Un ex operador de redes sociales de Veracruz, al servicio de los ex gobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte revela en exclusiva para HORA CERO cómo es que operaba él y todo su equipo para manipular información pública, ‘hackear’ cuentas de Twitter y Facebook, mover tendencias que afectaran a sus jefes, denostar a políticos rivales y al mismo tiempo, distraer a la opinión pública. Explica cómo funcionan los grupos que fabrican la guerra sucia y que utlizan los políticos, de la misma manera que ocurre en Tamaulipas y en gran parte del país.
“Alfonso” es el nombre ficticio que escogió para acceder a contar esta historia uno de los especialistas ‘infiltrados’ que durante más de seis años operaron de manera secreta en favor de dos controvertidos gobernadores en Veracruz.
A su disposición tenía oficinas, automóviles, computadoras, teléfonos móviles, viáticos y un grupo de 30 personas que se encargaban de manejar el naciente departamento de ‘Redes Sociales’.
Su fachada era la de una área dedicada a difundir las acciones, primero, del ex gobernador Fidel Herrera con la intención de integrarse posteriormente a la campaña y gestión de su sucesor, Javier Duarte.
Ahí se encontraba Alfonso, un licenciado en ciencias de la comunicación que fue reclutado para coordinar algo más que divulgar notas positivas.
Se encargaría de hacer el ‘trabajo sucio’ de los gobiernos priístas veracruzanos: ‘hackear’ cuentas de sus enemigos políticos o familiares de ellos, golpetear, distorsionar, confundir y engañar era su función, según relata.
Corría el año 2010. Fidel Herrera terminaba una polémica administración y fue quien –de acuerdo con el entrevistado– autorizó la creación de este grupo completamente dedicado a la simulación, la creación de cuentas falsas en Internet y la elaboración de contenidos viciados en las redes sociales, las cuales prácticamente no estaban reguladas.
‘EN LA GUERRA, EN EL AMOR Y EN LA POLITICA…’
Desde esa posición, Alfonso y sus compañeros, quienes fueron insertados en la nómina gubernamental, utilizaron toda la artillería a su alcance y la “aureola” de protección de Herrera para intervenir en favor del gobierno del Estado, de funcionarios públicos y los candidatos emanados del PRI como Javier Duarte, Elizabeth Morales, Salvador Manzur y Carolina Gudiño, estos tres últimos, a la sazón, alcaldes de Xalapa, Boca del Río y Veracruz puerto, durante el primer trienio de Duarte.
“Fuimos pioneros, porque las redes apenas empezaban a despuntar, sobre todo Facebook y Twitter. Comprobamos que por ahí se podía manejar mucha información y, la verdad, funcionó muy bien.
“En un inicio no existían los términos de ‘trolls’ ni ‘bots’, como se les dice a quienes ejecutan o programan estas maniobras. Estaba la red y la utilizamos. Nosotros les llamamos personalidades, positivas, neutras y negativas”, recuerda.
Cuenta que las primeras fueron a favor de Herrera y Duarte. Hablaban bien de sus funciones y subían fotografías de lo que estaban haciendo. Las personalidades de término medio de vez en cuando publicaban algo; posteaban comentarios relacionados con uno u otro personaje.
Y las personalidades negativas eran las que atacaron en su momento al candidato a gobernador y actual mandatario en Veracruz, Miguel Angel Yunes Linares.
“No se dejan caer, pero van en contra, incluso argumentando de manera torpe”, menciona el editorial ‘Acicate’ de Heriberto Deándar en HORA CERO, relacionado con la ‘campaña negra’ que los panistas emprendieron en Tamaulipas contra el líder del Partido Morena, Andrés Manuel López Obrador, durante su reciente visita a Nuevo Laredo.
PERFILES FICTICIOS
Detalla Alfonso que él y sus compañeros debían publicar todo tipo de información en Facebook y Twitter para dar una apariencia de normalidad.
Así la gente no solamente veía tópicos políticos y había menos sospechas. Por esta actividad recibían miles de ‘likes’ y cientos de contactos.
“Les empezamos a dar vida a las cuentas. Inventamos a una chava de 25 años a quien le gustaba el gimnasio, que era deportista, que tomaba vitaminas, que comía muy bien, una chica sana… y la persona que manejaba ese perfil se encargaba de postear todo lo relacionado con eso. Buscábamos links de páginas web, temas afines a lo que ella podía consumir, para darle un movimiento y que no se viera como muy falso el asunto.
“En aquel entonces nos robábamos fotos de mujeres de Argentina o de Brasil. No estaba tan restringida esa parte. El Facebook no tenía tanto candado. Antes era muy libre”, compara.
Sin ninguna clase de remordimiento este operador de redes sociales expresa que la ‘campaña sucia’ de 2010 en Veracruz rindió buenos frutos y usaron todo lo que pudieron para desprestigiar a Miguel Angel Yunes Linares, el actual mandatario estatal.
“La gente buscaba el Facebook y el Twitter para encontrar y hacer amigos, pero nosotros vimos en estas plataformas una gran herramienta de apoyo para la guerra sucia que se emprendió.
“Se comenzó a operar así y obviamente la instrucción era del ex gobernador Herrera. Nuestro departamento creció, se contrató más gente. Yo te puedo decir que llegamos a tener en redes sociales alrededor de 30 personas, por decirte una cifra.
“Y cada quien administraba su número de cuenta. En determinado momento del día revisabas lo que estaba haciendo cada uno”, agrega.
Mucho de este material se movía en las redes a través de la plataforma Oye México, un portal que tuvo gran actividad y mucho tráfico en su momento, promovido a través de espectaculares en avenidas de las principales ciudades de Veracruz.
Cumplida su función, en la actualidad no existe más Oye México.
> ¿Algunos manejaban perfiles y otros te ayudaban a la generación de contenidos?
“Era una oficina que hacía varias funciones. Existía un área que realizaba videos del candidato o del gobernador. Había gente que elaboraba textos, que diseñaba y nuestro grupo exclusivamente para redes sociales estaba en otra parte con la instrucción de crear personalidades de Facebook y Twitter.
“Muchas veces lo que hacíamos también era clonar la cuenta de la esposa del otro candidato, o del hijo y así se manejaba esa parte, que ahora ya son ‘bots’, ya son ‘trolls’ y les han puesto muchos nombres. Creo que también por eso el Facebook comenzó a poner cerrojos”, explica.
TENDENCIA NACIONAL
De acuerdo con Alfonso la creación de grupos para denigrar políticos en las redes sociales ya se observaba con el presidente Enrique Peña Nieto y en otras entidades federativas creció de manera exponencial.
“Yo lo empecé a notar en el gobierno federal y cuando Duarte entró en funciones hubo gobernadores que también lo manejaban. A veces nos pedían que les diéramos RT (retwittear) a algunas cosas a nivel nacional con Peña, aunque nuestra zona de operaciones era Veracruz.
“También se le trabajó a Salvador Manzur como candidato del PRI en Boca del Río, con la misma estrategia de generar la misma batalla en redes sociales, pues los otros partidos no lo hacían. Se cuestionaban qué estaba pasando, de dónde salía esto, quienes éramos.
“Me acuerdo que el contrario de Manzur era (Humberto Alonso) Morelli. Se le clonó la cuenta a su mujer y la gente se confundía tanto que empezaba a apoyar al perfil falso. Ella se enojaba, nosotros contestábamos y se presentó una situación media extraña.
“Era tal la confusión que los usuarios ya no sabían. Llegó a cerrar su Twitter unos días, yo creo del coraje. ¡Pobrecita!, porque sí era mucha la presión en redes”, evoca.
LA REMUNERACION
Para Alfonso realizar una labor de naturaleza denigrante debía tener una ‘jugosa’ recompensa, pero cualquier descuido podía dejarlos al descubierto, por lo que él y sus compañeros operaban de una manera sistemática y también hermética.
“La verdad me fue muy bien, pero sí teníamos horarios pesadísimos, demandantes, de todo el día y de madrugada también.
“Pero sí, nuestro sueldo era muy bueno. De los chavos que trabajaban con nosotros el que menos ganaba andaba en 13 mil pesos mensuales”, indica.
En Veracruz, el promedio de ingresos nominales de un reportero no llega siquiera a los 7 mil pesos mensuales.
Mientras transcurrió el final de la administración estatal de Fidel Herrera, y lo que duró la de Javier Duarte, personas como él se movieron a sus anchas y ninguna autoridad los molestó, sencillamente porque operaron tan bien que nadie detectó que se estuviese cometiendo un delito de algún tipo.
Una vez que el ex gobernador Duarte se instaló en el mandato, a él y sus compañeros sólo les tocó divulgar ‘las buenas obras’ y hacer contrapeso a las críticas vertidas en las redes sociales.
“Cuando había algún ‘twitt’ o publicación en contra del gobierno entrábamos nosotros para disuadir el malestar de la opinión pública, para distraer. Por ejemplo, checábamos los ‘trending topic’ (tema tendencia), o un video viral y con nuestras cuentas movíamos esos contenidos.
“Si alguien sacaba una información y estaba un ‘hashtag’ (etiqueta) que decía ‘Robo de funcionarios en Veracruz’, lo que se hacía era meter otras cosas como ‘Le sacan el corazón a estudiante de secundaria’. Se monitoreaban todos los noticieros nacionales, estatales y locales. Nosotros siempre estábamos viendo las tendencias para ver qué estaban diciendo.
“También había portales aliados, a los que se les decía: ‘ayúdame a filtrar esto, a subir una nota’ y jalabas el link, y empezabas a moverlo y le dabas la vuelta, y la información en contra del gobierno la vas como enterrando. Eso se logró muchas veces”, detalla.
NUNCA FUERON SANCIONADOS
Sabedor de que ya existe una Policía cibernética, dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), que investiga tales delitos, el ex administrador de redes señala que los grupos que operan redes sociales han debido reestructurarse, pero siguen ahí, aunque en su caso dice que se retiró del ‘negocio’ y hoy vive y trabaja en otra entidad.
“Se supone que si estoy haciendo una guerra sucia me pueden sancionar, pero nunca ha pasado. Al menos cuando estuve en Veracruz nunca lo vi.
“No obstante, si hago una cuenta y pongo una foto tuya en Facebook pueden detectarme. Si subo un contenido muchas veces ya me toma como un ‘troll’, y se dan cuenta, pero la verdad no está bien regulado y la guerra sucia se sigue haciendo. Continúan manejándose cuentas falsas y todo este movimiento por el que te pagan”, asegura.
Expresa que para evitar ser rastreados con la IP o dirección del equipo donde estaban conectados, en múltiples ocasiones el personal de esta oficina de golpeteo político realizó sus funciones en cibercafés.
“Se mandaba al personal a las colonias y fraccionamientos. Era estar 10 minutos, te sales, te vas a otro y así se trabajó muchas veces”, recuerda.
> ¿Cómo los reclutan?
“Aquí se hizo por un tema de confianza. No se podía meter a cualquiera, se cuidaba mucho esa parte para evitar filtraciones. Cuando llegaba una persona era evaluada y se quedaba. Se hizo un grupo muy cerrado, prácticamente en secreto, con un código y un perfil muy bajo”, ilustra.
Arguye que el perfil de las personas que normalmente se dedican a esto son egresados de la carrera de comunicación.
“Buscábamos ese perfil porque tenían que estar empapados de noticias, conocer a los políticos nacionales, regidores, y estar contextualizados en el tema político. A veces atacaban a un funcionario y si no lo conocían se les pasaba el dato”, explica.
> ¿Qué es lo más atrevido que llegaron a hacer?
“Yo te podría decir que se hacían bromas telefónicas y cuando la cosa subió de tono se llamaba a alguna dependencia como la Fepade (Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales) y se inventaba que en cierta colonia andaba un candidato cometiendo actos inapropiados de campaña. Como que había ese rumor y se hacía un movimiento con algo que ni era.
“Era una guerra sucia tremenda y no solamente del partido y el lugar donde yo trabajaba, porque al final se empezó a hacer en todos lados”, confiesa.
La lista de encargos de sus gobernadores para denigrar a sus adversarios políticos y distraer a la población iba desde las denuncias falsas, la simulación de perfiles en redes sociales, correos masivos y ‘hackeos’ a sitios de Internet, por mencionar algunos engaños.
“Sí se recurría mucho a la difamación, de que cierto medio era vendido, o le pagaron cierta cantidad. O ponle que el hijo del dueño tiene una constructora y le está haciendo obra a equis gobierno. Cosas como esas eran filtradas”, ejemplifica Alfonso.
Señala que también se ayudaban de portales de poca reputación para divulgar basura política. De la misma manera se mandaban a imprimir pasquines y la guerra sucia era parte de un todo.
“Para mí fue algo temporal. En tiempos de campaña se hacía. Como era una cosa que funcionó se trabajó mucho, pero ya luego cuando estaba el gobierno de (Javier) Duarte ya no tenías a quién atacar, sólo quedaba difundir lo que hacía, decir ‘que bonito se está trabajando’, que bien lo están haciendo.
“Pero creo que realmente esto sí funciona, porque la información que poníamos se volvía tan viral y tanta gente la comparte que se la terminaban creyendo.
“Se mencionaba mucho en Veracruz la famosa camioneta blanca que roba niños y la gente se espantaba. O hay un coche rojo que se para en las esquinas y asalta señoras. Este tipo de cosas sigue siendo muy común y mientras la gente lo comparta y difunda seguirá utilizándose. Y sirve para distraer”, puntualiza.
> ¿Lo volverías a hacer?
“Trabajé en esto que te estoy comentando, seis años. Obviamente te detectan, saben de donde vienes, qué has hecho. Yo creo que es un trabajo y una herramienta. Todo lo que se haga en personalidades falsas, todo es político y no nos vamos a meter con que el hijo es gay o que la esposa se droga.
“Desde ahí lo que se hacía era como poner cosas muy frívolas. El anillo tan bonito, estoy en tal parte. Era como frivolizarlas a las esposas de los candidatos y hacerlas huecas para dar a entender que estas mujeres viven ostentosamente.
“Pero pienso que ahora esto es más restringido y peligroso. Antes uno aceptaba contactos por aceptar y ahora es diferente. Se podía publicar en el muro de otras personas y ahora eso casi no ocurre.
“A estas alturas no me atrevería a ‘twittear’ algo de mi teléfono, porque al rato me rastrean y no sé como me va a ir. Es complicado, ante la pregunta de si lo volvería a hacer, pues a lo mejor, pero una guerra sucia tan marcada yo creo que no”, considera Alfonso.
FRAGILIDAD DE LA RED
Ante la pregunta de qué tan complicado es engañar en Internet y tener una cuenta con multitud de seguidores el entrevistado es categórico al expresar que es más fácil de lo que parece.
“La estrategia es subir fotos de chavos y chavas guapas. Tú cuelgas fotos de una chava nalgona y se llena la cuenta. Ves una chica bien, con buen cuerpo y que ponga cosas bonitas y entonces el perfil se va para arriba.
“Aquí se les daba un mes para crear la cuenta y engordarla de gente. El límite de amigos era de 500 y obviamente de la zona, porque de nada nos sirve tener contactos de Argentina o Brasil.
“Hace mucho que no hago cuentas falsas, pero sigo creyendo que llenarlas no es difícil”, revela.
> ¿En tu equipo de trabajo hasta cuántos seguidores llegaron a tener entre Twitter y Facebook al servicio de Javier Duarte?
“En total de todas las cuentas se llegó a contabilizar un millón 200 mil personas. Pero de todo esto lo que más me gustó fue el aprendizaje. Se quedaron conmigo muchas páginas que sigo alimentando y eso es una opción de negocios, porque puedes trabajar con restaurantes, hoteles, etcétera.
“Eso es parte de lo bueno y parte de lo malo, es que en este trabajo también se cierran puertas, porque cambia el gobierno y ahí te quedas…”, declara.
> ¿Se le puede poner precio a una página con cierto número de contactos en redes?
“Sí. Yo tengo sitios con 70 mil seguidores, con 120 mil, 14 mil, tres mil. Una tarifa no la manejo, pero sé de gente que ofrece páginas de mil seguidores en 2 mil pesos”, comenta.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet en este país existen 65 millones de internautas, lo que equivale al 59 por ciento de la población. De esos, una gran mayoría, más de 63 millones, dispone de una cuenta de Facebook, aunque no todas pertenecen a usuarios reales.
El mal uso de datos personales está tipificado dentro de la Ley 53-07 de robo de identidad, por la que pueden girarse hasta siete años de prisión.
Esto puede denunciarse ante el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), las Procuradurías de Justicia de cada estado y el Instituto Nacional Electoral (INE).
Pero lo cierto es que México carece de una legislación a fondo sobre el tema y este delito lejos de abatirse se sigue replicando.
‘Todos los partidos lo hacen’
Antonio Sola, el consultor político que ideó la campaña “Un peligro para México”, admitió que le gustaría trabajar con el ex candidato presidencial López Obrador en las elecciones siguientes. Reconoció que operó en contra del tabasqueño con una campaña muy dura.
–Muchas personas ven a un AMLO ganador en 2018. ¿Crees que exista alguna fuerza operativa en redes que pueda tumbarlo?
“Creo que si se hace una estrategia, le invierten y lo hacen bien, podría pasar, pero también es más complicado estarlo realizando tan abierto como antes se efectuaba.
“Ya también la gente aprendió y detecta, en aquel tiempo te creías muchas mentiras”, expresa Alfonso, experto en el tema.
Recientemente en Nuevo Laredo fue detectado uno de estos grupos en contra del líder del Partido Morena, que de acuerdo con analistas podría estar vinculado al PAN en Tamaulipas.
“Lo que te podría decir es que ahora todos los partidos lo hacen y no es una cosa exclusiva de uno. Esto de manipular a las masas ya es parte de la política”, remarca Alfonso.
–Al final ¿qué le dirías a los usuarios de Internet para que no sean engañados?
“Que revisen, que analicen y no se dejen llevar sólo por apariencias. Una cuenta falsa la detectas enseguida. Ves las fotos, si tiene contenido y qué tanto material posee. Generalmente en un Facebook normal siempre se están subiendo cosas”, concreta.