Si las cosas siguen en Tamaulipas como van hasta ahora, se antoja que para el año próximo la ola lopezobradorista llegue, por decirlo de alguna forma simple y llana: avasallante.
A través de los años el candidato de Morena ha hablado de esa simbiosis que en algunos momentos y circunstancias han operado de forma conveniente para sus intereses, en el modelo denominado por AMLO: el PRIAN.
Y si el ejecutivo estatal de Tamaulipas sigue mostrando esa confrontación, no solo contra los de su partido, sino también contra los del PRI, podría convertirse en el mejor aliado que López Obrador tendría en la entidad.
Tendrían que unir fuerzas, no dividirlas, porque cualquier acción contraria afectaría la sucesión de los alcaldes, sobre todo.
Todavía se recuerda aquella llamada telefónica de la maestra Elba Esther Gordillo donde hablaba con el entonces gobernador Eugenio Hernández Flores y le decía que el PRI estaba muerto, que habría que ayudar a Calderón, de tal suerte que no quedarán fuera de la jugada.
Pues ahora podría suceder algo parecido si demora el gobierno del Estado en sacar la “bandera blanca” y continúa con sus amagues, calambres y coscorrones. Las filtraciones irían a dar en favor de Morena, lo cual representaría el peor escenario para el partido del gobernador.
Es obvio que para enfrentar a la oleada que se les avecina necesitan unir fuerzas tricolores y albiazules, algo que no está sucediendo… ni siquiera hacia al interior de su partido, menos con el del revolucionario.
Y para muestra, dos botones: Juan Diego Guajardo, alcalde de Río Bravo, y Maki Ortíz, alcaldesa de Reynosa.
Continuar con esa actitud hostil de parte del gobierno del Estado representa, hoy por hoy, la principal ayuda para Morena y su abanderado, de cara al proceso electoral del próximo año.
LOS NEFASTOS CONTUBERNIOS
Con frecuencia se escuchan voces clamando armonía entre las tres instancias de gobierno, argumentando que es la mejor forma de llevar la fiesta en paz y con el consecuente desarrollo de obras. Nomás que esa “armonía” en realidad es una sumisión derivada de “que si buscan, encuentran”, obviamente chuecuras o trafiques, y por ese motivo los gobiernos municipales no se la hacen de tos al estatal y éste ni por asomo se le pone al brinco al federal, con lo que la cadena en cuestión es más bien un contubernio que solapa corrupciones y sus consabidas impunidades.
Entonces para romper esas cadenas de favores, lo adecuado es que la instancia federal esté en manos de un partido diferente al de los gobiernos estatales y éstos al de los municipales, que al no comer las tres instancias de gobierno en el mismo plato, cambiarían los modos y formas de gobernar lo que finalmente sería benéfico para el ciudadano.
O sea, se escucharía una sinfónica gubernamental en donde cada instancia tocaría el instrumento que le corresponde y en el tiempo oportuno. Ya le toca al pueblo y eso podría pasar después de las elecciones presidenciales del 2018.
COMAPA, LA MADRE DE TODAS LAS DISCORDIAS
El enfrentamiento entre el gobierno estatal con los municipales de Reynosa y Río Bravo por la Comapa respectiva comienza a pasarse de rosca. En el vecino municipio en la presidencia municipal están sin el servicio de agua por adeudos; Juan Diego Guajardo responde que la Comapa también está péndulo con el predial, y así en medio de ese duelo de trácalas, los ánimos se calientan y los murmullos dicen que vienen cosas peores, como despachar en la calle, con baños públicos y protestas hacia Ciudad Victoria.
Pero antes, el edil ríobravense llevó el asunto a los tribunales para que decidan si debe ser municipal o estatal la Comapa y con ello puso contra las cuerdas al gobierno estatal que, independientemente de lo legal, Guajardo emplea recursos políticos.
Nadie ignora que el actual ejecutivo estatal cuando fue alcalde de Reynosa municipalizó la Comapa sin llevar ante los jueces ese asunto, y hoy sus “compas” lo orillan a oponerse a la municipalización, pero cuando el pasado alcanza al presente, la factura política no es nada barata.
Mientras tanto a la Comapa Reynosa arribaron unos caballeros que dijeron ser de la Auditoría Superior del Congreso del Estado para darle una escarbada a las cuentas del 2016, pero se me hace que ya encarrerados le echan su vistazo a las del primer bimestre del presente año y a ver qué encuentran, pero eso es pecata minuta al lado del agudo problema de agua que están padeciendo en las colonias de la periferia que ya es causante de problemas sanitarios.
Al parecer no hay planos para detectar cruceros o en qué puntos de la ciudad las tuberías de agua y drenaje ya están de “mírame y no me toques” y en donde sí todavía están macizas, así que para que no anden dando palos de ciego llamen a ex gerentes como Oscar Alexandre, Arnoldo González, Esiquio Reséndez, Sabás Campos, Néstor González y Serafín Gómez para que les den una orientadita de cómo están los tubos y en dónde.
Y desde luego deben recontratar por unos cuatro o seis meses al personal técnico que despidieron mientras agarran la onda los que están. Ahí viene el verano y si los servicios de la Comapa no se normalizan, va a ser una de protestas callejeras que no vea.
SERENOS, MORENOS
El PRI, el PAN y el PRD de coleada, saben que Morena es el partido que ha estado en crecimiento constante bajo el influjo de su líder Andrés Manuel López Obrador, pero de eso a que ya tengan la presidencia de México en las manos se pasan de optimistas. Ellos están todavía en la etapa de sumar y no todos serán límpidos, nomás que tras lo que andan requiere de gente con toda clase de habilidades.
Recuerden a don Francisco I. Madero, él no quería sumar a Pancho Villa no obstante que se lo recomendaba ampliamente su amigo Abraham González, entonces gobernador de Chihuahua. Tuvo que entrar al quite Raúl Madero, el hermano peleonero e hizo entender a don Francisco, que no iban a tomar el poder solo con gente de ideas; el centauro finalmente fue aceptado en el movimiento revolucionario y encabezó la legendaria División del Norte.
Guardando las proporciones, Héctor Garza González no debe perder de vista lo anterior por la sencilla razón de que para comer caldo de pollo primero hay que tener pollo y éste todavía no lo tienen entre manos, por ello sorprendió al espectro político de la localidad cuando dijo que Morena no aceptaba a los ex alcaldes Oscar Luebbert, Serapio Cantú, Pepe Elías y Everardo Villarreal, que igual que con el caldo de pollo, primero tendrían que haber, ya no digamos solicitado, sino insinuado la intención de sumarse a López Obrador.
Serenos, morenos… en el campo aconsejan no hacer pandos los potrillos cuando todavía están en el vientre de las yeguas.
Hasta la próxima!