de vetar leyes o nombramientos del gobierno, también los políticos en México la usan para evitar que llegue a sucederlo alguien contrario a sus intereses o ideales. Por ejemplo, en el caso de Tamaulipas por lo menos los últimos cinco gobernadores hicieron uso de esa facultad, esa que los usos y costumbres del poder les confirió. Veámos a detalle:
En la sucesión de Manuel Cavazos Lerma, este usó su derecho de veto en contra de Marco Bernal, hombre cercano al centro, a los jerarcas del gobierno y del partidazo. Cavazos dejó a Tomás Yarrington.
Tomás Yarrington se estrenó como un gobernador que ya no dependía de las decisiones de Los Pinos. Sin embargo, su partido poseía una gran mayoría en las cámaras y tenía la mayoría de las gubernaturas. Yarrington alineó a los suyos en torno a Eugenio Hernández y usó su facultad de vetar a Oscar Luebbert, quien en ese entonces fungía como Senador de la República. Político experimentado al que le sobra colmillo, su cercanía con el poder central lo posicionaba como el candidato natural.
Eugenio Hernández en pleno ejercicio del poder que le daba el que los gobernadores eran virreyes y tenían demasiado poder político, vetó a los aspirantes que no se alineaban a sus intereses; de hecho, Eugenio puso dos veces candidato. El primero en la persona de Rodolfo Torre, el cual, resultado de una desgracia tuvo que ser relevado por su hermano Egidio Torre, también por decisión de Eugenio.
A Egidio Torre le tocó el regreso del PRI a Los Pinos, si bien la mayoría de esos aspirantes a sucederlo tenían cercanía con el centro, había uno que especialmente no cuidó las formas con él, lo que le mereció ser vetado. Alejandro Guevara se quedó al margen de la sucesión.
Francisco García Cabeza de Vaca, el primer gobernador de un partido diferente al PRI. Fue un gobernador poderoso al interior de su partido. Controlaba todo y a todos. Jesús Nader era el candidato natural, pero no el de los aprecios del gobernador. Cabeza de Vaca vetó a Nader e impuso a César Verástegui.
Hoy, la sucesión de Américo Villarreal está lejos, todavía le falta mucho tramo por recorrer. Pero a algunos incautos, despistados e ingenuos se les olvida que el gobernador no solo tiene derecho de proponer, también tiene derecho de veto, y a veces esa facultad es más poderosa que la primera. ¡Ojo eh!
Reenviado
Hay una frase que se le atribuye a un personaje de la política mexicana, y citarla aquí no es por hacerle honor o reverencia, es porque tiene razón:
“Las puertas de Palacio se abren desde adentro”.
-Raúl Salinas de Gortari