El teléfono de Hora Cero sonó cerca de las dos y quince de la tarde el miércoles 26 de marzo pasado. Contestó Katy, nuestra recepcionista, a una voz que se identificó como Francisco García Cabeza de Vaca que dijo querer hablar con el reportero y editor Gerardo Ramos Minor, a quien seguramente no quería felicitarlo por su trabajo. No pudimos grabar la breve conversación, sin embrago tampoco dudamos que otra vez quiso intimidar a los trabajadores en esta empresa.
Esa mismo día, a las nueve y media de la mañana, Gerardo Ramos Minor estuvo presente en un desayuno-rueda de prensa con Alejandro Martínez Rodríguez, candidato a la dirigencia estatal del PAN, nuevo títere de García Cabeza de Vaca, que ofreció en Matamoros, organizado por Julio Almanza Armas, también del mismo equipo del ex presidente municipal de Reynosa.
Como parte de su trabajo y en los cuestionamientos, el enviado de Hora Cero sacó a relucir los nexos y el apoyo que está recibiendo Martínez Rodríguez de García Cabeza de Vaca quien, a toda cosa, quiere imponer y ningunear al próximo presidente del PAN en Tamaulipas, como lo hizo con Alejandro Sáenz Garza (qepd).
Esta situación seguramente incomodó al candidato y al organizador de la rueda de prensa, los cuales con prontitud informaron a su majestad: García Cabeza de Vaca.
Ahora quiero retroceder en el tiempo. En febrero o marzo de 2005, cuando apenas iniciaba la gestión municipal panista de Reynosa, recibí una tarde la llamada de Roberto Roux, en ese entonces secretario particular de García Cabeza de Vaca.
—¿Quién habla?- Pregunté.
—Roberto Roux.
—¿Qué se te ofrece? A tus órdenes.
—Es que el alcalde (Cabeza de Vaca) quiere hablar con Gerardo Ramos.
—No se encuentra, pero pásamelo-. Precisé y sugerí.
Al otro lado de la bocina empecé a escuchar la voz de un energúmeno. El mismo que empezaba a sentirse un Todopoderoso y estaba alteradísimo.
—¡Es que son chingaderas!-. Gritaba.
Estoy seguro que el interlocutor -desde su oficina en la presidencia municipal- pudo haber actuado violentamente contra Gerardo Ramos de haberlo tenido enfrente. Sin fundamentos, quería reclamarle una entrevista publicada por la prestigiada revista Proceso, donde se volvían a referir una vez más sobre su pasado delictivo, y donde Hora Cero y Gerardo Ramos habían participado sólo como contacto para gestionar el encuentro.
Si el juvenil delincuente exhibido por la Policía de McAllen, Texas, en una ficha con su foto quería reclamarle a alguien, esa persona era Julio Scherer García, fundador de Proceso, o bien Rafael Rodríguez, en 2005 y actualmente director editorial.
García Cabeza de Vaca se había equivocado al marcar el número telefónico de nuestro periódico. Y se lo hice saber con las siguientes palabras que nunca se me van a olvidar:
—Estas mal Francisco, aquí nadie externo regaña a los reporteros; te equivocaste de ventanilla, pues Hora Cero no es la presidencia municipal ni Gerardo Ramos tu empleado.
Con el paso del tiempo, entre mayo y julio de 2007, nuevas llamadas intimidatorias recibimos en nuestro conmutador, en pleno escándalo público de la corrupción en el Ayuntamiento panista de Reynosa documentado, sin dejar dudas, por el equipo editorial de Hora Cero.
Los viles y cobardes actos se anexaron en una denuncia presentada por los directivos de este periódico ante la Procuraduría General de la República (PGR) contra quien resultara responsable, en tiempos cuando García Cabeza de Vaca se estaba convirtiendo -de nuevo- en un delincuente, pero ahora de la política.
Con el paso de las semanas y los meses -hasta las elecciones del 11 de noviembre cuando cayó en su tumba y contribuimos a sepultar su rateril proyecto-, le demostramos en Hora Cero que sus intimidaciones telefónicas nos tienen sin cuidado.
Quizá no se ha dado cuenta que ahora es un insignificante y faltista diputado local en el Congreso que en 2009 quiere huir del Estado para ser legislador federal.
Sus efímeros tiempos de gloria fueron eso: fugaces. Y fue -en tiempo pasado- un político símbolo de la corrupción en una ciudad y su pésima fama fue del dominio público en todo el Estado.
Ya no se pasea por las calles de Reynosa omnipotente. Es mas, ni se deja ver desde el día mas negro polítícamente hablando. Cuando los ciudadanos le dieron la espalda y le volvieron a colocar en su pecho una nueva ficha delincuencial al entregarle el voto a otro partido, no al suyo.
En Hora Cero no tenemos ninguna duda que el pasado miércoles 26 de marzo fue él mismo quien quiso volver a intimidar a un reportero como sucedió en 2005. Y quiero volver a escribirlo: en esta empresa no le tenemos miedo, y si algo le pasa a cualquiera de sus empleados la justicia deberá buscar a Francisco García Cabeza de Vaca como autor material o intelectual.
¿Aún no entiendes?