Hablar de uno de los órganos encargados de vigilar la división entre dos naciones, los recursos naturales que comparten y todas las problemáticas que conjuntamente se deriven, tiene que ver con una labor para muchos ciudadanos desconocida, pero que no por ello deja de ser de vital importancia para el desarrollo de las comunidades.
La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), lleva sobre sus hombros una labor titánica que tiene sus antecedentes en el siglo XIX, años después de la separación del territorio mexicano. Sus funciones son muy variadas y extensas, así como relevantes sus responsabilidades en los diferentes temas y asuntos que maneja.
Una de sus competencias es precisamente la de vigilar la aplicación de los tratados internacionales entre México y Estados Unidos para garantizar la equidad en el manejo de los recursos que emanan de sus fronteras, de sus ríos, sus cuencas y presas.
Para ello CILA tiene bien definidas cada una de las longitudes que se tienen en la línea limítrofe, así como cada 10 años elabora un reconocimiento detallado con fotografías y mapas de la frontera terrestre y el río Bravo, según detalla David Negrete Arroyos, representante en Reynosa de la sección mexicana de esta Comisión.
“Por ejemplo, desde que se estableció en el tratado del 70, hemos hecho tres mosaicos aerofotográficos y ahorita estamos elaborando el cuarto. Vemos el río Bravo en el área de Coahuila con cerros y montañas y tenemos que marcar la línea divisoria.
“Hay veces que el río cuando viene un huracán cambia de cauce, y entonces la línea divisoria lo corta. Antes pasaba por un lado y luego por otro. Ya hay un territorio que va de un país a otro, por lo que llevamos una contabilidad de los desplazamientos”, pormenoriza.
Esto lleva a la Comisión Internacional de Límites y Aguas al gestionamiento para recuperar territorios tanto de un lado como del otro de la frontera, tal y como ocurrió en el estado de
Chihuahua con una comunidad en los albores del siglo XX.
IMPORTANTE SABERLO
Cabe destacar que el río Bravo posee islas en la parte que divide a la Unión Americana de México y de acuerdo a los compromisos sostenidos bilateralmente una ínsula pasa a ser propiedad de una nación dependiendo qué tan ancha sea la parte de río que la divide, siendo anexada la que tenga la división más estrecha tanto hacia un lado como al otro.
Por medio de estudios plasmados en computadora el funcionario detalla cómo el río se mueve con el paso del tiempo, mostrando así su desplazamiento.
“Son movimientos naturales y el río erosiona en una curva. Esto sobre todo cambia más drásticamente cuando vienen los huracanes”, comenta.
Asimismo le compete a CILA regular el abastecimiento de agua potable con el almacenamiento del agua, para usos de riego agrícola y a las ciudades. De la misma manera vigila todas las descargas y entradas de agua al río.
“Vemos también la línea internacional marítima, son doce millas mar adentro. Se tiene un punto fijo en el Océano Pacífico bien definido. Aquí es la restauración de las cuestiones ambientales. En algunas partes del río nos han pedido que los apoyemos para hacer áreas recreativas, cuestiones binacionales que hemos desarrollado conjuntamente con ambientalistas de Estados Unidos y México”, explica.
FUNCION VITAL Y PROFESIONAL
Con un acervo documental de todos los ramales de los cauces que van a dar al río Bravo, Negrete Arroyos indica de las dos presas internacionales que existen entre ambos países, así como todas las que se encuentran en los estados de Chihuahua, en Coahuila y Tamaulipas.
“Contamos con estaciones hidrométricas para medir cuánta agua es de México y cuánta de Estados Unidos. En cada arroyo que mete agua al río disponemos una estación que va midiéndolo, así como también verificamos la que ingresa desde la Unión Americana al río. Llevamos una contabilidad semanal y esa agua la almacenamos en las presas internacionales.
“A través de telemetría, de estaciones hidrométricas documentamos todos los arroyos importantes. Le llamamos afluentes porque son ríos y arroyos. Estas son las estaciones que tenemos, cuando vienen las avenidas una persona se pone entre torre y torre, aunque venga el agua crecida, medimos cuánta es la que está pasando”, ilustra.
Es preciso mencionar que la Comisión Internacional de Límites y Aguas cuenta con un sistema de medición satelital que funciona a base de sensores en el río, que mandan las señales y después se reflejan en tiempo real en la computadora, de manera que cuando se presenta una crecida por un fenómeno meteorológico, pueden alertar a las comunidades y modificar el trasvase de las presas para proteger a la población civil.
“Nosotros las controlamos cuando vienen los huracanes, para que el agua no inunde las estaciones. De hecho podemos extraer en un momento dado del río desde 370 hasta 36 mil metros de agua, dependiendo de la intensidad del meteoro. Para ello hacemos reuniones con las ciudades para decirles, ahí va tanta agua y llegará hasta tal punto”, manifiesta.
POR EL BIEN DE AMBAS NACIONES
Es tan importante la responsabilidad que tiene este organismo internacional, pues también se encarga de cuidar la calidad del agua y su ordenada distribución.
“Debemos de tener bien detectado los volúmenes establecidos, que es lo máximo que va a pasar por cada tramo del golfo. Es diferente la que va a transitar por aquí, que la que circulará por Matamoros. Asimismo contamos con cauces de alivio hacia ambos lados de la frontera y bordos para proteger a las ciudades de inundación.
“Para Reynosa existe la presa La Amistad, con una importante capacidad para controlar las avenidas y adicionalmente generamos energía eléctrica al sacar el recurso de las presas y la electricidad se la damos a la CFE (Comisión Federal de Electricidad)”, detalla.
Negrete Arroyos refiere que en México la CILA depende de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), pero es un organismo que tiene sus representaciones en Estados Unidos con la misma información que se maneja del lado americano, además de que para darle servicio a todas las instalaciones se reparte el trabajo.
“Por eso somos Comisión, porque está formado de dos secciones”, agrega.
Sin embargo, uno de los retos que también enfrentan tiene que ver con el medio ambiente y específicamente con las plantas invasoras que están absorbiendo grandes cantidades de agua del río Bravo como el carrizo, lo cual evita también que los animales no puedan ingresar a tomar agua.
“Es el problema que tenemos con una planta exótica que no es nativa de aquí. Ahí están las muestras fotográficas de todo lo que invade. Ahorita tenemos un proyecto conjunto con el Instituto Mexicano del Agua y el USDA, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Nosotros los estamos apoyando para que esto se erradique.
“Estamos trayendo una avispa conocida como tetramesa romana desde España, que es donde se origina el carrizo, la cual es el depredador natural de este tipo de vegetación”, ejemplariza.
CALIDAD DEL AGUA
Para la CILA, detalla el entrevistado, es muy importante que México y Estados Unidos dispongan de un líquido en buenas condiciones, por ello se coordinan con diferentes dependencias gubernamentales y se monitorea la calidad del agua, para garantizar que esté en buenas condiciones.
“Ahorita estamos con un proyecto que va a empezar para el día 22 de este mes de noviembre. Le quitamos la salinidad del agua para el retorno. Esta se va a los cultivos y retorna ya muy salada. Entonces para que no llegue así al río Bravo la mandamos al dren El Murillo, que pasa por la carretera Ribereña y la enviamos hasta el mar. En la calidad del agua le hacemos los análisis químicos durante casi todo el año. Monitoreamos cómo anda la calidad del río Bravo y la publicamos en boletines hidrométricos.
“Tenemos plantas de tratamiento que hemos apoyado para su construcción, como la más grande de Latinoamérica que hicimos en Nuevo Laredo, para quitarle la contaminación al agua del río Bravo.
“Gracias a estas instalaciones ahora esta parte de la frontera ya no tiene tanta contaminación, porque el agua ya es de muy buena calidad y eso nos ayuda”, destaca.
TRANSPARENCIA GUBERNAMENTAL
En la misma tesitura Negrete Arroyos pondera que la información generada por la CILA está disponible para municipios, bibliotecas de los institutos tecnológicos, los gobiernos; en México la Conagua y a quien la solicite. De hecho posee con detallados mapas de todos los proyectos y trabajos conjuntos que se han realizado.
Cabe destacar que en 126 años de historia la Comisión Internacional de Límites y Aguas es un organismo muy bien estructurado,
“Empezamos aquí. El dato histórico es que tenemos el tratado de 1848, cuando perdimos territorio. La CILA está compuesta por una sección de Estados Unidos y México. Y en conjunto es la decisión que tomamos los dos países, no se pueden tomar unilaterales, sino que tienen que ser de manera conjunta.
“Lo mismo que yo te informo lo tiene que informar Estados Unidos. Y acá cuando hablamos de IBWC (Internacional Boundary and Water Comission, por sus siglas en inglés) es CILA, y en México es lo mismo. En ambas secciones tenemos la misma estructura, un comisionado, ingenieros principales”, externa.
Hace un año, cuando se cumplió el 125 aniversario de la CILA, existían 106 empleados en el lado mexicano y 300 en el estadounidense trabajando a lo largo de toda la frontera en nueve oficinas del lado sur y once del norte.
Su jurisdicción abarca 25 municipios en la Unión Americana que pasan por cuatro Estados y 35 en México con seis entidades federativas respectivamente.
“Nosotros cada vez que resolvemos un problema hacemos una acta. Y vemos cómo vamos a repartir los gastos para sacar adelante tal proyecto. Entonces todo lo manejamos con las actas.
“En la parte terrestre son 276 monumentos (que delimitan la frontera). Y en los puentes internacionales tenemos que definir cuál es la línea divisoria en las estructuras binacionales como los puentes y las presas.
“Cuando un Estado quiere hacer un puente le entramos a su revisión, que la construcción sea similar, y después de la nota diplomática vienen otras cosas, pero nosotros definimos qué mitad va a ser un país y qué mitad otro en la construcción.
“Los habitantes que hay, que se abastecen del agua del río Bravo, también las aguas superficiales, cuánta agua nos entrega Estados Unidos en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde comienza el río Bravo como frontera. En el río Tijuana, las estaciones hidrométricas que tenemos, que a veces tenemos que desmontar tramos en el río que está muy denso y debemos tener la capacidad para que no se desborde”, subraya entre las muchas funciones que tiene la Comisión.
UNA VIGILANCIA TOTAL
La importancia que representa este organismo internacional para las dos naciones juega un rol fundamental en el cuidado al medio ambiente, de acuerdo con David Negrete Arroyos.
“Por ejemplo, Tijuana estaba descargando sus aguas residuales al océano. Estaba contaminando el mar e igual acá en Matamoros, por eso hemos hecho plantas de tratamiento como la de Nuevo Laredo, en San Diego, California. Hicimos una y en Nogales, Arizona. Que la CILA las ha hecho y supervisado.
“Por último tenemos todos los proyectos más representativos que hemos hecho a lo largo de toda la frontera. La gente puede buscar información en el sitio de Internet de nuestra contraparte estadounidense o en la de México y manejamos lo mismo.
“Ahí están todas las actas y tratados, porque queremos que de alguna manera el público que quiera saber de la CILA encuentre lo que desee”, menciona.
De manera que a diferencia de muchas dependencias y entes gubernamentales, la Comisión Internacional de Límites y Aguas es una entidad abierta a que la población se entere del principal trabajo que desempeña desde hace más de 126 años, que de gran manera ha contribuido al bienestar de las comunidades fronterizas.
De hecho este organismo ha anunciado la creación de un comité en el que participaran ciudadanos para apoyar el cuidado del medio ambiente en la franja norte de México, (ya que también existe una CILA con Guatemala y otra con Belice), donde el organismo recibirá las inquietudes de la sociedad para fomentar un mejor desarrollo transfronterizo.