Así como la obesidad y el sobrepeso se convirtieron –de golpe– en un conflicto de alarmantes proporciones para la sociedad mexicana actual, también han surgido diversas maneras de combatirlos, adaptadas al “status quo” del hombre y la mujer moderna y, de paso, derribando toda clase de tabúes y barreras conceptuales.
La prueba está en que cada vez es más frecuente observar a numerosos grupos de personas tomando lugares públicos para hacer ejercicio, con el “hambre” sí, pero de perder tallas.
Esto probablemente en décadas pasadas hubiera sido visto con reticencia; sin embargo, tan cierto es que en aquel entonces el peso de un mexicano promedio era menor al actual.
Pero de acuerdo con cifras oficiales en 20 años (desde 1988) el número de “gorditos” en México se triplicó, lo cual ha derivado en un problema de salud nacional, manifestándose en enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial, principalmente.
El trillado y nada honroso primer lugar en obesidad y sobrepeso que ocupa nuestro país, según hace constar la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se sigue acrecentando desde que una de cada tres personas supera su índice de masa corporal y en la República ya son 15 millones los que sufren de diabetes.
Pero una vez propagadas las escalofriantes cifras, comenzó también a lo largo y ancho de la nación una campaña para atenuar este comportamiento frenético en la dieta de los mexicanos. La discusión de lo que le hace bien y mal al organismo aún continúa, pero mientras tanto comenzaron a reproducirse exitosamente una cantidad enorme de estudios de baile, que han ayudado a menguar la problemática.
Gente que se sentía al borde de la muerte encontró en estos lugares un tanque de oxígeno y un alivio a sus problemas de corpulencia.
Tal es el caso de María, una de las alumnas que acuden a las clases de “cardio-dance” en el domo sur de la plaza Sendero Periférico de Reynosa, que menciona haber llegado enferma y gorda, pero ahora ha recuperado su salud, se siente con más energía y con una mayor autoestima.
Cabe decir que la zona norte de Tamaulipas presenta una gran incidencia de casos de sobrepeso y no muy lejos, la ciudad de McAllen y su zona metropolitana es considerada la región más obesa de Estados Unidos, de acuerdo con estudio de la empresa Gallup, pues el 38.8 por ciento de los residentes se han visto afectados con este fenómeno.
CLASES GRATIS COMO SOLUCION
Para Nancy Gabriela Zúñiga, que desde hace 10 años trabaja como instructora de baile y quien además afirma haber colaborado en la coreografía de algunos cantantes como Wisin y Yandel, y Espinoza Paz en la State Farm Arena, revela que la mayoría de las personas que acuden por primera vez a las clases arriban en malas condiciones.
“Sí, tenemos muchos casos de estos. Por lo general vienen por la misma obesidad presentando algunas de ellas hipertensión o diabetes y de acuerdo a sus necesidades es que se trabaja. Por eso se recomienda mucho practicar una actividad física”, menciona.
Detalla que la disciplina del “cardio-dance” es una combinación de baile reductivo con acondicionamiento físico, la cual ella misma ha personalizado para su grupo de ejercicio.
Y agrega que la diferencia entre éste programa y el ‘zumba’ estriba en que el último se maneja a un nivel de bajo impacto y el cardio va más enfocado a perder peso de un modo más eficaz.
“Nosotros trabajamos lo que son 40 minutos de puro baile y los otros 20 minutos de acondicionamiento. Tenemos días en los que se combinan los circuitos (diferentes ejercicios de resistencia en un solo momento sin parar para llevar el cuerpo al máximo en trabajo de fuerza), y nunca es igual.
“Diseñé este programa para que la gente vea resultados rápidos, porque lo que ésta busca son cambios notables y para que eso se logre hay que estar engañando al cuerpo todo el tiempo; no hay que acostumbrarlo, porque la rutina hace que dejes de quemar grasa. Trato siempre de cambiarles todos los días el entrenamiento, nunca es igual”, señala.
Esta maestra originaria de Monterrey, quien además cuenta con su estudio de baile, expresa que en los últimos tres años dando clases en la plaza Sendero Periférico su mejor experiencia ha sido ver los cambios en las alumnas, pues además de mejorar su estado físico se sienten con mayor vitalidad.
“Tengo chicas que están conmigo desde un principio y han bajado mucho de peso. Existen quienes disminuyeron hasta 30 kilos, porque es un programa de entrenamiento en el que se les exige a ellas día con día más para que de resultados”, añade.
Por si esto fuera poco las sesiones en las que participan en este lugar de 80 a 100 personas de lunes a viernes –de 9:00 a 10:00 de la mañana– son completamente gratuitas y están abiertas para todo el público.
“Esta ayuda que tiene la plaza ha funcionado bastante bien. Ellos (los directivos) lo que quieren es que se conozcan más los beneficios que se tienen de estar aquí en Sendero Periférico, y uno de ellos son estas clases sin costo alguno que promueven lo que es la salud.
“Ahorita vienen damas, pero están invitado todos los que quieran venir, es mixto. Es un horario acorde que se buscó para ellas, porque la mayoría son madres de familia. Tienen actividades con sus niños, pero esta hora se ajusta perfectamente, además de que no padecen las inclemencias del tiempo, pues es un lugar cerrado, cómodo y de aquí pueden pasar ellas a hacer sus compras y realizar sus pagos”, manifiesta Nancy Gabriela Zúñiga.
EJERCICIO EN EVOLUCION
La entrevistada, quien además de ser entrenadora personal en acondicionamiento físico también realiza danza aérea, inició este trabajo en Monterrey y posteriormente ha recorrido varias ciudades de la República Mexicana realizando el ‘fitness’’ y tomando cursos tanto en México como Estados Unidos, pues asegura que debe estar actualizada. Describe que desde muy pequeña le llamaron mucho la atención los “aeróbics” y todo lo que a esto concierne.
Ahora se ha ganado el respeto de un grupo muy numeroso de alumnas que no faltan a su clase, al grado que hasta personas que superan los 70 años de edad acuden a ejercitarse.
“Eso me da mucha motivación, porque es gente que además de ser mayor trabaja muy fuerte y lo más importante es que muchas mujeres llegaron llenitas y aquí han disminuido su índice de masa corporal, ya que yo les exijo mucho y es como ha funcionado para todo el grupo”, refiere.
Reconoce que sea el “cardio-dance” o el “zumba”, los problemas de salud pública como la obesidad y el sobrepeso han orillado a crear otra mentalidad, pues estos bailes han llegado hasta los centros comerciales.
“Es impresionante observar cómo ha cambiado el ‘fitness’ aquí en Reynosa y se ha llevado a los lugares públicos. Este es un buen comienzo para cambiar nuestra forma de pensar, que no estábamos acostumbrados a entrenar, y promover la salud. Siento que ha sido lo mejor que se ha traído a Reynosa”, asegura.
Esta instructora regia destaca que la zona de periférico es ideal para esta clase de actividad, porque confluyen habitantes de diferentes colonias.
Para quienes acuden por primera vez la mecánica es enlistarse en el programa, pesarse y medirse cuando comienzan, para poder tener un seguimiento.
“Recientemente tomamos una foto y todas se ven completamente diferentes a cuando llegaron. Estoy muy contenta con los resultados y ellas también.
“Son unas chicas completamente diferentes, porque la obesidad hace que se sientan inseguras, que no puedan hacer muchas cosas y las limite. Entonces a ellas lo que se les trata de implementar es una buena actitud; deben tener una actitud positiva y trabajar duro”, indica.
Y por ende Nancy Gabriela Zúñiga acepta que practicar ‘cardio-dance’ les acarrea a sus alumnas otros beneficios como la belleza, ya que llaman más la atención de los esposos y hasta les salen pretendientes.
“(Risas), ahorita ya están en una situación comprometedora (risas). Ellas están muy contentas y sus maridos también. Ellos son los más contentos, pues dicen ya me cambiaron a mi mujer”, bromea.
Al final, la instructora invita a los habitantes en Reynosa a entrenarse sin importar donde sea, pero “que realicen una disciplina para que hagan cambios positivos en su vida y se sientan bien de salud”, concluye.
De manera que la salud puede encontrarse ahora en los lugares menos imaginados, como en el supermercado, pero mientras esto siga frenando la tasa de padecimientos relacionados con el peso los dogmas salen sobrando.
