
Odeth Ortiz Melhem es una sobreviviente de este padecimiento y tras vivir en carne propia todo lo relacionado al mismo, decidió fundar EduCáncer, que desde hace 10 años se ha convertido en un faro de luz en la obscuridad para las mujeres que, como ella, dan positivo a la enfermedad.
En octubre de 2014, Odeth Ortiz Melhem llegó a Reynosa con una misión clara: sensibilizar sobre el cáncer de mama. Siendo una sobreviviente de la enfermedad, su experiencia personal fue el detonante que dio origen a EduCáncer, una asociación civil dedicada a la concientización, prevención y apoyo a las mujeres que enfrentan este padecimiento.
Hoy, después de 10 años de trabajo constante, EduCáncer ha brindado más de 12 mil apoyos en 12 Estados de la República Mexicana, convirtiéndose en un referente en Tamaulipas, una de las entidades con mayor incidencia de cáncer de mama.
SOBREVIVIENTE
En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, que se celebra cada 19 de octubre desde el año de 1988, Ortiz Melhem compartió detalles de su proceso personal y cómo éste influyó en su deseo de ayudar a otras mujeres: “sobreviví al cáncer y fue una etapa inicial, una etapa precoz de diagnóstico; sin embargo, tuve que ser sometida a una mastectomía radical en mi seno derecho”.
Dos años después, optó por la reconstrucción de la mama, un paso que fue crucial para su reincorporación a la vida familiar, social y laboral.
“Fue un cambio de 180 grados en mi vida”, añadió, señalando que esta experiencia fue el parteaguas que la motivó a fundar EduCáncer.
Sin embargo, muchas cosas en su vida cambiaron, entre ellas, su situación sentimental.
“Pareciera que al no tener un seno nos volvemos menos”, declaró al recordar el abandono de su exmarido durante su proceso; y es que dijo, éste no solo afecta a la persona directamente, sino también a su entorno familiar, que muchas veces no sabe cómo reaccionar.
“Te vas haciendo la idea poco a poco y con el tiempo vas avanzando, pero lo que no esperas es que tu familia, o parte de tu familia, se voltee o se vaya”, comentó, refiriéndose a la falta de comprensión que muchas veces enfrentan las pacientes por parte de sus seres queridos.
Uno de los temas que poco se aborda, pero que Ortiz considera crucial, es el de la intimidad sexual; según ella, muchas veces se omite que el proceso afecta no solo la imagen corporal, sino también la relación con la pareja y la autoestima.
SALUD FÍSICA, PERO TAMBIÉN MENTAL
Más allá de los desafíos físicos, Odeth Ortiz destacó el impacto emocional que representó para ella el cáncer de mama.
“Viví muchas emociones encontradas porque uno deja ir una parte muy íntima de su cuerpo; es un duelo, porque al final es una pérdida física; es una parte de tu cuerpo que estamos acostumbradas a ver, y de repente, ante un diagnóstico, ya no la tienes”, explicó.
Odeth Ortiz destacó el gran papel que tiene el apoyo psicológico para las pacientes y también agregó que es muy importante que ellas no pierdan de vista su esencia personal ante un diagnóstico tan devastador.
“Es un proceso también mental, de mucha concentración y de mucha agilidad mental, ahí vienen a repercutir todos los dones y talentos que tenías guardados para rescatarte a ti misma; sacar tus herramientas de fortaleza, tus dones y talentos que cada mujer tenemos muy guardados en ese recoveco, pero que a la hora de ser fuertes es cuando te das cuenta de ellos”, apuntó.
SURGE EDUCÁNCER
Desde su creación, EduCáncer ha trabajado incansablemente para brindar apoyo integral a las mujeres en su proceso de lucha contra el cáncer.
Además de las charlas de concientización y eventos de recaudación, la organización ofrece programas como la distribución de prótesis de mama para mujeres que han sido sometidas a una mastectomía.
Ortiz mencionó que estas prótesis están diseñadas para proporcionar una sensación de normalidad y comodidad: “es una prótesis de gel de silicona muy suave al tacto, como un seno natural”.
EduCáncer también se ha destacado por su enfoque inclusivo, no solo atendiendo a mujeres, sino también concientizando a los hombres sobre su vulnerabilidad al cáncer de mama.
“Aunque es menos común, el cáncer de mama también puede afectar a los hombres; de 400 hombres, uno puede padecerlo”, advirtió.
La entrevistada hizo un llamado a la conciencia sobre la importancia de la prevención y la detección temprana del cáncer de mama, sobre todo, la cual se lleva a cabo activamente durante esta temporada.
“Estamos en el mes de la sensibilización y concientización, y este es un mensaje para todos: que se autoexploren, que no tengan miedo y que rompamos esos tabús”, exhortó.
De igual manera, insistió en la necesidad de aprovechar las campañas de mamografías y ultrasonidos que los hospitales ofrecen durante octubre, mes internacional de la lucha contra el cáncer de mama.
También destacó la importancia de llevar un control médico anual, especialmente para las mujeres mayores de 40 años, y de acudir al ginecólogo en caso de antecedentes familiares de cáncer.
“Es crucial establecer un perfil médico porque a veces llegamos con el doctor sin un mapa que lo guíe sobre nuestro estado de salud anterior”, explicó, resaltando que este tipo de prevención puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Finalmente, Ortiz Melhem quiso enviar un mensaje de solidaridad a todas las mujeres que enfrentan esta enfermedad.
“Me gustaría decirles a las mujeres, en especial, que no están solas, que caminan con una mano amiga. En EduCáncer, las mujeres pueden encontrar no solo apoyo médico, sino también psicológico, ayudándolas a superar uno de los momentos más difíciles de su vida”, manifestó.
Una batalla vencida
Por Clarissa Grimaldo
En 2012, Paulita Sánchez atravesó un momento de suma vulnerabilidad cuando descubrió que tenía cáncer de mama. Todo comenzó con una molestia al exterior de su seno, confundida y algo incómoda por aquel malestar, comenzó con el tacto en aquella zona para valorar el posible riesgo de la situación. Paulita relata que fue hasta que prolongó su tacto en la parte alta de su pecho cuando se percató de una pequeña bolita, situación que inmediatamente la alertó. Aunque el temor y la incertidumbre se manifestaron rápidamente en ella, esto no fue impedimento para comentarlo inmediatamente con su esposo, quien al día siguiente la llevó con un médico general.
“Cuando llegamos con el médico general, éste nos dijo que no nos podía atender, que teníamos que dirigirnos con un especialista para realizar un ultrasonido”, explicó.
El viernes siguiente, Paulita se sometió a un ultrasonido y fue en ese momento cuando el médico le dijo que la bolita parecía “rara”, por lo que le recomendaron visitar a un oncólogo de inmediato.
“Fuimos al centro oncológico, y de ahí todo avanzó rápido mientras los seguros procesaban el papeleo. En dos semanas ya me estaban preparando para la operación. Fue duro, pero lo detectaron a tiempo. Me extirparon el tumor y unos centímetros alrededor”, recordó.
La cirugía se realizó el 19 de mayo, y un mes después, el 19 de junio, Paulita comenzó su tratamiento de quimioterapia. Recibió seis sesiones de quimioterapia cada 21 días y 25 sesiones de radioterapia.
“Terminé todo en ese año, del 19 de junio al 19 de diciembre. Fue una situación complicada, pero lo superé”, compartió.
MOMENTO DE AFLICCIÓN
La entrevistada relató que fue en la segunda quimioterapia cuando vivió uno de los momentos más fuertes de vulnerabilidad, pues tenía que ser extremadamente cuidadosa de no enfermarse debido a sus bajas defensas.
“Fue preocupante para mí porque me estuve enfermando muy seguido de gripe, y estando enferma no podía realizarme quimioterapias, porque primero me daban un tratamiento para tratar la gripe y así me subieran las defensas”, relató.
Por otro lado, el acercamiento en torno al cáncer, desde el temor y la ansiedad que implica el querer superar la batalla y el someterse a diferentes procesos médicos, provocaron que se presentara una baja autoestima en Paulita, quien explica que como mujer le afectó, porque se trataba de su cuerpo.
En este contexto, vivió diversos cambios, desde la pérdida del cabello hasta que le extirparan centímetros de su piel.
Al recordar la batalla que rindió años atrás, Paulita recuerda con algo de nostalgia un momento que quedó encapsulado en su memoria como si de una marca permanente se tratase.
“Mi mensaje para las mujeres que están pasando por un diagnóstico de cáncer o que tal vez presenten algún síntoma de alerta, es que no duden en atenderse a tiempo, que cuiden su cuerpo. Desde mi experiencia, puedo decir que claro que es un proceso doloroso; te afecta en todo, desde lo familiar hasta lo económico, pero se puede salir adelante”, recalcó.
Paulita es un testimonio vigente de la importancia de la detección temprana y además, ella agradece haber tenido acceso al seguro médico gracias al trabajo de su esposo.
Aunque ha recuperado su ritmo de vida, sabe que ya no es igual. “Me quitaron los ganglios del brazo izquierdo, y ya no tiene la misma fuerza que el derecho, así que trato de ser más cuidadosa. A las mujeres les digo que luchen, que salgan adelante”, agregó.
ASÍ LO VIVIÓ SU HIJA
Alejandra Virrueta, hija de Paulita, compartió lo que vivió a sus 14 años de edad, cuando su madre fue diagnosticada con cáncer. Aunque sus amigas estaban en preparación de sus fiestas de 15 años, y la adolescente en aquellos años soñaba con una fiesta así, fue en esta etapa cuando recibió esta desconcertante noticia.
“Antes de que sucediera lo de mi mamá, mi papá siempre nos intentaba dar todo lo que estuviera en sus manos, ya cuando llegó lo de la enfermedad de mi mamá, al menos para mí fue una cachetada en donde tuve que reaccionar y afrontar que no se puede tener todo (lo material) en la vida”, contó Alejandra.
En su relato, Alejandra resaltó que por más que su deseo de tener una fiesta de 15 años grande, la idea de perder a su mamá le asustaba aún más.
“Cuando empezó a llevar el tratamiento del cáncer sí estuvo complicada la situación porque el día de la operación le dijo a mi abuela: -si no salgo, me los cuidas-”, destacó la joven como uno de los momentos más complicados que vivió como hija.
Además de la incertidumbre que vivió Alejandra respecto al diagnóstico de su madre, agregó que en aquellos meses tuvo que apoyar con el cuidado de su hermano menor, además de presenciar los síntomas en torno a la enfermedad que afrontaba, como las náuseas.
Ambas mujeres, madre e hija, enfrentaron la batalla del cáncer con fortaleza, apoyándose mutuamente en cada paso del camino.