Supongo que la boca de los prospectos morenistas está impregnada de un sabor amargo, tras saber que finalmente el Comité Ejecutivo Nacional había optado por postular como candidato a presidente municipal de Reynosa, a un ajeno a las filas guindas, pero aliado a la causa común de capturar para el morenismo la plaza electoral más grande de Tamaulipas.
Y fue este y otros motivos los que llevaron a Mario Delgado, el presidente del CEN del MORENA, a la inobjetable conclusión de que postular a Carlos Peña Ortiz era la decisión adecuada para emprender la complicada campaña de desapoderar Reynosa de las manos del Comandante Azul.
Porque éste será en realidad el rival a vencer, que con todo y el juicio de desafuero que confronta, algo que lógicamente lo mortifica y por añadidura lo debilita, aún así, su carácter belicoso le da arrestos para no permitir que el municipio con mayor densidad electoral quede bajo el control guindo.
Por supuesto que sabe la gravedad de una derrota electoral en Reynosa, la que equivaldría a dejar el camino libre hacia la gubernatura en junio del próximo año, y el CEN morenista lógico que también evaluó esta circunstancia y por ello optó por postular a Carlos Peña Ortiz.
¿Y MORENA BUSCÓ A CARLOS PEÑA?
No, él fue quien acudió a la sede nacional del MORENA a exponer su aspiración, que por un lado por cortesía, y por el otro por interés político, lo recibieron, lo escucharon y, tras evaluar lo que implicaba jugársela con un externo, aún así se decantaron por él, pues como bien lo saben los políticos profesionales, los objetivos del partido están por encima de las aspiraciones de los militantes.
Y ahí está el ejemplo de Félix Salgado Macedonio, un personaje pintoresco y conflictivo, pero que de acuerdo con las encuestas es el favorito de los guerrerenses, y por ello van a sostener su candidatura aún a costa del escándalo.
En cambio las quejumbres por la candidatura de Carlos Peña Ortiz solamente son porque no ha militado con los morenistas, pero en cambio es un joven con una preparación académica a nivel de excelencia, que además cuenta con las simpatías de los segmentos populares y de dos que tres poderosas empresas, que para la campaña electoral que se avecina el IETAM autorizó un tope de casi 27 millones de pesos, así que ya es de imaginar cuánta pachocha realmente se va a gastar.
Aparte de lo anterior, la “Makinaria” político electoral que en las elecciones municipales del 2018 obtuvo 150 mil votos estará tras él, y esa circunstancia también pesó y mucho, en el ánimo de quienes deciden en el MORENA pues incluso este asunto llegó hasta los oídos de Andrés Manuel López Obrador.
En resumen, fueron varios factores los que ladearon la balanza y uno de mucho peso fue, que Maki Ortiz ha sido la real oposición del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, incluso con mayor empuje y significación que los propios morenistas, y por lo tanto, la conclusión fue postular a Carlos Peña Ortiz, que con todo y sus características y circunstancias no la tendrá fácil, pues va contra el Comandante Azul, que está herido pero no hospitalizado.
AHORA, DUDAS EN EL PAN Y PRI
Cuando el PAN y el PRI decidieron quienes serían sus candidatos a presidente municipal de Reynosa, ni por asomo consideraron que Carlos Peña Ortiz se les atravesaría en el camino, de haber visualizado esa posibilidad hubieran postergado los destapes.
Pero hoy que ya saben quien será el candidato morenista y que a los suyos no los han registrado, comienza a circular la especulación sobre un eventual cambio de candidato sobre todo en el PAN que va a participar con la intención de ganar, mientras que en el PRI sus militantes de brillo se animan por el tajo que sufrió el morenismo, así como por el aturdimiento ocasionado por los problemas del Comandante Azul.
De ahí que por cuestiones de estrategia se especula que los azules de última hora enviarían a la loma de los disparos a Gerardo Peña Flores, y los tricolores a Oscar Luebbert Gutiérrez, ambos con arrestos y experiencia para afrontar a la sorpresa política del siglo XXI.
Pero ya queda escaso tiempo para las reflexiones y las decisiones serían sobre las rodillas aunque basadas en el sentido común y la experiencia. Y si hay cambios, eso sería más sorprendente incluso que la candidatura de Carlos Peña Ortiz.
EL DESAFUERO SIGUE SU CURSO
Los amparos en contra de la reforma eléctrica enviaron a interés secundario el juicio de desafuero en contra de Francisco García Cabeza de Vaca, y que no brote en abril otro escándalo porque entonces no habrá quien se ocupe de ese tema.
Más no por la anterior circunstancia el caso del gobernador de Tamaulipas se enviará a la congeladora, dado que los diputados de la Sección Instructora siguen evaluando las pruebas aportadas por la Fiscalía General de la República (FGR), y en este mes citarán a García Cabeza de Vaca para respetarle su derecho de audiencia, en donde de paso expondrá las pruebas a su favor.
¿Y CUÁLES SON?
Pues por tratarse de una acusación de haber cometido un delito fiscal, de entrada tendrá que probar con documentos cómo obtuvo 13 millones de pesos para adquirir la choza de Santa Fé, y además que pagó los impuestos por la adquisición, como también tendrá que exhibir las pruebas de que al vender el inmueble en 42 “melones”, le reportó al SAT la parte que le corresponde de la ganancia obtenida que de acuerdo a Pitágoras fue de 29 milloncejos.
Aunque a esos 29 MDP habrá que descontarle gastos de mantenimiento y mejoras, pero tendrá que acreditarlo con comprobantes fiscales genuinos, porque si recurrió a las factureras, entonces: ¡Houston, estoy en problemas!.
Pero como este tipo de acusaciones se afrontan con pruebas y no con disquisiciones, lo pertinente es esperar a que García Cabeza de Vaca se presente ante los diputados y ya se verá si tiene con qué demostrar su inocencia.
Por otro lado, no está muy claro que proceda eliminarle el fuero por haber cometido supuestamente un delito fiscal y como persona física, no como gobernador, pero eso ya es decisión de los diputados y luego del juez llamado de control, que es quien se encarga de examinar si le quitaron el fuero legalmente y la forma en que obtuvieron las pruebas.
Entretanto, la Cámara de Diputados promovió una controversia constitucional en contra del Congreso del Estado, por considerar que éstos se agandallaron sus facultades para eliminar el fuero constitucional de los servidores públicos en los que van incluidos los gobernadores.
Mientras tanto, aletea por Tamaulipas el fantasma del gobernador sustituto lo que no se ha visto desde 1947, que fue el año en el que le dieron tronco a Hugo Pedro González, que para el nada despreciable año y medio que falta asoma el nombre de Jesús Nader Nasrralah, quien probablemente pensará que vale más pájaro en mano que ver seis volar, por aquello de que podría ser el candidato a gobernador en el 2022 aunque no hay certeza de que será por seis años.
Si el Comandante Azul no libra el juicio de desafuero se abre la posibilidad de que el período del próximo gobernador será por dos años, o sea, 2022-2024, y a ver cómo están las circunstancias en el calendario en que finaliza el sexenio de AMLO.
Y hasta la próxima.
