Ricardo Ferretti Oliveira aceptó dirigir a la Selección Mexicana de Futbol en una serie de cuatro partidos. Combinará su actividad dentro del representativo azteca con su real deber, que es conducir, en la cancha, los destinos del equipo Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, al que ha dirigido en tres etapas, la última desde hace cinco años.
No se observa una razón contundente para suponer porque los federativos que manejan el balompié mexicano decidieron convocar, para un interinato, a un director técnico categoría A que tiene todas las condiciones para permanecer en el puesto como titular. Supongo que lo que desean es comprar tiempo.
Decio de María, presidente de la Federación Mexicana de Futbol, no ha conseguido amarrar a su objeto del deseo, el entrenador que quiere para que sustituya al expulsado Miguel Herrera, en la eliminatoria rumbo a Rusia 2018. Evidentemente, el elegido debe estructurar un plan a largo plazo, que son los cuatro años que se emplean hasta llegar a la cita mundialista. La elección debe ser cuidadosa, lo saben él y los dueños de los equipos que dan su aprobación y rechazo, porque la dirección técnica del Tri es una de los tres puestos laborales más incómodos, junto con el de presidente de la República y procurador general.
La experiencia señala que los entrenadores del combinado tenochca no duran en el puesto. Latinoamérica está ebrio de una inercia puntista. Se ciega cuando el equipo deja de ganar. México ignora los procesos a largo plazo. Recula, cuando le piden paciencia. Desconfía de los estrategas que apuestan al futuro. Lo que se quiere es que se gane ya. Impensable perder ante Estados Unidos. Humillante, ser doblegado por Centroamérica. Triunfo histórico, el que se consigue sobre Brasil o Argentina.
Tuca estará solamente un lapso muy breve y en él jugará una serie de encuentros de poca monta, los que llamó partidos moleros. En su futuro inmediato, tendrá en sus manos al equipo verde en uno de esos juegos rascuaches, el 4 de septiembre contra Trinidad y Tobago. Luego se medirá en un juego de preparación, sin compromiso ni intensidad, ante Argentina, el 8 del mismo mes.
El único encuentro trascendente es contra Estados Unidos, el 10 de octubre, que definirá quién avanza a la Copa Confederaciones Rusia 2017. Y cerrará su contrato con un duelo ante Panamá el 13 de octubre. Serán cuatro los partidos que formaránla Copa Molera que la Femexfut ideó para que el entrenador brasileño les permita conseguir al hombre que habrá de llegar al equipo tricolor por la aventura hasta la próxima cita mundialista.
Llama la atención, por qué Tuca decidió aceptar el reto, si es que en el pasado despreció ostensiblemente al llamado equipo de todos, que en realidad sólo es de Televisa. Puedo suponer que se debe a la madurez. Reconoce ahora que se equivocó al despreciar, precipitadamente, alguna convocatoria como la que ahora recibe. Los que hemos seguido su trayectoria, hemos visto que Ferretti ha sido siempre un hombre intenso, extremadamente emocional, que deja el alma en cualquier partido, aunque sea el de la fecha 8 de la liga doméstica, contra el modesto Puebla. Sus berrinches son motivo de gracejo en el entorno futbolístico mexicano.
Sigue haciendo corajes, pero ya no tan evidentes. Parece que el carácter se le ha apaciguado y ahora es más reflexivo. Tal vez por eso entendió que no era malo, en lo absoluto, hacerse cargo del timón, mientras se consigue un sustituto.
Lo que se ve es que, más temprano que tarde, pese a este torneo del mole, que le servirá de calentamiento, Ferretti será algún día entrenador de la Selección Mexicana. Es un sargento en disciplina, un tipo serio, que sabe de futbol y sus características le hacen falta a la escuadra tricolor.
