Tras haber sufrido una de las más vergonzosas derrotas electorales en su historia, el Partido Acción Nacional en Tamaulipas ha optado por una actitud ofensiva para intentar volver a ganar la simpatía de los ciudadanos.
Es por ello que su dirigente estatal, César Verástegui Ostos y el coordinador de los diputados locales, Francisco Elizondo Salazar, anunciaron muy dignos que a partir de la fecha han decidido “romper relaciones” con el gobernador del Estado, Egidio Torre Cantú.
La excusa es la aprobación de la pasada Reforma Político Electoral, que se dio gracias al apoyo que obtuvieron con el voto del resto de las fuerzas políticas, incluyendo a dos diputadas panistas.
Sin embargo ahora resulta que al PAN no le gustó la forma en la que quedó la pasada Reforma pues, asegura, el Torre Cantú metió mano e impuso su voluntad en este tema tan importante.
En una declaración pública, los panistas se agarraron de todos los problemas que existen en Tamaulipas para, ahora sí, verse muy indignados con la actuación de la administración estatal.
A todas luces se puede ver que esta decisión de volverse los enemigos de la administración estatal, es simplemente una estrategia para intentar ganar puntos entre la sociedad, típica de los García Cabeza de Vaca.
A lo que le están apostando los panistas, es ganar popularidad explotando el descontento que existen en algunos sectores de la sociedad y que se ve reflejado en las redes sociales.
Sin embargo esta estrategia tiene dos enormes problemas: el primero es que los resultados en las pasadas elecciones nos demuestran que las publicaciones en el Facebook y los retuits no votan, y si no nos creen pregúntele a los candidatos que aventó al ruedo el corrupto senador Francisco García Cabeza de Vaca.
El segundo problema es que para que un partido político pueda meterse en una guerra contra un gobierno, primero necesita contar con la confianza del electorado… algo que los panistas no pueden presumir.
Queda claro que la guerra por el 2016 ha iniciado, y son los integrantes de Acción Nacional los que han lanzado el primero “cañonazo”.
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Pasado el júbilo por el proceso electoral, ahora comenzamos con el juego del acomodo de las calabazas de cara
al proceso de elección de los candidatos a la gubernatura tamaulipeca.
Quien ya se anda moviendo es el aún diputado federal, Marco Antonio Bernal, a quien no le salió la jugada de andarse haciendo promoción con aquello de la Reforma Energética y ahora se anotó para la delegación federal de la Secretaría de Desarrollo Social, que dejó vacante Edgar Melhem.
Bernal sabe y bien que sabe, que esta es su última oportunidad para poder aspirar a ser el candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas y una vitrina como Sedesol es una oportunidad inmejorable.
En la competencia no podemos dejar fuera a los llamados “Broncos de Reynosa”, o sea Oscar Luebbert Gutiérrez y Pepe Elías Leal, quienes han demostrado una y otra vez que son efectivos al momento de ganar procesos electorales.
En el caso de Pepe se acaba de anotar una importantísima victoria, pues finalmente pudo anunciar que una de sus más grandes promesas de campaña se va a poder concretar.
Pepe Elías informó que la Ciudad de los Niños, el complejo familiar que prometió al arranque de su administración, se va a construir en un terreno que solía ser propiedad de la Comapa y que se encuentra ubicado sobre el libramiento Monterrey-Reynosa.
Aunque aún no hay muchos detalles sobre lo que va a haber en la Ciudad de los Niños, la obra finalmente se va a llevar a cabo con el apoyo económico del gobierno Federal y Estatal.
Incluso y aprovechando la vuelta, Pepe Elías también confirmó la construcción de la llamada Ciudad Judicial, donde se instalarán los juzgados y dependencias de procuración de justicia.
Este es gran logro para Pepe Elías, quien nunca se había rendido en su labor de gestión de los recursos necesarios para realizar esta importante obra.
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El tema de las bodas gay en Tamaulipas poco a poco ha ido saliéndose de proporción y el Congreso del Estado fue escenario de un zipizape bastante penoso, por cierto.
Hace unos días la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió una declaración en la que indicaba que no había ningún problema para que los diferentes registros civiles en los Estados formalizaran las relaciones entre personas del mismo sexo.
Esta determinación pudo haber pasado desapercibida en Tamaulipas pues de todas las parejas que solicitaron su amparo, apenas una, en Tampico, acudió a solicitar que los casaran.
Sin embargo nunca falta quien quiere hacerse promoción con lo que sea y ese fue el caso del diputado local perredista Jorge Osvaldo Valdez Vargas, quien ayer subió a la tribuna para presentar una iniciativa de ley que permitiría las bodas homosexuales en la entidad.
La cosa se puso medio densa cuando, al momento en que Valdez Vargas se encontraba presentando los motivos con los que sustentaba su iniciativa de ley, otro diputado local, el panista Alvaro Humberto Barrientos Barrón, realizó una mini protesta con pancarta echa a mano y toda la cosa.
Obviamente ahora la discusión de este tema ha quedado en segundo término, pues todos los medios y la opinión pública están más ocupados viendo el pleitito que se armó entre el panista y el perredista que los beneficios o perjuicios que podría traer una ley de este tipo.
Desgraciadamente ese es el nivel que tienen los congresos locales de nuestro país y especialmente el de Tamaulipas, donde los legisladores defienden de la manera más ramplona sus propios intereses personales o los de los partidos que los pusieron en el cargo.
Porque vale la pena preguntar: antes de decidir proponer esa iniciativa de ley ¿A quién de sus electores le preguntó Valdez Vargas si estaba de acuerdo con que propusiera esa ley?
Y ya que andamos de preguntones: ¿a quién de sus representados le preguntó Barrientos Barrón antes de manifestarse tan en contra de los matrimonios del mismo sexo?
